El Flaco Basquetbolista, Cuento Corto

Introducción

Gustavo era el chico alto y flaco que no parecía ser muy fuerte por esa contextura. Pero jugaba basket (de allí su altura) y parecía ser mucho más joven para su edad, sobre todo con esa dulce sonrisa que tenía. También le gustaba el baseball y era fanático de los Leones del Caracas. Por supuesto, yo siendo de los Navegantes del Magallanes, las bromas cuando un equipo le ganaba al otro no se hacían esperar. Cuando Magallanes le gano el campeonato al Caracas en su primera final, él fue el primero en felicitarme.

Desarrollo

Gran admirador de Michael Jordan y de esa generación grandiosa de Chicago Bulls. Recuerdo una vez cuando ese juego de nuestros héroes de Portland, cuando un jugador de nuestra selección, dio varios tapones o bloqueos a varias estrellas de Dreams Team estadounidense. Lo disfruto como si estuvo allí en la cancha con nuestros muchachos. Vivía del Basket como solo él le gustaba.

Él no era muy bueno para los estudios, mucho menos para las exposiciones, pero cuando se encontraba en apuros con alguna materia, se esforzaba para pasar. Si no, se reunía con los cerebritos o nerds del salón. Pero eso sí tenía él con quienes lo ayudaban en los estudios. Retribuía eso, con alguna actividad física. A mí una vez, para devolverme el favor por un examen de matemática donde le ayude a estudiar, el día siguiente paso toda la tarde conmigo, ayudándome a dominar el balón de Basket al rebotarla, lo cual era para mi difícil en ese momento. Agradecido como él jamás.

Nos graduamos de Bachilleres, pero a Gustavo a pesar de eso, le quedo una materia. No recuerdo cuál fue, solo recuerdo que no recibió título con nosotros sino hasta el año siguiente. Cambio por completo. Rara vez lograba mantener una conversación con alguien de nosotros. Comenzó a vestir totalmente de negro, que con su color blanco de piel, ojeras y cada vez más flaco, parecía un fantasma. Yo no lo vi más hasta ese día. Estaba yo en la universidad y me pareció verlo, con su traje negro entre varias personas rumbo al comedor, luego en la biblioteca. Y donde me parecía verlo, se me desaparecía entre la gente.

Conclusión

Al día siguiente, en una visita que hice al liceo luego de salir temprano de la Universidad, encuentro a varios excompañeros en el camino. No podía creer lo que me contaron. Gustavo, dos días atrás, se despertó como siempre, hizo sus actividades normales de su casa y en la tarde bajo a la cancha a jugar con sus amigos del edificio. En una pausa le dijo a sus compañeros de juego que iba a subir a su casa a tomar agua. A los pocos minutos llamo la atención a todos cuando lo vieron sentado sobre la viga que sobresalía del vacío de la edificación y que daba a la ventana de su habitación en el piso 6. Les sonrió con su sonrisa de siempre a todos y sin decir palabras, se precipitó al vacío.

22 October 2021
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