El Extranjero Y La Náusea: Contexto Postguerra

Introducción

No es una casualidad que en un momento determinado del siglo XX la producción literaria e intelectual estuviesen colmadas de contenidos existencialistas. Los autores, Albert Camus y Jean-Paul Sartre, ambos de origen francés, escribieron a muy temprana edad El extranjero y La náusea, respectivamente, destacando el contexto de la postguerra que los perseguía y que tuvo gran influencia en la creación de las novelas ya mencionadas. Sartre escribió una obra que representa como pocas esa sensación de vacío que parece aquejar al hombre contemporáneo desde los albores de la modernidad.

Desarrollo

Un vacío que pervierte la percepción del mundo y aboca a una existencia frágil, caótica y sin aparente propósito. Una filosofía que tuvo su auge en los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial como consecuencia del horror que el mundo había visto surgir en las primeras décadas del siglo pasado. Desde el comienzo se expone que La Náusea es el resultado de un proceso de redacción personal, se trata de un diario donde se exhiben las reflexiones de Antoine Roquentin quien es, por extensión, la voz del propio autor. El personaje del texto de Sartre.

Rompe con su lucidez para entrar en un estado de revelación, y esto es lo que le permite percatarse de lo que está ocurriendo. Ver que todos a su alrededor pasan por desapercibidos los detalles que le repugnan y comenzar a sentir justo esto, una náusea por la vida, por la gente, por él mismo. A pesar de terminar esa horrible sensación, continúa con ella, se acostumbra y la termina haciendo parte de él: ‘’La existencia no es algo que se deje pensar de lejos: es preciso que nos invada bruscamente, que pese sobre nuestro corazón tanto como una gran bestia inmóvil. Si no, no hay absolutamente nada’’. 

Como resultado de un largo periodo de introspección, Roquentin revela su insignificancia en el mundo, pero al ser un proceso de naturaleza volátil, sus reflexiones acerca de la misma padecen múltiples transformaciones; por tanto, el que Roquentin deja ver entre sus primeras apreciaciones una sensación de insatisfacción e, inclusive, de tristeza. Éramos un montón de existencias incómodas, embarazadas por nosotros mismos. No teníamos la menor razón de estar allí, ni unos ni otros: cada año de los existentes, confuso, vagamente inquieto, se sentía de más con respecto a los otros.

Y yo flojo, lánguido, obsceno, digiriendo, removiendo melancólicos pensamientos, también yo estaba de más. Afortunadamente no lo sentía, más bien lo comprendía, pero estaba incómodo porque me daba miedo sentirlo (todavía tengo miedo, miedo de que me atrape por la nuca y me levante como una ola). Por otro lado, en la obra de Camus, quien se identifica a sí mismo bajo una concepción distinta del existencialismo y mantiene inclinaciones hacia la filosofía del absurdo, expone en El extranjero las contingencias de un hombre indiferente ante todas las estructuras que moldean los valores. 

Y el sentido de ética y moral de las sociedades. El mismo personaje menciona en la obra, que todos a su alrededor se muestran extraños, conformistas, pero estos siempre se meten en situaciones que no les corresponden. Por ejemplo, en la sociedad dentro de la novela un hombre que no llora en el funeral de su propia madre corre el peligro de ser sentenciado a muerte, y esto es lo que le ocurre. Su contexto está dañado, y se vuelve tan vital este punto porque no está alejado de la realidad del lector realidad son, espejos temporales, son reflejos de los daños al ser humano. 

Meursault se rige bajo una conducta absurdista, no le otorga trascendencia o algún sentido metafísico a la existencia natural, pero sí demuestra tener fijaciones por las experiencias físicas antes que las experiencias interpersonales. No podemos quejarnos de que le falte aquello que no es capaz de adquirir. Pero cuando se trata de este Tribunal, la virtud enteramente negativa de la tolerancia debe convertirse en la menos fácil pero más elevada de la justicia. Sobre todo cuando el vacío de un corazón, tal como se descubre en este hombre, se transforma en un abismo en el que la sociedad puede sucumbir.

Conclusión

A través de esta obra se percibe una pérdida de los sentimientos, del sentido, de los valores en donde ni siquiera la muerte resuelve la condición humana. Además, Camus trata de reflejar una especie de sociedad arcaica.  En la novela los personajes deben cumplir una serie de ritos, por ejemplo, el velorio que se realiza como un mero trámite, no por algo propio ni porque sea significativo para los asistentes. Otro aspecto es el trabajo, el cual sirve para sobrevivir y nada más, entonces en qué momento se vive, en qué momento se existe. Siendo los autores parte de la corriente 

Del existencialismo y llenando sus textos de lo absurdo que es el vivir, o existir, no es casualidad que ambas novelas reflejan un dilema sobre la vida, sobre la existencia, y sobre el ser humano, concluyendo que después del ser solo queda la nada. Dos protagonistas cansados, de la vida, de la rutina, del buscar respuestas, pero conscientes de saber que muy probable solo haya vacío y únicamente queda aceptarlo y terminar formando parte de esa total nada.  

17 August 2021
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