Conservación y Consumo del Agua como Nueva Cultura

Introducción

El agua es un recurso vital, presente e indispensable en toda actividad humana. Su disponibilidad proporciona condiciones higiénicas, sanitarias, de esparcimiento y recreación, de aprovechamiento directo en actividades productivas o de servicios, vivienda o espacio público. Así pues nos menciona Torres las poblaciones pobres de los países en desarrollo se han estancado o ido empobreciendo aún más, haciéndose más marcado las diferencias entre los Productos Brutos Internos de los países ricos con los pobres. 

Aunado a esto los países desarrollados, con un 20% de la población mundial, manejan el 85% de las finanzas globales y los países en desarrollo con el 80% de la población mundial, solo representan el 22% del PBI del planeta. Todo esto nos lleva a una marcada y continua concentración sobre la distribución de la riqueza donde cada vez son más incluidos en el concepto de desarrollo y entonces siendo también mayores las necesidades del agua donde esta misma participa en sistemas de riego, industria, minería, generación de energía, etc. 

Desarrollo

Sin embargo, esta está repartida de manera desigual o está siendo utilizada inadecuadamente haciendo una clara división de las poblaciones privilegiadas y las que carecen de este recurso. La ausencia de agua es una situación que reclama la reflexión de toda la sociedad, por ello la necesidad de una cultura del agua.

Llamamos cultura del agua al conjunto de modos y medios usados para la satisfacción de necesidades fundamentales relacionadas con el agua. La cultura del agua tiene por objeto promover la adquisición de conocimientos sobre el recurso y el medio ambiente, la transformación de actitudes, el desarrollo de hábitos y valores para facilitar la sustentabilidad y el mejoramiento de la calidad de vida. Por ello los programas de cultura del agua han tenido como objetivo promover entre la población cambios en su forma de actuar con respecto al uso del recurso.

Según de Jesús los ‘spots publicitarios’ o comerciales se usan como parte de las campañas anuales de la dependencia en los meses de junio a septiembre y tienen como objetivo primordial promover cambios de actitudes con respecto al agua. El cambio de actitudes generado por un determinado mensaje se puede producir mediante dos rutas de procesamiento cognitivo distintas: la ruta central y la ruta periférica. Como resultado del análisis se presenta una propuesta de modificación de las campañas para promover el cuidado del agua entre la población de Nuevo León a través de la generación o construcción de competencias ciudadanas.

Las competencias y los significados se construyen y refuerzan en la interacción con los otros, primero en la familia, luego en el sistema escolarizado. Esto es, no surgen como una elaboración individual, sino en función de la interacción. La formación de competencias se contextualiza en el marco de una comunidad determinada a promover la pertinencia y pertenencia. El mayor reto del entorno comunitario es validar tal educación, promoverla, reforzarla y complementarla con otras instituciones sociales como la familia, las redes de apoyo, o con actividades recreativas. 

Todo esto no es un proceso inmediato, se construye en el largo plazo; es decir, no se trata de simples transmisiones de información de una persona a otra. En el caso de la educación en temas ambientales, aquellas se consiguen a través de acciones tendientes al desarrollo de capacidades en los individuos, a fin de incidir conscientemente en la toma de decisiones.

Los ciudadanos “construidos” surgen en la escuela, la comunidad o la familia. Por ello, educar para la ciudadanía desde la institución educativa significa crear escenarios para desarrollar competencias ciudadanas Independientemente del nivel de estudios de las personas y aunque no se tenga una capacitación específica, ellas saben de la importancia del agua en sus vidas, pero alguien competente buscará, además de cuidarla, promover su preservación por consecuente es importante ampliar las acciones de los organismos operadores para involucrar a los ciudadanos de todas las edades en los programas de cultura del agua.

 Esto se manifiesta en la lengua, en las creencias, en los valores, en las normas y formas organizativas, en las prácticas tecnológicas y en la elaboración de objetos materiales, las creaciones simbólicas, las relaciones de los hombres entre sí y de estos con la naturaleza, y en la forma de resolver los conflictos generados por el agua.

Con base a lo anterior el fundamento educativo de los programas de cultura del agua es muy relevante, porque se convierte a los niños y jóvenes en replicadores del mensaje y con ello se alcanzará la posibilidad de contar con ciudadanos más conscientes, es decir, ‘ciudadanos construidos’ para el tema del cuidado del agua, por eso todas las campañas educativas deben ser en sí mismas respetuosas de los valores y de las actitudes hacia la población en general.

Debe cambiar hacia la Nueva Cultura del Agua, basada en el cambio de la visión patrimonialista de ríos y acuíferos, la valoración del agua como simple recurso económico, para pasar a asumir una visión ética presidida por el principio de equidad intergeneracional. Se trata de asumir un enfoque de estricta justicia, desde ese principio de equidad intergeneracional, entendiendo que se trata de patrimonios de naturaleza en usufructo de las sucesivas generaciones.

Conclusión

El agua no es un recurso repartido equitativamente por lo que es importante que quienes sean privilegiados o no, tengan un uso responsable sobre este recurso porque de lo contrario en un futuro próximo se podrían vivenciar una mayor escasa lo que traerá consigo consecuencias muy graves a tal punto de padecer guerras por este recurso. La construcción de un ciudadano consciente toma años, por ello es urgente y necesario promover actividades en donde se involucren todos los segmentos de la población Se requiere ampliar la mira y promover la cooperación de los individuos, pero desde una visión de grupo y colaboración, no solo de sanciones.

Es urgente la vinculación de la sociedad para trabajar con éxito el tema de la construcción ciudadana, pensar en el derecho de los otros y en la necesidad de gestionar de forma ética el agua. Si bien a la fecha se han conseguido avances relevantes en el cuidado del agua y los indicadores de SADM de los últimos años demuestran un consumo estable de agua a pesar del incremento de usuarios, el enfoque debe cambiar y la visión debe ser de largo plazo.

Bibliografía

  • López Castañeda, María de Jesús. (Julio-diciembre, 2017). Programas de Cultura del Agua en Nuevo León. Análisis de los Efectos de las Campañas Publicitarias en la Disminución del Consumo en la Población. 20/10/2019, de Universidad Autónoma de Nuevo León Monterrey 
  • Torres Salas, Theo Christian. (. 2, julio-diciembre, 2015). Estrategia para usar racionalmente el agua: experiencia de una entidad de educación técnica industrial, certificada bajo la norma ISO 14001:2004. (21/10/2019), de Universidad Nacional Mayor de San Marcos 
17 February 2022
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