La Deuda Odiosa De Las Crisis Mundiales

Desde décadas pasadas el mundo ha venido sufriendo diferentes crisis, tanto financieras como económicas, claro ejemplo, la crisis financiera conocida como la Gran Depresión, suceso que llevo al mundo al borde del colapso, afectando desde los países menos desarrollados hasta países que presumían ser potencia. Debido al recorrido de crisis que ha cursado el mundo, los países se han visto forzados a recurrir a la financiación por parte de entidades financieras internacionales con el objetivo de subsanar sus deudas internas, las cuales afectan en especial al bienestar de la población, pero a su vez se encuentran en la búsqueda de lograr un mayor crecimiento. Esta financiación ha dejado a países que no cuentan con los suficientes recursos para saldar su deuda.

Sin embargo, en frecuentes ocasiones los gobiernos adquieren deudas que no son necesariamente para este propósito, tal es el caso de “el régimen de apartheid de Sudáfrica contrajo deudas con bancos privados y destino gran parte a financiar el ejército y la policía o a reprimir a la mayoría africana” (Kremer & Jayachandra, 2002). Por esta razón, al momento en que un país adquiere una deuda soberana, es decir, obtenida por su gobierno, este puede confirmar si dicha deuda se hizo de manera legítima. En el caso de que se encuentre con que una deuda soberana no fue hecha con el consentimiento de la población ni para beneficio de esta, puede haber una excepción en su pago, a esto se le conoce como deuda odiosa.

Por consiguiente, según Kremer y Jayachandra (2002) si los que la ocasionaron son conscientes de que va en contra de los intereses de sus habitantes esta deuda no debería ser transferida a un gobierno sucesor. El problema radica en que esto no sucede, en muchos países su población tiene que lidiar con las consecuencias de esta, además de que se ven obligados a pagarla de una u otra manera. En consecuencia, una de las sugerencias para evitar que los países se sigan endeudando es limitar el crédito como en el caso de Colombia, que decidió prohibir la otorgación de créditos del Banco de la Republica al gobierno excepto por algunas excepciones el cual a mediados de los años ochenta era su mayor fuente de financiación.

Existen ciertos casos en donde sí se ha conseguido que esta deuda sea eliminada, como por ejemplo “el tratado firmado por España y EEUU en diciembre de 1898 en parís donde España renuncia a cobrar la deuda que le debía Cuba, como antigua colonia”. Sin embargo, esto no sucede en todos los casos debido a que muchas veces los países prefieren pagar su deuda odiosa por el temor a que sus activos puedan ser confiscados o que se dañe su reputación, lo cual dificultaría atraer la inversión extranjera y obtener nuevos préstamos.

En conclusión, las bancarrotas de los Estados, los derroches de dinero, las guerras eternas que consumen los recursos de los países e inversiones sospechosas, acrecentan aún más la deuda que los países obtienen haciendo que se dificulte su pago. Al no poder abandonar estas deudas muchos países deciden no pagar una parte o la totalidad de esta, aquí es donde surge el termino: Deuda odiosa.

REFERENCIAS.

  • Kremer & Jayachandra, 2002
  • Cabrera & González, 2000
  • Toussaint, 2012
17 August 2021
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