Cerebro Humano: Conexión entre el Cerebro de la Madre y el Cerebro del Bebé

El nacimiento es un momento único. El momento más importante en la vida del bebé recién nacido. Después de haber vivido toda su vida dentro del vientre de su madre, el bebé sale y tiene que aprender a vivir por sí mismo, en un mundo desconocido, y muy diferente al ambiente que estaba acostumbrado. Para la madre, también es un periodo de transición. Cuando su bebé nace, la madre tiene que acostumbrarse y transformarse. Nace un bebé, pero también, nace una madre. Los dos acaban de pasar un momento único y estresante. Han sido inseparables por casi un año, y cuando por fin nace el bebé, ambos se necesitan. Los dos necesitan de afecto, y el sentimiento de ese vínculo tan especial ayudará a que esta transición sea más fácil y segura. El cerebro de la madre y el cerebro del bebé pueden conectarse y comunicarse. Están diseñados y cuentan con hormonas para esto, para establecer el vínculo y apego mamá-bebé. El parto es un proceso neurobiológico entre el cerebro de la madre y el cerebro del bebé. “Entre ellos se produce un diálogo neuroquímico irrepetible y constante” (Olza Fernández, Marín Gabriel, Gil Sánchez, 2011, p. 13). 

Por esto, el apego, el contacto y el vínculo son tan importantes durante las primeras horas de vida. Durante el trabajo de parto, se liberan ciertas hormonas que preparan a la mujer para ser madre, y durante las primeras horas de su hijo, estas hormonas ayudan a establecer el vínculo. La madre puede cuidar a su hijo, en su cuerpo tiene todo lo que necesita para la supervivencia y crianza del bebé. Tras el nacimiento, la madre puede cuidar y proteger a su bebé, y puede establecer una relación amorosa. El vínculo los ayudará a ambos a vivir su nueva realidad y a adaptarse uno al otro. Para esto, es muy importante que el ambiente y las personas cercanas a la madre favorezcan el vínculo entre ella y su bebé.Durante el embarazo y el parto, en el cerebro de la madre nacen nuevas neuronas. Ciertas hormonas influyen sobre su cerebro, ayudando a prepararla para las necesidades de su recién nacido y a volverse madre. Estas hormonas son responsables de ayudarla a nutrir y proteger a su bebé. La prolactina ayuda a que la mujer produzca leche y así favorece la lactancia. Durante el embarazo, ayuda a que la mujer tenga un mayor apetito, obtenga más nutrientes y grasa para así, más adelante, lograr una lactancia exitosa. La progesterona, además de influir en el neurodesarrollo del bebé y proteger el embarazo, ayuda a formar una conducta materna. La oxitocina y la vasopresina son muy importantes para cuidar al recién nacido. Con especial importancia, la oxitocina inicia el proceso de parto y regula el ritmo de este, regulando las contracciones. También reduce los niveles de estrés y  ansiedad de la madre y ayuda a establecer el vínculo. Como “hormona del amor”, da una sensación de placer y bienestar. Las endorfinas funcionan como una anestesia natural y ayudan a que mamá se enamore del bebé. Todas estas hormonas ayudan a que el recién nacido viva una sensación amorosa hacia su madre, y así se establezca un vínculo seguro entre los dos (Olza Fernández, Marín Gabriel, Gil Sánchez, 2011).

Según la experiencia de Mónica, que tuvo a su segundo hijo hace casi dos años, ella escuchó a su cuerpo y tuvo un parto vaginal, que fue inducido a las 41 semanas. Piensa que haber tenido un parto en agua y sin anestesia le ayudó a conectar con su hijo. Ella comparte: “Mi hijo nació después de un trabajo de parto largo, pero hermoso. Fue un embarazo diferente a mi primer embarazo. Mi primer hijo nació en la fecha establecida por el doctor. Con mi segundo bebé, tuve que ser paciente y esperar. Sentí como mi hijo nacía y pude sentir cómo salió al mundo. Tras nacer, el doctor lo colocó en mi pecho y sentí una conexión inmediata. Sentí que mi parto fue mío y que mi hijo es mío”. 

Podemos ver como al sentirse respetada por su médico y ambiente, Mónica pudo conectar con su hijo y el apego se formó de manera natural. Ella tenía en ella misma todo lo necesario para cuidar de su bebé. El nacimiento es un momento de estrés, tanto para la madre como separa el bebé. La madre, además de vivir algo doloroso, es separada de su bebé. El bebé se separa de su cuerpo, y sus sistemas y funciones corporales se independizan de los suyos, comienzan a operar por sí mismos, y ella, si es su primer hijo, por primera vez en su vida, tiene que cuidar y nutrir a un hijo.  Al momento de nacer, por el trabajo tan duro que realiza, el cuerpo del bebé produce hormonas de estrés: adrenalina y noradrenalina. Además de ayudarlo a respirar por sí mismo y enviar sangre a su corazón, estas hormonas hacen que el bebé esté alerta y pueda interactuar con su madre, que pueda vincularse con ella (Lagercrantz y Slotkin, 1986). Cuando el bebé nace, y comienza a respirar, a alimentarse, a regular su temperatura, tiene que adaptarse y vivir este proceso de transición, que por lo general dura de 4 a 6 horas (Ferber, 2004). 

Es un momento difícil y duro para el bebé, y por esto, según la teoría del apego de Bowlby, es importante para la salud mental de ambos, el bebé y su madre, que experimenten una relación cálida e íntima para así desarrollar el vínculo y un apego seguro desde las primeras horas de vida. Las primeras horas después del nacimiento, son muy importantes para el desarrollo del vínculo mamá-bebé. El contacto piel con piel tiene muchos beneficios, tanto para la madre como para su hijo. Ayuda a que el bebé comience a succionar e inicie la lactancia, ayuda a regular su temperatura y que el bebé pueda sentir calma. Hace que la madre adopte conductas maternas, comience a conocer a su bebé e identifique su llanto, y favorece el vínculo e interacción a largo plazo. “El cuerpo de a madre es el hábitat natural del recién nacido” (Bergman, 2005, p. 22). Por esto, el ambiente que rodea a mamá y bebé, es decir, los médicos, familiares y personal de salud deben favorecer el contacto inmediato entre madre y bebé. Se debe respetar este tiempo tan importante para ambos. El padre también juega un papel importante, él también debe conectar con su bebé. 

Se puede concluir que el nacimiento es un momento sumamente significativo para la madre y el recién nacido. Los cuerpos y cerebros de ambos están listos para establecer el vínculo, cuentan con todas las hormonas necesarias para la supervivencia y formación de una relación cálida y amorosa. El bebé debe sentirse cuidado, protegido y amado. Acaba de vivir un gran cambio, necesita de la comodidad y seguridad de su madre. La madre debe sentir que ella es la responsable de su recién nacido, ella sabe lo que tiene que hacer, su cerebro le ayuda a convertirse en madre. La relación mamá-bebé es única, y el vínculo que se establece durante las primeras horas tiene un impacto a largo plazo. Como sociedad, se debe apoyar a que la madre tenga un parto respetado y pueda decidir sobre el nacimiento de su hijo. Se debe favorecer el contacto inmediato para darle seguridad a ambos. La madre necesita sentirse cercana a su bebé, el bebé necesita los cuidados y calidez de su madre, para así desarrollar un vínculo adecuado y gozar de los beneficios que vienen con este. 

Bibliografía

  1. Papalia, D. E., Olds, S. W., Feldman, R. D., Margarita, O. B., & Estela, P. S. (2009). Psicología del desarrollo: de la infancia a la adolescencia (pp. 125-150). México: McGraw-Hill.Alba Romero, C., Aler Gay, I., & Olza Fernandez, I. (2011).
  2.  Maternidad y salud: ciencia, conciencia y experiencia (Pp. 13-30). Madrid: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.Perez, A. V. (Director). (2013). Neixer[Película]. España: Loto Films. 
07 July 2022
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