Características De La Universidad Católica En La Encíclica Ex Corde Ecclesia

 La encíclica ex Corde Ecclesiae es una constitución apostólica, proclamada por el papa Juan Pablo II en la última década del siglo 19 en donde se detallaban los distintos reglamentos o estatutos que se debía cumplir en las instituciones de este carácter con la finalidad de regular la legislación educativa; entonces al hablar de la concepción de las universidades católicas se hace referencia a este ámbito educacional y religioso fundamentado por los principios del texto mencionado, hay que recalcar que el objetivo fundamental de la creación de estas instituciones es formar estudiantes con potencialidades y creatividad; para que la utilización del conocimiento sirva para irradiar a la humanidad. 

Las universidades católicas entre sus principios consideran primero el amor desde los estudiantes hacia el saber, mediante el enriquecimiento interior de la persona; se trata de encontrar la búsqueda de la verdad para poder comunicar sus conocimientos de manera humilde y altruista formando nuevas generaciones con aprendizajes y razonamientos correctos que ayuden a superar los problemas sociales y en un futuro servir a la humanidad.  

No por ser una educación religiosa es meramente aplicada al campo bíblico, de hecho, se consideran asuntos sociales de mucha relevancia personal involucrando directamente las ciencias y las tecnologías, mediante la universidad católica se pueden dar a conocer un sin número de descubrimientos científicos y así mismo tecnológicos que han ayudado al mejoramiento de la vida social y culturalmente hablando; estos avances sociales permiten el incremento económico e industrial; esos fundamentos son bajo la inspiración divina y bendiciones recibidas por su buen actuar.

Como tercer punto la universidad católica es una unidad académica que tiene ciertos requisitos que deben ser cumplidos, la rigurosidad y la criticidad deben ayudar a mejorar la dignidad humana además desarrolla el crecimiento personal; estas características colaboran en la investigación y enseñanza de las distintas comunidades; garantizando así libertad académica, la seguridad de sus derechos y el respeto de su propia verdad.

Si bien es cierto mantener fundamentos católicos en un mundo liberal es bastante difícil por lo que se ha visto en la necesidad de reformar en mínima manera ciertos criterios, por ejemplo, en la garantía institucional ante la sociedad y la cultura, pues ésta debe ser católica y cumplir con la inspiración cristiana, con la reflexión ante la fe católica para dar respuesta a las preguntas y conocer la verdad a través de la investigación; el mensaje cristiano siempre estará representado por la iglesia, pero aún así su evocación universitaria no faltará. La universidad cristiana considera que el servicio religioso le da sentido a la vida y permite conseguir la plena felicidad.  

Una quinta característica inmiscuye a la universidad católica con el compromiso especifico entre la fe, el diálogo y la razón, conceptualizando que la fe “es una condición de posibilidad para la existencia humana que permite dar explicaciones a fenómenos que se escapan a la explicación racional”; por otro lado, la razón “es la que unifica sistemáticamente todos los actos del entendimiento para que este enlace los fenómenos y cree los conceptos”, necesitando de esa forma al dialogo para poder expresar todo lo interiorizado en el proceso de fe y razón mejorando la comprensión del sentido de la vida humana. 

Las universidades católicas en cuanto a los profesionales que contratan buscan que estos mejoren su competencia personal y así mismo que cumplan los distintos contenidos, objetivos, métodos y resultados obtenidos de la educación, los maestros son “testigos” de la vivencia cristiana obtenida a través de la fe y sabiduría que le brindan la satisfacción de una vida bastante tranquila y pacífica; en cuanto a los estudiantes, el desarrollo humanístico y especializado es bastante rico y armonioso debido a que mediante el desarrollo de la admiración, intuición, contemplación que forma un juicio personal, religioso y moral calificándose como testigos de Cristo y preparados para desarrollar su rol social. Este tipo de universidades tiene su propia identidad, objetivo y misión futurista, pero aun así deben ser autorizados por la autoridad Eclesiástica competente del caso para su ejecución, la universidad y la iglesia están relacionada por los diocesanos quienes ayudan y contribuyen a la acción evangelizadora de la facultada y de la iglesia en sí.

A modo de conclusión se recalca el gran impacto que a tenido el ex Corde Ecclesiae en el ámbito académico de las universidades católicas; la educación superior ha aportado a la mejora de la calidad de vida, además de ser causante de algunos de los avances tecnológicos y científicos más importantes de la sociedad. El conocimiento permite descubrir una nueva verdad relativa; la religión está inmersa en muchos factores de la vida cotidiana, pero estudiar gracias a la fe y la razón sin duda ayudaría a entender el verdadero sentido de la vida, permite ser luz para el mundo y una guía para el buen vivir. “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”. 

27 April 2022
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