Diferencias de Género: Papel de la Empatía y la Culpa en Niños y Niñas

Emociones morales y conducta en niños y niñas

Diversos autores han destacado la relevancia de la empatía y la culpa en relación con las conductas prosociales y morales. También han analizado detenidamente ambas emociones desde una conducta prosocial y agresiva e internalizada. Asimismo, han estudiado la relación entre dichas emociones y las diferencias de género en las variables afectivas y conductuales.

Relación entre empatía y culpa

Hoffman define la empatía como una reacción afectiva que guarda mayor relación con la situación de otra persona que con la propia y piensa que de ella proceden reacciones emocionales como la compasión, la ira empática o la culpa. El sentimiento de culpa surge en el momento en el que una persona siente empatía ante un problema perteneciente a otro individuo y piensa que es responsable del suceso. Hoffman ofrece la posibilidad de nombrar a esta culpa “interpersonal” o “verdadera”. De esta manera, se puede diferenciar de la culpa ansioso – agresiva, en lugar de empática, expuesta por Freud.

Otros autores como Zahn – Waxler y Robinson confirman la conexión entre culpa y empatía. Además, realizaron estudios que confirmaban que el sujeto que había presentado un sentimiento de culpabilidad, mostraba empatía con la otra persona.

Thompson y Hoffman mostraron historias a niños y niñas de edades variadas en las que un personaje había llevado a cabo acciones que produjeron dolor a otra persona y les dijo que expresasen cómo se sentirían si fuesen los ejecutores de tales acciones. La respuesta fue que quien había sido educado

para mostrar empatía, lo hizo, sintiéndose así culpable. En cambio, quien no había recibido esa educación, no mostró gran culpabilidad. Según Hoffman es frecuente mostrar empatía y diferentes tipos de culpa, no únicamente culpa “interpersonal”.

Papel de la empatía y la culpa en la conducta

Diversas investigaciones confirman la importancia de la empatía en cualquier conducta prosocial. Desde una perspectiva empírica se puede observar que la empatía reduce las conductas agresivas. Numerosos estudios en los que se había realizado un análisis sobre la relación entre empatía y conducta agresiva, demuestran que los adolescentes presentan una relación negativa entre ambas. Sin embargo, en los estudios con niños y niñas se obtienen respuestas que no son lo suficientemente sólidas. En cambio, otros autores defienden una relación negativa entre empatía y agresión en la infancia. En las situaciones en las que el comportamiento no está vigilado, la empatía no desempeña una labor tan importante con la culpa. Este tipo de conducta recibe la denominación de conducta internalizada.

En lo referente a la culpa, cabe destacar que numerosas investigaciones afirman que la empatía además de compensar a la persona sobre la que ha recaído la acción dañina, está vinculada a todas las conductas prosociales.

Habitualmente, si surge un sentimiento de culpabilidad previo a que se ejecute la acción que causaría dicha culpabilidad, se podría evitar llevar a cabo esa acción.

A partir del estudio anterior se considera positiva la relación entre la empatía y la culpa y la conducta prosocial y la conducta internalizada. Por el contrario, se observa una asociación negativa de dichas variables emocionales mediante la conducta agresiva.

Diferencias de género

A partir de un análisis realizado por Eisenberg y Fabes observaron en un estudio que las mujeres presentan un mayor grado de empatía que los hombres. En España, a pesar de que no se han efectuado numerosos estudios aobre lo dicho anteriormente, todos los que se han llevado a cabo muestran que las niñas poseen mayor empatía que los niños.

En lo que respecta a la culpa, numerosas investigaciones confirman que este sentimiento es más profundo en las mujeres que en los hombres, especialmente desde la adolescencia en adelante. Estudios realizados en lo que se refiere a la infancia, también han demostrado que existe mayor sentimiento de culpabilidad en las niñas que en los niños, aún con meses de edad.

En cuanto a las diferencias de género que se han hallado en lo que se refiere a los estudios sobre conductas prosociales, dichas diferencias han sido favorables a las niñas. Respecto a los adolescentes, las diferencias también se muestran del lado de las chicas. Estas diferencias, según algunos estudios, pueden deberse a que los datos sobre conducta prosocial incluidos en los estudios anteriores se corresponden más con el rol femenino que con el masculino.

Con respecto a la conducta agresiva, Crick y otros autores han mostrado evidencias empíricas de que la agresión “relacional” (aquellas conductas que hieren a otras personas mediante la causa de dolor o la amenaza a los vínculos o la sensación de aceptación, amistad o inclusión en una comunidad) es más frecuente entre las niñas. Son más habituales otras formas de agresión en los integrantes del sexo masculino. Diversos estudios realizados en distintos países han obtenido como resultado que los hombres tienden a ser más violentos que las mujeres, tanto físicamente como verbalmente y desde los primeros años de edad. En síntesis, las niñas muestran niveles más elevados en cuanto a conducta prosocial que los niños. Siguiendo esta misma línea, las niñas también presentan niveles más altos que los niños en la conducta internalizada.

Cabe destacar un importante estudio realizado con el objetivo de analizar la relación entre las variables afectivas y conductuales evaluando y ejerciendocierto control sobre esa misma variable. Además, también se comprueba si los maestros y maestras sesgan la conducta social en el aula. Para la elaboración del estudio se realizó un método que requería de los siguientes elementos:

  • Participantes: padres, madres y docentes de 244 niños y 241 niñas de entre 6 y 8 años de edad, por lo tanto, pertenecen a primer y segundo curso de Educación Primaria. Estos niñas y niñas proceden de diferentes centros escolares, cuya titularidad es pública o concertada.
  • Instrumentos: midieron la empatía y la culpa a través de las respuestas emitidas por las madres, ya que fueron quienes contestaron a dos escalas de 7 puntos, representando el número 1 la menor de las puntuaciones y el número 7 la mayor. Estas escalas han sido adaptadas del Cuestionario de Internalización Moral de Kochanska, De Vet, Goldman, Murray y Putnam (1994).
  • Conducta internalizada y Reparación: las madres de los alumnos y alumnas evaluaron estas variables a través de dos escalas: escala de Conducta internalizada y escala de Reparación.
  • Conducta Prosocial y Agresiva: los maestros y maestras fueron quienes llevaron a cabo la evaluación de ambas variables, y lo hicieron mediante dos escalas: escala de Prosocialidad – Egoísmo y escala de Agresividad – Control.
  • Impulsividad: la evaluación de dicha variable la realizaron los profesores y profesoras a través de la escala de Impulsividad del Cuestionario de Conducta Infantil.
  • Procedimiento: para llevar a cabo este estudio los maestros y maestras entregaron una carta a cada niño y niña en la que se pedía la colaboración de padres y madres. En dicha carta se explicaba detalladamente los objetivos que se pretendían alcanzar mediante la puesta en práctica de esta investigación, además de hacerles saber que era necesaria su colaboración. La carta incluía dos sobres. Cada sobre contenía una escala. De esta manera el padre responderá a una escala y la madre a la otra.

Las escalas para medir las variables que se analizan en el estudio se introdujeron en el sobre de la madre. Una vez que los cuestionarios fueron respondidos e introducidos en el sobre correspondiente, los niños y niñas se lo entregaron al profesor o profesora.

Resultados

Relación entre variables: la empatía y la culpa muestran una relación muy cercana, más elevada en las niñas que en los niños. La empatía y la culpa presenta una vinculación relevante con la reparación, además de hacerlo también con la conducta internalizada. Sin embargo, esto no ocurre con la conducta prosocial ni con la conducta agresiva. Asimismo, existe una correlación significativa entre la conducta de reparación y la conducta internalizada en niños y niñas, siendo más elevada en el caso de las niñas. En los hombres la conducta internalizada muestra una correlación positiva comedida respecto a la conducta prosocial y una correlación negativa, también prudente, en lo que respecta a la conducta agresiva. Sin embargo, estas correlaciones son nulas en el caso de las niñas. Finalmente, la conducta prosocial y agresiva muestran entre sí una elevada correlación negativa.

De esta forma, los resultados de dichas correlaciones presentan una relación muy próxima entre la impulsividad de los niños y las niñas que observan los maestros y maestras y la alta conducta agresiva y la insuficiente conducta prosocial. Destaca la disparidad existente respecto a la variable de impulsividad, puesto que no mostró ninguna correlación significativa con las variables conductuales ni con las afectivas. Las madres realizaron la evaluación de estas últimas.

Posteriormente se comenzó a analizar la variable de impulsividad. Únicamente se pueden observar cambios en las correlaciones con conducta prosocial y agresiva. Se observa un aumento en cuanto a las conexiones de las variables afectivas empatía y culpa, especialmente en el caso de las chicas.

Diferencias de género en el conjunto de variables

Se hallaron diferentes resultados en las variables, excepto en la de culpa y reparación. Los índices Eta muestran tamaños del efecto bajos, algo mayores en las variables conductuales.

Conclusión

El estudio realizado examinó la concordancia entre la empatía y la culpa con numerosas conductas socio-morales. También analizó de forma exhaustiva las diferencias de género en cuanto a los niños y las niñas entre 6 y 8 años de edad. Las madres respondieron a varias escalas del Cuestionario de Internalización Moral de Kochanska, De Vet, Goldman, Murray y Putnam (1994) y los maestros y maestras a dos escalas del Perfil Socioafectivo de La Frenière, Dubeau, Capuano y Janosz (1988) y a la escala de Impulsividad del Cuestionario de Conducta Infantil de Goldsmith y Rothbart (1991). La culpa y la empatía presentaron una estrecha relación entre sí. Por otra lado, ambas variables se vincularon con la reparación y la conducta internalizada. También, con respecto a las niñas, los resultados muestran una correlación positiva de ambas emociones con la conducta prosocial y negativa con la conducta agresiva. Las niñas presentaban en todas las variables, excepto en culpa y reparación, índices morales significativamente más altos que los niños, aunque el tamaño del efecto era bajo.

Webgrafía

  1. file:///C:/Users/sacri/Downloads/Emociones%20morales%20y%20conducta%20en%20ni%C3% B1os%20y%20ni%C3%B1as_(1)%20(1).pdf 
07 July 2022
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