Contribución de la Primera Revolución Industrial en el Cambio Socio-Económico de Bretaña

Introducción

A través del presente trabajo se pretende responder la pregunta de investigación: ¿Hasta qué punto las transformaciones tecnológicas de la Primera Revolución Industrial contribuyeron al cambio socioeconómico británico? El objetivo principal es analizar diversas fuentes secundarias, por ejemplo el libro “La revolución Industrial” de Marc Baldó Lacomba, y el libro “La llamada Revolución Industrial” de Arístides Silva Otero y Mariela Mata de Grossi. Las fuentes se compararán y contrastarán para verificar el impacto que tuvo la Primera Revolución Industrial en los aspectos económicos y sociales de Gran Bretaña.

En primer lugar, se analizará los antecedentes de la Primera Revolución Industrial que dieron paso a las diferentes transformaciones tecnológicas en la sociedad británica como: la movilización y el sistema económico, crecimiento demográfico, enfrentamientos y el rol de la población. Por consiguiente, analizaré los elementos que hicieron posible el desarrollo industrial del continente, considerando la importancia de los inventos insertados por distintos personajes destacados en ingeniería civil, puesto que, a partir de dichos hallazgos, la sociedad empieza a experimentar modificaciones en sus estructuras.

Las nuevas actividades que se introdujeron a partir de los cambios, repercutieron en gran medida en la vida de la población británica; a la burguesía le trajo ventajas en cuanto al aumento de la producción e incremento de capital gubernamental, sin embargo, la clase baja no se benefició, puesto que al no contar con los recursos suficientes no pudieron ser partícipes de las nuevas mejoras. En el año 1712 empezó la construcción de inventos que marcaron el inicio del nuevo porvenir, para los británicos. Al incrementar el uso de máquinas, se necesitó empleados capacitados que puedan dar respuesta a las operaciones que estas requieren, por ejemplo, con la introducción del ferrocarril los postulantes a obtener un puesto de trabajo, debían ser capaces de crear o buscar estrategias que les permita desempeñar eficazmente su labor. Cabe mencionar que el ferrocarril fue uno de los inventos más relevantes en la historia universal y también contribuyó al progreso de la economía a través de la exportación de productos lo que generó ingresos significativos a nivel nacional. En base al gran impacto social y económico que tuvo la Primera Revolución industrial en Gran Bretaña, ha surgido la iniciativa de investigar las contribuciones de los recursos especializados en el aspecto socioeconómico de la nación.

Desarrollo

La movilización económica estuvo sujeta al sector artesanal y agrario, aproximadamente tres cuartas partes del territorio se dedicaba al cultivo de productos para el consumo de los pobladores, sin embargo, no lograban comercializar fuera del espacio donde vivían, puesto que al existir escasa población, las monarquías absolutistas tomaban el control del territorio y el resto de propiedades las dominaba el rey.

Antecedentes

La movilización económica estuvo sujeta al sector artesanal y agrario, aproximadamente tres cuartas partes del territorio se dedicaba al cultivo de productos para el consumo de los pobladores, sin embargo, no lograban comercializar fuera del espacio donde vivían, puesto que al existir escasa población, las monarquías absolutistas tomaban el control del territorio y el resto de propiedades las dominaba el rey.

Tras la Primera Revolución Industrial se experimentó un crecimiento de la producción finalizando el siglo XVIII e iniciando el XIX en Inglaterra, posteriormente se extendió hacia Europa para introducir las nuevas técnicas laborales; el cambio principal se llevó a cabo cuando la economía se independizó de la agricultura y artesanía para basarse en la industria con el objetivo de mejorar la calidad de subsistencia y trascender en un nuevo panorama de gran potencia.

Las actividades industriales fueron limitadas, a pesar de que ya resaltaba la visión capitalista en algunos empresarios teniendo la idea de mejorar el sector económico, invirtiendo menos en los bienes y produciendo más, con el objetivo de incrementar sus ingresos. Por otra parte, en el ámbito tecnológico los agricultores no podían adquirir nuevas maquinarias que les permitiera mejorar sus faenas agrícolas y obtener mejores réditos económicos, dado que las distancias entre las poblaciones no les facilitaba el intercambio comercial.

Para la sociedad en general, el uso de la tecnología generó un potente cambio, específicamente en los principales productores industriales porque podían ahorrar tiempo en sus actividades. De este aspecto se originó la producción capitalista, la cual estuvo opuesta a la sección artesanal, debido a que la separación de estos sectores, se produjo por las acciones de la sociedad anónima y a partir de ahí tuvieron en cuenta las tácticas necesarias para implementar el capital fijo, siempre y cuando esté limitado la responsabilidad ante la sociedad. (Gepeese, 1970)

Durante el proceso industrial los británicos implementaron medidas que les permitieran sobrellevar los problemas socioeconómicos como el crecimiento demográfico producido por altos índices de mortalidad infantil, dando como resultado una disminución en la demanda de productos; por otra parte se apreció la falta de recursos económicos y la mala organización del capital, vinculados con la participación de los poderes públicos con una alta tasa de impuestos, lo cual incidió directamente en el ámbito financiero de la sociedad.

Mientras los británicos optaban por cambiar su sistema económico, aún prevalecía la producción agrícola en donde los propietarios trabajaban en equipos, compartiendo una misma tierra, por lo tanto el resultado de este cometido, sería dividido en partes iguales. No obstante, la población tuvo que lidiar con ciertas dificultades; pues los terratenientes no podían invertir más en sus propiedades debido a que el beneficio era dividido para todos. Además, los latifundistas no consolidaban la idea de libertad en la que los hacendados puedan cultivar a su elección, sino a lo que aportaba la mayoría. (Silva Otero & Mata de Grossi, 2005)

Después de que Gran Bretaña adoptara el sistema capitalista, también emplea una moneda estable y por consiguiente mantiene organizado su estado económico. La variación se manifiesta porque el Parlamento Inglés otorgó el impedimento a los campos, donde los campesinos que carecían de recursos económicos y no podían cubrir sus terrenos tuvieron que ofrecer sus tierras, de tal manera que sus pertenencias serían adquiridas por personas que posean gran cantidad de capital. La clase social burguesa al poseer bastantes medios laborales se extendió, pues los terrenos se mantuvieron con cerramiento y sus respectivos dueños pudieron laborar a su conveniencia. Adicionalmente, con la introducción del abono en los cultivos se eliminó el arado en los terrenos, en otras palabras lograron sustentar el sembrío de sus tierras; finalmente separaron las semillas y el ganado, obteniendo el incremento de su dinero para mejorar la presentación de sus productos. (Barja, s.f)

En efecto la sustitución de la mano de obra por la tecnificación mejoró la producción, y la población empezó a emigrar en razón de que su trabajo ya no fue utilizado y se produjo el traslado de la sociedad de la zona rural a la urbana, existiendo la disponibilidad de mano de obra aplicándola en la manufactura. (historia, s.f)

Cambios tecnológicos

Los cambios tecnológicos dependieron directamente del crecimiento global que se desarrollaba en la sociedad británica; estos cambios repercutieron considerablemente en los sectores económicos, pues en lo concerniente al aspecto demográfico, durante el siglo XVIII se produjo la mortalidad catastrófica relacionada con la escasez de alimentos, lo cual causó hambruna, asimismo a partir de este factor se difundieron enfermedades epidémicas afectando a la población. En consecuencia de esta circunstancia, surgió la necesidad de aportar soluciones para intentar erradicar llevando a algunos países de Europa (Inglaterra, Francia y Holanda) a una mejor vida saludable, reduciendo en gran cantidad las epidemias y disminuyendo la tasa de mortalidad con el avance de la medicina. A continuación, los británicos apreciaron el crecimiento demográfico, no obstante esto no significó un cambio total para toda Europa, considerando que el incremento de los habitantes impulsó el crecimiento de la demanda de manufacturas y alimentos. (sabuco, s.f)

Por otro lado, los comerciantes utilizaron adecuada red de transportación para mejorar la entrega de los elementos básicos a las empresas y manufactura a sus clientes. Después de los desajustes económicos en los que se encontró Europa, volvió a mantenerse en un rango accesible en este ámbito; los ingleses buscaron la manera de organizar aperturas de vías de transporte, de tal manera que se les facilite la exportación de materia prima a determinados lugares. Finalizando el siglo XVIII se añadió el proceso de pavimentación de calles a manos del escocés Mac Adam, pese a la abundante lluvia estas vías de acceso se volvieron permanentes. Cabe resaltar que sin el desenvolvimiento de la innovación de las relaciones capitalistas, y el crecimiento económico, no se hubiese llevado a cabo el surgimiento de los cambios tecnológicos. En cambio, hubo pocas esperanzas de crecimiento manufacturero y por medio de estas surgió la posibilidad de retocar las máquinas, no obstante, la mano de obra sufrió un declive dado que al proveer mantenimiento a la maquinaria, invirtieron considerablemente y por consiguiente tuvieron que despedir a algunos empleados.

Uno de los subcontinentes que se orientó a la Primera Revolución Industrial fue América del Norte, sumándose el resto de Europa, con el propósito de obtener más tecnología y únicamente Inglaterra podría facilitarles, en varias ocasiones habían acudido al capital inglés para enfrentar los problemas financieros que los conducían a las inversiones inherentes en el proceso de industrialización.

De acuerdo al desenvolvimiento de los avances técnicos, durante el siglo XVIII se originó la explotación minera con profundidad terrestre, es decir, debajo de la superficie, a consecuencia de esto se ocasionó la inundación en las minas. Para ello se vieron en la obligación de crear una máquina que recoja el agua para continuar con la extracción del carbón, pues este abundaba en los mercados de Inglaterra; esta máquina se creó en 1712 por parte del herrero Thomas Newcomen, sin embargo surgieron inconvenientes en el funcionamiento de la misma, asimismo, no les resultó suficiente para ofrecer apoyo al desarrollo de la Primera Revolución Industrial, puesto que también necesitaban un instrumento más eficaz para sustituir la “rueda hidráulica” que les garantizara más producción, pero es relevante resaltar que la primera máquina de algún modo tuvo difusión y marcó el inicio del avance tecnológico.

En la década de los 60 específicamente en 1764 se instaló la máquina hiladora de Hargreaves (jenny) donde la industria de algodón se vio beneficiada por el incremento de la producción de hilo debido al empleo de esta máquina, consiguiendo aumentar la producción y utilizando pocos recursos humanos; estas máquinas tuvieron secuencia hasta la década de los 30 del siglo XIX en 1830 en la inauguración del ferrocarril Liverpool Manchester. La concentración de las máquinas en la producción reemplazó el trabajo manual, y los trabajos tradicionales se trasladaron desde los talleres artesanales a las fábricas.

Años más tarde, James Watt creó la máquina de vapor donde colocó al carbón en función con el depósito donde se encontraba la condensación. Con el transcurso de los años este nuevo motor fue perfeccionando su modelo, brindando mayores beneficios, dado que hubo un bajo consumo de energía en comparación con la anterior máquina, lo cual hizo aumentar la producción y a la vez su comercialización, por lo tanto, es importante recalcar que esta máquina significó la clave y el éxito de esta revolución.

El acuerdo en 1774 entre el empresario Black Country y Watt, fue crucial para el resultado de las mejoras, pues el uno contribuía con su capital mientras que el segundo aportaba sus conocimientos acerca de técnicas, de acuerdo a esto Boulton, una empresa de máquinas, se transformó en la principal fuente de la mayoría de aparatos de gas o vapor que fueron utilizadas en América y Europa. (Chavez Palacios, 2004)

Después de la caída del Imperio Napoleónico identificaron con claridad los efectos de esta revolución. A partir de 1820 Inglaterra poseía 10.000 motores de vapor que estaban operando en el mercado, marcando tendencia mundialmente al poseer una potencia de 2000.000 CV. Para 1850 los británicos se encargaron de producir mayores cantidades de hierro, recuperando gran parte del capital empleado en 1780 que los conllevó a una baja producción, incluso llegaron a obtener más productividad que otros países en todo el mundo, pues en el caso de Alemania únicamente instalaron 92.500 CV, mientras que Francia contó con 75.528 CV, y España optó por instalar la primera máquina con la finalidad de perfeccionar la potencia motriz. (Bonaplata, 1990)

La estandarización fue el resultado del forjado, el prensado y el estampado. El aumento de la demanda de las máquinas del vapor se reflejó a finales del siglo XVIII, a partir de ahí, construyeron tornos para la fabricación de piezas que sean más resistentes. Enrique Maudslay creó el torno en 1797, respaldando las máquinas y herramientas, remplazando la madera por las estructuras metálicas, proporcionando al torno mayor precisión e incrementando la implementación de piezas con metales grandes.

Para mejorar las dificultades existentes en el cilindro de Watt, John Wilkinson realizó la construcción de la mandriladora en 1755, un año más tarde Boulton, el socio de Watt afirmó que Wilkinson retocó la perforación de los cilindros con el objetivo de diseñar nuevos métodos que solucionen problemas mecánicos.

Ante los problemas mecánicos planearon producir planchas de hierro que anteriormente se venían realizando manualmente a principios de la Revolución Industrial, empleando el cincel y la lima. Iniciando el siglo XIX, Cailon inventó el cepillo, sustituyendo los trabajos complicados por medio de un nuevo mecanismo y concluyendo, James Fox construye en 1812 la cepilladora para complementar las herramientas de las máquinas.

Por otro lado, el invento de la fresadora surgió de la necesidad de perfeccionar el “tallado de dientes de engranajes”, y asimismo el aumento de la fabricación de armas, en este caso Eli Whitney, el estadounidense fue asignado por el gobierno de América del Norte para la elaboración de fusiles y en 1818 logró crear la primera máquina. (Baldó Lacomba, 1993)

Cabe añadir que hasta finales del siglo XVIII la población aún utilizaba herramientas, y el resultado de su trabajo se reflejaba en su fuerza, desempeño y habilidades que podían realizar. El surgimiento del motor consiguió transformar la energía natural en movimiento y la primera locomotora de vapor fue inventada en 1814 aplicándola en los medios de transporte terrestre y marítimo, esta permitió perfeccionar la calidad de vida de las personas, teniendo un proceso pertinente de comercialización, de tal manera que su desplazamiento hacia lugares de gran distancia fue cómodo y rápido.

En lo concerniente a la caldera, esta contenía agua expuesta a temperaturas altas a través del carbón y producía “vapor de agua” que estaba sujeto a grandes fuerzas generando un desplazamiento que será el responsable del movimiento de las nuevas máquinas. Estas fueron introducidas a las máquinas de navegación, de esta manera Robert Fulton creó el crucero a vapor, y las embarcaciones eran independientes de la corriente que ejerce el viento al desplazarse. Además estas máquinas fueron utilizadas en los diferentes sectores económicos: industria, agricultura, transporte, minería, entre otros y particularmente, se originó la “ciudad-factoría”.

Las nuevas fábricas fueron introducidas en las ciudades, generando el desarrollo de la producción industrial urbana. La maquinaria se basó principalmente en la fábrica de producción, debido a que en el sector industrial la fábrica fue excluyendo el trabajo artesano y a domicilio, resaltando el sistema fabril que se caracterizó por la aplicación de las máquinas. Para la elaboración de los productos manufactureros hicieron uso de sustancias químicas como: álcalis, ácidos, tintes y en la mayoría de veces se necesitó emplear un alto porcentaje de combustible. La fábrica incluyó un nuevo comportamiento de trabajo, poniendo en práctica la disciplina para el desarrollo eficiente de la misma; mientras que en la artesanía el trabajo se mantuvo vinculado con los empleados, a diferencia de la fábrica donde los obreros continuaban con las autómatas.

Este sistema trajo consigo ventajas que permitieron el progreso de la manufacturación, con respecto a los empleados, algunos fueron reemplazados por otros que tenían buena capacitación, esto incluía a niños y mujeres. Adicionalmente, con el aumento de plusvalía, los británicos pudieron obtener más ingresos para invertir en nueva maquinaria que les permitiera comercializar con mayor rapidez sus productos.

Uno de los ingenieros más influyentes en ferrocarriles y locomotoras fue Robert Stephenson quien dirigió la “máquina de vapor” a un vagón, colocada sobre unas piezas de fierro y anteriormente los empleaban para extraer carbón de las minas, de esta manera tiene su origen el ferrocarril. Esencialmente en las minas se originó el futuro del hierro, remplazando la madera con hierro por railes de hierro.

Se aplicó la máquina de vapor a las vagonetas para alcanzar el ferrocarril. Esta máquina representó en gran cantidad un auge que revolucionó directamente en la industria inglesa; el tren transportó los productos puesto que poseía una gran capacidad de abastecimiento, asimismo tuvo comunicación rápida con las regiones a larga distancia, con este avance se pudo evidenciar un cambio industrial y comercial, considerando que cumplía con los estándares requeridos por la sociedad; sin duda alguna, Inglaterra empezó a construir vías férreas y se llevó a cabo el proceso de red de ferrocarriles.

Hobsbawn mencionó que el ferrocarril iba durante muchos años por delante de la economía, y significó la prosperidad de las fábricas, pues acogieron grandes ingresos y proporcionaban dividendos, además se mostraron como adelanto para sobrellevar las economías nacionales. A partir de 1840 el mundo pudo presenciar la llamada “fiebre del ferrocarril”, particularmente los británicos fueron testigos de dos fiebres: la inicial entre (1835-1837) y la siguiente entre (1845-1847). Algunos historiadores se preguntan ¿Qué hubiese sucedido con el desarrollo del capitalismo en Estados Unidos sin la construcción de ferrocarriles?, sin embargo concluyen que los resultados no hubiesen sido de mayor magnitud, puesto que, la transportación por ferrocarril era necesidad económica, no obstante, en Inglaterra no fue tan determinante como hacían imaginar las fiebres, pues contaba con acceso marítimo; la velocidad en el ferrocarril marcaba que tenía relevancia para los productos no perecederos (las toneladas de carbón llegaban 48 horas antes).

Los medios de transporte y comunicación avanzaron cuando se llevó a cabo el cambio de producción agraria de mercado limitado por la producción agraria a gran escala y los mercados coloniales abastecían a los productos coloniales y materias primas a la metrópolis para el consumo de sus manufacturas.

En caso de que la introducción del ferrocarril no hubiese resultado fructífero al momento de mejorar el sector económico, abarcó otros aspectos muy relevantes, esto se refleja en la movilización de una cantidad considerable de efectivo debido a las inversiones en estos proyectos, además brindó rentabilidad dado que diversas compañías aseguradas controlaban el 65% del sistema. Asimismo este proyecto significativo ofreció empleo a gran cantidad de personas; aproximadamente se incrementó el 50% de trabajadores en las áreas de construcción, minería, y otros se dedicaron a la edificación del sistema ferroviario y actividades relacionadas.

Con el acceso de la producción del acero a un menor precio, Gran Bretaña pudo producir en gran cantidad el hierro, duplicando su comercialización e ingresos. A partir de 1850 se inició la construcción del ferrocarril a nivel mundial, cabe destacar que el resto de países carecía de recursos humanos y económicos que le permitieran avanzar en el desarrollo de ferrovía, por lo tanto optaron por solicitar ayuda de Gran Bretaña, el cual les facilitó especialistas, maquinaria y material.

Resultados de la Primera Revolución Industrial

De acuerdo al avance tecnológico que fue experimentando Gran Bretaña, no solo mejoró su nivel social sino también su nivel económico, principalmente en este último se evidencia el incremento potencial de la producción basado en el empleo de las máquinas que revolucionaron mundialmente, un factor clave fue la disminución de los precios de los productos puesto que a menor costo mayor producción, adicionalmente al sustituir la mano de obra o sector artesanal por las fábricas y máquinas se aumentaron las ganancias.

Desde el siglo XVIII se pudo notar un aumento relevante al utilizar el carbón puesto que, muchos años después y específicamente en 1870 la producción anual en Inglaterra fue de 100.000.000 toneladas.

En lo que concierne a la relación entre las diversas sociedades, se añade la absoluta separación entre los propietarios de las fábricas y los empleados dedicados a la mecanización, evidentemente esta separación fue determinante en relación a la época antigua, en esta ocasión se aclaró en totalidad. En cuanto a la perspectiva social, el sistema de la burguesía pudo acceder al control político, anteriormente fue la clase dominada, sin embargo pasa a dominar a la sociedad por lo que afecta a la población tradicional y desde este punto se da paso al surgimiento de las nuevas clases sociales.

La revolución industrial ha traído consigo una serie de beneficios para la sociedad, y tras el problema demográfico la población accedió a la disponibilidad de alimentación a través de las transformaciones de la agricultura, disminuyendo en gran cantidad la mortalidad de niños y personas adultas; el desarrollo de la medicina erradicó algunas enfermedades y por lo tanto mejoró la salud manteniendo la natalidad.

No obstante, una de las desventajas de esta revolución se centra directamente en los trabajadores teniendo en cuenta que ellos son sometidos a actividades rígidas lo que repercute en la aparición de grupos obreros.

Conclusión

Inglaterra al disponer de algunos recursos económicos pudo experimentar la Primera Revolución Industrial, destacando el desenvolvimiento de los británicos al trasladarse del sector artesanal al industrial originando la economía moderna. Durante este proceso se llevaron a cabo innovaciones tecnológicas a partir de la combinación de los ámbitos políticos, sociales, económicos y culturales que posteriormente se convertirían en parte fundamental de la vida cotidiana.

Con la introducción de las nuevas técnicas y estrategias para contribuir en el avance tecnológico de Europa, la sociedad británica verificó un rápido crecimiento económico debido a la sustitución de mano de obra por maquinaria nueva que no necesitaba gran cantidad de esfuerzo como lo hacían anteriormente los trabajadores. La producción anual fue mejorando a medida que comercializaban con más frecuencia el carbón, siendo Inglaterra el país con mayor producción en 1870. Adicionalmente, el mercado se expandió a partir de la comercialización de materias primas como el algodón y producción de tejidos, teniendo en cuenta la excelente red de transportaciones; cabe añadir que por una parte, Europa se recuperó de la hambruna que trajo como consecuencia una alta tasa de mortalidad. La población accedió a alimentos de mejor calidad, producidos por los cambios agrícolas, asimismo el progreso de la medicina permitió combatir variedad de enfermedades y algunas se erradicaron por completo. En lo que concierne al ámbito económico, al utilizar las nuevas máquinas incrementó la producción y los ingresos para los empleados, de la misma manera el costo de los productos disminuyó, por lo tanto pudieron obtener mayores ganancias.

Sin embargo, de acuerdo a los problemas que parte de la población tuvo que afrontar tras la Primera Revolución Industrial se encuentra el sometimiento a rigurosas actividades laborales que refleja el origen del proletariado, en donde los trabajadores aportaron en la producción de los productos a exportar.

Cabe destacar la relevancia del cambio tecnológico puesto que, gracias al empleo de los principales inventos, en la actualidad el mundo ha podido continuar con la innovación y desarrollo de nuevos métodos que contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas, brindando mayor comodidad, y mejores servicios, de acuerdo a estos puntos, el avance continuará transcendiendo en un futuro. En definitiva, la Primera Revolución Industrial significó un cambio radical para la sociedad, dado que, fue la base principal de la construcción de nuevas mejoras y el empleo de estrategias para transformar el porvenir de la humanidad, contribuyendo a la creación de la globalización.

Bibliografía

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  7. Silva Otero, A., & Mata de Grossi, M. (2005). La llamada Revolución Industrial. Caracas. Recuperado el 26 de 04 de 2018
08 December 2022
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