Análisis del Cuadro La Boda de Francisco de Goya

Francisco de Goya fue un famoso pintor y grabador español del siglo XIX. Ha pintado La Boda en 1792, un óleo sobre lienzo que pertenece al arte rococó y también al arte neoclasicismo, que mide 269 x 396 cm y que se expone en Madrid en el Museo del Prado. Es uno de los últimos cuadros de la serie de Cartones (1775-1792) y estaba destinada a la decoración de la oficina de Carlos IV. Esta pintura representa un paseo en una boda probablemente arreglada con los novios, los invitados y el personal religioso.

En este cuadro, el elemento más imponente es la decoración con el puente muy macizo que separa el fondo muy iluminado del primer plano más oscuro con las personas que caminan para crear profundidad. La curva del puente deja pasar la luz que ilumina a los personajes y el suelo también parece formar una curva simétrica a la del puente con los escalones y la sombra que realmente dan la impresión de ver un círculo que anuncia la dinámica del cuadro y que parece demostrar un ciclo que se repite. El cuadro parece cortado en dos con las personas que están de pie y que forman dos grupos, a la izquierda los que miran a la novia y a la derecha los que miran a la persona que parece ser el padre de la novia, el hecho de que la mitad del grupo mire a la izquierda y la otra a la derecha le da cierto equilibrio al cuadro. Se ven todos y se pueden distinguir todas las expresiones de cada cara. Francisco de Goya utilizó colores muy oscuros, neutros excepto para los personajes clave del cuadro utilizando colores brillantes en el centro del cuadro como el rojo para el novio indiano representado groseramente, con fealdad y el verde para representar al padre de la novia.

El novio parece impaciente al ponerse al alcance del brazo de su mujer que, por su parte, da la impresión de caminar derecho delante con las manos sobre su vientre y huirle tristemente. El padre de la novia representado agraciadamente parece tan triste de la situación como su hija con la expresión de su rostro y el movimiento de su brazo. La ausencia de signos de felicidad en una boda feliz, como palomas, flores, colores blancos o alegres, hace sentir al espectador un sentimiento de compasión, de tristeza, de boda motivada únicamente por el dinero, sin amor y sin alegría. El religioso también representado groseramente con sobrepeso con su sotabarba y vestido de negro, y el anciano que baja la cabeza acentúan este sentimiento negativo. El cuadro parece contradictorio con ambos extremos, el niño muy feliz y el viejo triste. Las mujeres que miran a la novia y son felices con una sonrisa en la cara como el niño que levanta los brazos al cielo pueden traer un sentimiento opuesto al espectador que es a la vez triste con las expresiones negativas del grupo a la derecha del cuadro, pero también de la alegría y compasión por la novia con las mujeres y los niños felices a la izquierda.

Goya quiso expresar a través de esta obra el ciclo de la vida con la izquierda el niño feliz y la juventud y a la derecha el hombre triste y viejo separados por un círculo que representa la repetición. El pintor también quiso simbolizar la recurrencia de las bodas arregladas y las diferencias raciales.

01 August 2022
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