El Origen Del Universo, y la Teoría del Big Bang

 

Aristóteles, en el libro que le escribió sobre el cielo, pudo mostrarnos dos buenos argumentos para creer que nuestro planeta es una bola redonda y no plana. En primera instancia, advirtió que la razón de los eclipses de luna era que la Tierra se obstaculiza entre el Sol y la Luna. La sombra generada por la Tierra sobre la Luna era siempre redonda, lo que podía ser cierto si la Tierra era esférica. Si la Tierra hubiera sido plana, la sombra habría sido lineal y elíptica, a menos que los eclipses ocurrieran siempre en un momento en que el Sol estuviera directamente sobre el centro del disco.

En segunda instancia, los griegos habían aprendido de sus viajes que la (Estrella Polar) estaba más abajo en el cielo cuando se observaba en el sur que cuando se veía en regiones más septentrionales. Aristóteles, buscaba la diferencia en la posición aparente de la (Estrella Polar) en Egipto y en Grecia, según la cual la circunferencia de la Tierra medía 400 000 estadios. No entendemos con exactitud cuál era la longitud de un estadio, pero posiblemente era de algo menos de 200 m. Si así fuera, la estimación de Aristóteles sería el doble de la cifra actualmente aceptada.

Los griegos tenían un tercer argumento a favor de que era redonda la Tierra: ¿Cómo, si no, cuando se acerca un barco lo primero que se ve son las velas sobre el horizonte y solo más tarde se ve el casco? Aristóteles pensaba que la Tierra estaba quieta y que el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas se movían en órbitas circulares perfectas alrededor de la Tierra. Lo pensaba porque se creía, por razones místicas, que la Tierra era el centro del universo y que el movimiento circular era el más perfecto de todos.

Esta idea fue propuesta por Ptolomeo, en el siglo I d. C., para dar un modelo cosmológico completo. La Tierra permanecía en el centro del sistema estelar, rodeada por ocho esferas que llevaban a la Luna, el Sol, las estrellas y los cinco planetas entonces conocidos: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Además, para poder explicar las trayectorias de los planetas que se observaban en el cielo, estos debían moverse en círculos pequeños ligados a sus respectivas esferas. La esfera externa arrastraba a las denominadas estrellas que no se mueven, que siempre están en las mismas posiciones en el sistema propuesto, pero tienen un movimiento de rotacional común. Lo que hay más allá de la última esfera no quedó claro, pero ciertamente no era parte del universo observado para la humanidad. El modelo de Ptolomeo ofrecía un sistema razonablemente aproximado para predecir las posiciones de los planetas y estrellas. Sin embargo, para predecir dichas posiciones, Ptolomeo tenía que hacer una hipótesis según la Luna seguía una trayectoria que en algunos momentos la llevaba a una distancia de la Tierra el doble que en otros. Pero eso implicaba que la Luna tenía que aparecer algunas veces el doble de tamaño que otras. Ptolomeo sabia de esta inconsistencia, pero pese a ello su modelo fue generalmente, aunque no universalmente, se aceptó. Fue adoptado por la Iglesia cristiana como una imagen del universo que estaba de acuerdo con la biblia. Tenía la gran ventaja de que dejaba mucho margen fuera de la esfera de las estrellas fijas para el cielo y el infierno.

Un modelo simple fue propuesto en 1514 d.C. por Nicolás Copérnico. Al principio, por miedo a ser acusado de blasfemia, Copérnico publicó el modelo de forma anónima. Su idea era que el Sol estaba quieto en el centro y que la Tierra y los planetas se movían en órbitas circulares alrededor del Sol.

Lastimosamente para Copérnico, pasó casi un siglo antes de que su idea fuera tomada en serio. Tiempo después, dos astrónomos, Johannes Kepler y Galileo Galilei, empezaron a apoyar en público la teoría copernicana, pese al hecho de que las órbitas que predecía no encajaban perfectamente con las observadas. El golpe mortal a la teoría aristotélico-ptolemaica llegó a su fin en 1609. Ese año Galileo empezó a observar el cielo nocturno con un telescopio, un instrumento que se acababa de inventar que podía observar mejor los cuerpos celestes.

Cuando miró a Júpiter, Galileo descubrió que estaba acompañado por varias lunas pequeñas, que orbitaban a su alrededor. Esto nos implicaba que no todas las cosas tenían que orbitar directamente en torno a la Tierra y que no era el centro del universo como habían pensado Aristóteles-Ptolomeo. Por supuesto, seguía siendo posible creer que la Tierra estaba quieta y que las lunas de Júpiter se movían en trayectorias complicadas alrededor de la Tierra, dando la impresión de que orbitaban en torno a Júpiter. Sin embargo, la teoría de Copérnico era mucho más simple.

Al mismo tiempo, Kepler había modificado la teoría de Copérnico, sugiriendo que los planetas no se movían en círculos sino en movimientos elípticos. Ahora las predicciones encajaban por fin con las observaciones. Para Kepler, las órbitas elípticas eran meramente una hipótesis, y una hipótesis más bien desagradable, puesto que las elipses eran claramente menos perfectas que los círculos. Tras descubrir por accidente que las órbitas elípticas encajaban bien con las observaciones, no podía conciliar esto con su idea de que eran fuerzas magnéticas las que hacían que los planetas orbitaran en torno al Sol. Hasta en 1687 no se ofreció una explicación para ello, cuando Newton publicó sus “Principia mathematica naturalis causae”. Esta probablemente es la obra más importante publicada hasta entonces en las ciencias físicas. En ella Newton no solo proponía una teoría de cómo se mueven los cuerpos celestes en el espacio y el tiempo, sino que también desarrollaba las matemáticas para analizar dichos movimientos.

Además, Newton postulaba una ley de gravitación universal. Esta decía que cada cuerpo en el universo era atraído hacia cualquier otro cuerpo por una fuerza que era más intensa cuanto más grandes eran los cuerpos y más cerca estaban. Era la misma fuerza que hacía que los objetos cayeran al suelo. Lo que de hecho dijo era que la idea de la gravedad le llegó cuando estaba sentado en actitud contemplativa, y fue ocasionada por la caída de una manzana. Newton demostró que, según su ley, la gravedad hace que la Luna se mueva en una órbita elíptica alrededor de la Tierra y hace que la Tierra y los planetas sigan movimientos elípticos alrededor del Sol. El modelo copernicano planteaba que las esferas celestes de Ptolomeo, y con ellas de la idea de que el universo tenía una frontera natural. Las estrellas fijas no parecían cambiar sus posiciones cuando la Tierra daba vueltas alrededor del Sol. Por eso llegó a ser natural suponer que las estrellas fijas eran objetos como nuestro Sol, pero mucho más alejados. Esto planteaba un problema. Newton se dio cuenta que, según su teoría de la gravedad, las estrellas deberían atraerse mutuamente; por lo tanto, parecía que no podían permanecer en reposo.

En 1691, en una carta a Richard Bentley, otro pensador destacado de su época, Newton afirmaba que esto sucedería si solo hubiera un número finito de estrellas. Pero también argumentaba que si, por el contrario, hubiera un número infinito de estrellas distribuidas de forma más o menos ordenada sobre un espacio infinito, eso no sucedería, porque no habría ningún punto central de referencia en el que juntarse. Este argumento es un ejemplo de los escollos con que se puede tropezar cuando se habla del infinito.

El origen del universo siempre es un tema de discusión ya que no se sabe con certeza como comenzó todo, el big-bang es el momento en el cual se dio origen todo lo que conocemos, en el que el universo era infinitamente pequeño y, por consiguiente, infinitamente denso. Si hubo sucesos anteriores a ese momento, no podrán afectar a lo que sucede en el tiempo presente. Su existencia puede ignorarse porque no tendría observable. Se puede imaginar que Dios creó el universo literalmente en cualquier momento en el pasado. Por el contrario, si el universo se está expandiendo, puede haber razones físico químicas de por qué tuvo que haber un comienzo. Se podría seguir creyendo que Dios creó el universo en el instante del big-bang. Incluso podía haberlo creado en un tiempo cero del pasado de tal forma que pareciese que hubiera existido un big-bang. Pero no tendría sentido suponer que fue creado antes del big-bang. Un universo en expansión no excluye la figura de un Dios, pero pone límites a cuándo él podría haber realizado su obra.

El concepto de vida ha cambiado al ver el video y todo tiene un comienzo aunque el termino vida es algo abstracto, pero estamos conformados de elementos químicos que al comienzo se formaron, el primer elemento químico que se formó fue el hidrogeno pero después de allí se comenzaron a crear los demás compuestos, nosotros estamos hecho de los siguientes compuestos Oxigeno (65%), Carbono (18%), Hidrogeno (10%), Calcio (1,5%) contenida en nuestros huesos, Fósforo (1%), Potasio (0,25%), Sodio (0,15%), Cloro (0,15%), metales pesados como Magnesio (0,05%), Hierro (0,006%) Otros elementos químicos que constituyen el cuerpo humano son el cobre, zinc, selenio, molibdeno, flúor, yodo, manganeso, cobalto, litio, estroncio, aluminio, silicio, plomo, vanadio y arsénico, entre otros en proporciones ínfimas. En realidad, poco se sabe sobre las funciones que muchos de estos elementos cumplen en nuestro organismo. Pero no todo es coincidencia porque aún no sabemos cómo se creó la vida, pero podemos encontrar elementos que fueron encontrados en todo en el universo, pero es considerado la vida perfecta ya que no se a encontrado en otros planetas, galaxias etc.

La inquietud que nos queda es que si hay un origen debe haber un final, va a llegar un momento que los asteroides puedan impactar la tierra o que nosotros mismos nos matemos por los casos de contaminación, la tecnología también es un riegos que tenemos latente ya que cada vez las maquinas son más inteligente hasta el momento que seriamos esclavos, La tecnología no es mala, en sí misma, es maravillosa ,sin embargo muchos personas no le han dado el uso adecuado , la han convertido en una amenaza curiosamente los hombres inventamos tecnología para poder disfrutar más de nuestros espacios para ganar tiempo, para hacer una vida más gratificante, también la tecnología es una oportunidad de extender nuestras facultades psíquicas y racionales y de lograr con la comunicación una experiencia más eficiente, humanizaste, sin embargo el manejo que cada quien le da a la tecnología habla mucho de su personalidad, el uso excesivo de la tecnología puede ser la manifestación de los vacíos efectivos de los puntos ciegos de carácter y de reprogramación de nuestros medios esto solo es posible por nuestras dependencias e incapacidades. En conclusión, estamos expuesto a ser eliminados y extinguido, pero donde hay vida siempre hay vida no de la manera que conocemos, pero si habrá vida, puede nosotros mismos podemos extinguirnos o un agente externo.

10 July 2021
close
Tu email

Haciendo clic en “Enviar”, estás de acuerdo con nuestros Términos de Servicio y  Estatutos de Privacidad. Te enviaremos ocasionalmente emails relacionados con tu cuenta.

close thanks-icon
¡Gracias!

Su muestra de ensayo ha sido enviada.

Ordenar ahora

Utilizamos cookies para brindarte la mejor experiencia posible. Al continuar, asumiremos que estás de acuerdo con nuestra política de cookies.