Surgimiento De La Teoría De La Evolución De Darwin

La teoría de la evolución de Darwin es probablemente, una de las más famosas y representativas de la historia de la ciencia. Los postulados de la selección natural, la evolución a través de las generaciones y el origen de las especies a partir de un ancestro común marcaron un paradigma que moldea muchos aspectos de la ciencia, y en especial del entendimiento de la biología de nuestros tiempos. Aquellos descubrimientos, sin embargo, no “aparecieron de la nada”. 

Para entender el surgimiento de la teoría de Darwin es necesario entender las causas que motivaron su origen. Este texto se va a enfocar pues, en las circunstancias históricas para comprender este surgimiento. Por medio del análisis del contexto histórico en el que vivió Darwin, la Inglaterra Victoriana de los siglos XVIII e inicios del XIX, se intentará demostrar que, sin el poderío imperial, como el inglés, las condiciones capitalistas que auspició la Revolución Industrial, ni las ideLa teoría de la evolución de Darwin es probablemente, una de las más famosas y representativas de la historia de la ciencia. Los postulados de la selección natural, la evolución a través de las generaciones y el origen de las especies a partir de un ancestro común marcaron un paradigma que moldea muchos aspectos de la ciencia, y en especial del entendimiento de la biología de nuestros tiempos. Aquellos descubrimientos, sin embargo, no “aparecieron de la nada”. 

Para entender el surgimiento de la teoría de Darwin es necesario entender las causas que motivaron su origen. Este texto se va a enfocar pues, en las circunstancias históricas para comprender este surgimiento. Por medio del análisis del contexto histórico en el que vivió Darwin, la Inglaterra Victoriana de los siglos XVIII e inicios del XIX, se intentará demostrar que, sin el poderío imperial, como el inglés, las condiciones capitalistas que auspició la Revolución Industrial, ni las ideas de otros científicos anteriores la teoría de Darwin, esta no se habría podido gestar como lo hizo, ni hubiera tenido la importancia para la visión de la biología actual.

Como primera medida, para entender la teoría de Darwin, se explicará la importancia del imperialismo y la Revolución Industrial. Para la época en la que nació Charles Darwin (1809-1882), Inglaterra era considerada como una de las grandes potencias mundiales. Su influencia y alcance (no solo en términos políticos o económicos) era de proporciones globales. Este gran abanico de destinos a los que llegaba la influencia británica, fueron sin duda aprovechados por naturalistas como Darwin para conformar sus teorías. Sin la gran extensión del imperio, ni la ventaja de poseer una flota naval tan grande, Darwin probablemente no habría viajado tanto, y por ende, observado a los animales y casos que le sirvieron para su teoría. Además, el desarrollo y consolidación del imperio británico en la época Victoriana (1837 a 1901, periodo en el cual Victoria es la reina de Inglaterra) venía acompañado de los grandes cambios que suscitaba la Revolución industrial. 

La creación de maquinaria que reemplazara el trabajo lento y manual por la producción en masa, en menor tiempo y más eficiente, produjo el establecimiento de grandes fábricas, el paso de la vida rural a la citadina y la movilización de información, productos y personas en una escala regional e incluso internacional. Este contexto duro, propició también un ambiente de lucha, lo que también inspiraría a Darwin en algunos de sus postulados de la Selección Natural.

Desde el siglo XVII, Inglaterra venía construyendo su plan de imperio. Su establecimiento en colonias en el norte de América eran los primeros pasos. Desde esa época, los ingleses comenzaban a mostrar interés por expandir su dominio, y al ser una isla, lo más importante debía ser la navegación. Personajes como Sir Walter Raleigh exponen a la realeza inglesa lo relevante de la creación de una marina fuerte en una necesidad de expansión y dominio.

A partir de esta construcción naval de grandes proporciones, se puede entender en parte los viajes de Darwin y sus observaciones de la “selección natural”. La gran cantidad de barcos producidos en Inglaterra iban a permitir la navegación, comunicación, importación, exportación y ataque y defensa de los bienes y personajes por el globo. Esto para controlar las colonias ya existentes, reconocimiento de tierras, o abrir nuevas puertas de comercio e intercambio (dentro de la lógica del sistema capitalista de la Revolución Industrial), como era el caso de varios países de América, que, después de sus independencias, buscaban nuevos socios comerciales y activar su economía, Además, los científicos y comenzaron a tomar protagonismo en estas embarcaciones, ya que sobretodo en la segunda mitad del siglo XIX,

En esta apuesta de colaboración entre ciencia e imperialismo, podemos entender por qué a Darwin se le permitió ir a bordo del Beagle, un barco de la marina inglesa. Darwin se monta en dicha embarcación como el “naturalista a bordo”, cumpliendo una labor para el barco y las intenciones imperiales, y mientras tanto se le permitía realizar sus observaciones de los animales en los destinos que visitaban. Asimismo, la recolección y análisis de flora y fauna se volvió también un interés para el imperio. En 1851, ocho años antes de la publicación de Origen de las Especies, se realizó la Gran Exhibición, en el Crystal Palace, de Londres. Esta imponente estructura de vidrio exponía al público objetos exóticos de distintas partes del mundo, la última tecnología de la época y las impresionantes obras de ingeniería inglesas. Este símbolo de poder del imperio británico, muestra del alcance y grandeza de este, propició otro símbolo de poder; los museos de historia natural. El Crystal Palace, además de conmemorar la industria y las hazañas del imperio, contribuyó con la búsqueda de ganancias económicas, que a su vez facilitaron la construcción de museos y lugares de investigación para el desarrollo de la Historia Natural. Estos museos, buscaban recolectar la mayor cantidad de vida animal y vegetal, de todas partes del mundo, contribuyendo no sólo a la muestra de poder por parte de los imperios, también al estudio de dichos seres y la formulación de teorías, por parte de los naturalistas como Darwin.

El Imperio Británico y la Revolución Industrial son clave para entender la teoría de Darwin y su gestación, no obstante, no fueron las únicas circunstancias históricas relevantes. La influencia de otros científicos como Lamarck moldearon en cierta medida, lo propuesto por Darwin. Este naturalista francés trató temas que se relacionan con la teoría de Darwin, y comparte algunas características con su par inglés. Jean Baptiste Lamarck fue un personaje que también vivió en un mundo cambiante como Darwin. Ambos hablaron del cambio que podían sufrir los animales a lo largo del tiempo, aunque tenían sus leves diferencias. Estos postulados fueron hechos en sociedades imperiales que estaban sufriendo cambios radicales, y, aunque sufrieron críticas por parte de los creyentes en la visión estática del mundo, 

Aunque tuvo sus críticas, la sociedad cambiante aceptó una teoría que proponía un cambio en la forma de entender el mundo, un “cambio de paradigma” . Para el caso de Lamarck fue similar en Francia. Aunque su propuesta fuera más radical que la de Darwin, en tanto los individuos pueden cambiar en vida, y pasar sus características a su decendencia, en vez de ser un cambio que precisa de muchas generaciones, esta propuesta se ajustaba a una revolución un poco más radical a la gestada en Inglaterra. No obstante, ambas teorías obedecen a las influencias de su contexto, una sociedad cambiante enmarcada en la lucha; una por derrocar al poder monárquico para generar un cambio, y la otra por la lucha para buscar una mejor vida en la ciudad llena de obstáculos en la vida laboral de las fábricas. Empero, Darwin fue aceptado con “mayor facilidad” que Lamarck, ya que sus teorías no eran tan radicales como las de su par francés. Podría decirse que Darwin estaba “en el medio” entre los que creían en Dios, y las propuestas de Lamarck. 

Ambos vieron cómo las sociedades en las que vivían se transformaban, sin embargo, Lamarck, se podría decir en cierta forma, “cambio al paso de la revolución”. Con esto, hago referencia a un cambio en su estatus dentro de la sociedad, a diferencia de Darwin. La Revolución Francesa evidenció un gran cambio en el Status Cuo, con eventos que marcaron un hito, como la muerte de Luis XVI, que influenciaron un cambio en la sociedad. Lamarck mismo también tuvo un cambio en su vida, al pasar de un soldado del ejército francés a un naturalista reconocido, y esto fue reflejado en su teoría, en tanto los organismos pueden cambiar en vida. Lamarck fue ejemplo de este “cambio en vida”, ya que pudo ascender socialmente para entrar en la comunidad de naturalistas en Francia. Este grupo de personas eran los responsables de dictaminar los paradigmas aceptados, o la “ciencia normal” del momento, ya que “se predica suponiendo que la comunidad científica sabe cómo es el mundo.” (Kuhn, 1962). La gran mayoría de los miembros de la comunidad científica de la época, eran “hombres blancos, europeos, y aristócratas”. Lamarck, a diferencia Darwin, no fue un personaje que viniera de una familia acomodada; aristócrata. Sin embargo, logró entrar a esta comunidad al igual que Darwin, y por esta razón, sus teorías se pudieron legitimar en el conocimiento de la ciencia.

En resumen, para comprender la teoría de la evolución propuesta por Darwin, es necesario entender ciertas circunstancias históricas. El imperialismo, aportó los medios y las rutas que Darwin usó para recolectar los datos para la formulación de su teoría, además de impulsar el desarrollo científico en Inglaterra. La Revolución Industrial inspiró a Darwin con las condiciones de lucha que se generaron en su sociedad, e impulsaron al imperio a aumentar sus relaciones con otros países, y aumentar las rutas marítimas. Las ideas de otros científicos ayudaron a validar con “mayor facilidad” las propuestas de Darwin, y evidenciar su relación en un contexto cambiante. 

Bibliografía

  1. Reidy, M. S. (2008). Tides of History : Ocean Science and Her Majesty’s Navy. Chicago: University of Chicago Press.
  2. Andréolle, D. S., Vandamme, C., & Delmas, C. (2010). Science and Empire in the Nineteenth Century: A Journey of Imperial Conquest and Scientific Progress. Newcastle upon Tyne: Cambridge Scholars Publishing.
  3. Darwin, J. (2009). The Empire Project: The Rise and Fall of the British World-System, 1830–1970. Cambridge, UK: Cambridge University Press.
  4. Brocklehurst, R. et al. (2008). The Usborne History o Britain. London, UK: Usborne Publishing Ltd.
  5. Kuhn, T. (1962). La estructura de las revoluciones científicas
17 August 2021
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