El Protagonismo de los Profetas en la Historia de Israel

Los profetas fueron hombres con un carácter bien definido (Jer 3:12-13), ellos eran personas común y corrientes, unos empezaron su ministerio desde muy jovencitos (Jer 1:5), otros a una edad más madura. Unos eran de formación intelectual, otros no, eran campesinos y Dios les hizo un llamado puntual (Isa 1; Jer 1)

Los profetas tuvieron un protagonismo importante en todos los periodos del pueblo de Israel, siempre mostrando el plan de salvación que Dios les fue revelando en la historia Bíblica. Asumieron responsabilidades como ungir reyes, otros sirvieron como sacerdotes y jueces. Los profetas siempre estaban exhortando a que obedecieran los mandatos de Dios, más que hacer sacrificios que no glorificaban su nombre, ellos le hacían saber a los reyes que esos sacrificios Dios los despreciaba.

Los profetas tenían cualidades muy destacables, la obediencia a Dios (Jon 3:1-3), el servicio a las personas, a los reyes (2 Re 20:1-11), la comunidad a la nación, en el templo a Dios. Los profetas eran hombres importantes para los reyes, por que necesitaban del consejo de ellos para saber que decisiones deberían tomar en cuanto a dirigir la nación, las estrategias para las batallas, para colocar leyes administrativas, religiosas, morales etc. Muchos de ellos no atendieron las palabras de los profetas y terminaron desobedeciendo y llegaron al punto de echarlos a la cárcel, de torturarlos (Am 7:10-13). Para los profetas era importante siempre dar el mensaje de Dios, era oportuno que los reyes escucharan a Dios por medio de los profetas, otros si atendieron y obedecieron lo que los profetas decían porque sabían que eran palabras de Dios (2 Cr 32:20).

Los profetas tenían que anunciar, tenían que confrontar a los reyes y a la nación con el pecado, ellos hablaban específicamente cual era el pecado que estaban cometiendo, sin dar rodeos, sin colocarle mascara al pecado, eran directos, claros para reprender sobre el pecado (Jer 22:10-30; Isa 3:1-25). Ellos le hacían saber a los reyes, sacerdotes, líderes y la nación su desobediencia a la Palabra de Dios, usaban historias, crónicas, relatos para ilustrar el pecado, también usaban analogías y semejanzas para que entendieran en la desobediencia que vivían, que realmente estaban alejados de Dios. Lamentablemente unos no entendieron, otros no obedecieron, otros fueron descarados y quemaron los escritos de los profetas, otros no les gusto y tomaron represalias contra ellos llevándolos a la cárcel, al exilio y amenazándolos de muerte.

Los profetas fueron portavoces de Dios para anunciar juicio a las naciones, incluido Israel por ser naciones que vivían en injusticia, inmoralidad, vida religiosa, problemas sociales, donde abundaba la injusticia social, no se preocupaban por las viudas, los huérfanos, los ricos oprimían a los pobres, maltrataban al extranjero y pensaban solo en llevar vidas prosperas sin importar el daño que ocasionaban realmente vivían apartados de Dios y por eso los profetas debían dictar sentencia de condenación por su total desobediencia, realmente se había hecho habitual reprender a los reyes y la nación de Israel (Os 6:5).

Pero no solo los profetas estaban para dictar juicio sobre Israel y el pueblo también eran portadores de buenas noticias, de la gracia de Dios, del amor de Dios, de su misericordia, su paciencia etc. (Isa 60)

El problema del pueblo de Israel era que no quería dejar el pecado, la idolatría que era abominación para Dios y que los estaba llevando a la destrucción de sus vidas, a la destrucción de la nación entera por eso una y otra vez Dios les envío profetas todo el tiempo para decirles que abandonaron el pecado que dejaron de llevar vidas enfermas, dolorosas (Isa 36,37,38,39; Am 5:21-27; Am 8:4-8); Dios no quería verlos sufrir y por eso envío los profetas para darles esperanza.

Los profetas son portavoz de Dios, para también para llamar a los reyes y a Israel al arrepentimiento a dejar el pecado, la mentira, la idolatría, el engaño, la injusticia, la maldad, el orgullo…etc. Y volverse a Dios a sus mandamientos, sus decretos, a la Torah, que cambien su manera de pecar y vengan a Dios, humillados, arrepentidos, dispuestos a obedecer a Dios, de corazón, de verdad, transformados que verdaderamente dejen las costumbres de otras naciones, el pecado, que dejarán todo por Dios. Para que pudieran gozar de sus promesas, de todas las bendiciones que Dios tenía para ellos por la obediencia. Dios quería que su pueblo estuviera por encima de las demás naciones de la tierra, que sus tierras dieran fruto, que tuvieran ganado y aumentara cada día, que no faltara alimento en las familias, que sus enemigos siempre fueran derrotados que cada día su pueblo se aumentara, sus bienes, sus frutos, sus ganados, su tierra, el Señor les había prometido bendecir toda la obra de sus manos, al punto que jamás dependerían de otras naciones, sino todo lo contrario les prestarían a otras naciones.

El Señor envía a los profetas para recordarlos, para advertirlos, para prevenirlos a través de su Palabra que él había decretado consecuencias por la desobediencia a sus mandatos que él Señor había decretado maldición si no guardaban y obedecían su Palabra y la verdad son más las maldiciones que hay por desobedecer la Palabra que Dios a través de los profetas quería evitarle a su pueblo, que sufriera, que terminara destruida, derribada, acabada. Pero como lo enseña Dios a través de su Palabra también ofrece esperanza, una y otra vez, Dios quería que conocieran su carácter misericordioso, amoroso, perdonador.

Las advertencias que hacían los profetas, exhortando a los reyes y al pueblo, no solo no lo veían agradable a sus vidas, sino que también veían a los profetas como sus enemigos, porque lo malo que le sucedía a Israel era culpa de los profetas, sin reconocer que el mal que venía a Israel, era por la desobediencia.

Los profetas que tuvieron que hacer profecías y milagros que iban a suceder pronto en sus días para que el pueblo de Israel entendiera que ellos si eran portavoces de Dios y fueron milagros muy prodigiosos portentosos, asombrosos, hacer que no lloviera o que lloviera milagros que tenían que ver con las leyes naturales y sus profecías eran tan exactas que la gente se sorprendía, se arrepentía, pero al cabo de un tiempo, otra vez ya estaban en desobediencia.

Los profetas vivieron tiempos muy difíciles, en oportunidades tenían que huir, por días escondiéndose de los reyes para evitar ser muertos, pero Dios siempre los protegió, los guardo, cubrió todas sus necesidades.

Muchas personas fueron bendecidas a través de los profetas, fueron alimentados, recibieron prosperidad material, iniciaron milagros de sanidad, resucitaron muertos, Dios hizo muchos milagros a través de los profetas (2 Rey 20:1-11).

Los profetas eran hombres de oración, hombres que clamaban a nuestro poderoso Dios porque sabían que de él viene la vida, los milagros, la salvación, las promesas. (Jer 33:3)

Los profetas eran personas de fe, su confianza en Dios era certera, segura, firme, ellos sabían que Dios respondía sus oraciones, sabían que el que los había llamado era el verdadero Dios, él Santo, él Todopoderoso.

Los profetas obedecían de una forma inmediata, el llamado que Dios les hacía, su respuesta era inmediata para obedecer todos los mandatos del el Señor.

Los profetas eran personas que obedecían las ordenes de Dios de una forma precisa, puntual, necesaria, fiel e inmediata, tal vez pensaron que esas órdenes no eran coherentes y algunos de los profetas le hicieron reclamos al Señor por la injusticia, la inmoralidad, la idolatría etc. que se estaba viviendo en Israel, pero también por los tratos que vivían de parte de los reyes y del pueblo un trato hostil, perverso hacia los profetas y las ordenes de Dios eran que hablarán de juicio pero también de amor, de misericordia, de que había esperanza para los reyes y la nación y esto no le gustaba a los profetas, saber que Dios los perdonaría de tanta maldad si ellos se arrepentían.

Que hermoso ver como los profetas sin excusas terminaban obedeciendo con buena actitud y disposición, sin importar las consecuencias.

Los profetas eran valientes, sin temor, sin miedo a tener que perder la vida o no les importaba que tenían que ser o hacer torturados, exiliados, martirizados , cuando los profetas daban un mensaje para el futuro, lo creían y en ellos no había incertidumbre, inseguridad, angustia, o zozobra , tampoco dudaba de la Palabra de Dios y todo esto no les permitía tener temor y por eso el mensaje de ellos era con contundencia, sin temor a equivocarse y eso les generaba valentía, coraje, decisión acompañada de una confianza real y verdadera y con un valor de hablar sorprendente. Pero a medida que transcurrían los años ellos también se animaban de ver sus antecesores que traían el mismo mensaje y ver como Dios hacia maravillas a través de ellos.

Los profetas eran hombres temerosos de Dios, llevaban el mensaje de Dios con mucho carácter, sus profecías eran exactas, pero también registraban la Palabra de Dios en las escrituras y reafirmaba la ley de Dios, anunciando una y otra vez muerte, destrucción, dolor, sufrimiento, juicio que vendría, sino obedecían. Pero como se repite en cada profeta a través de las maravillas que Dios hacía por medio de ellos, se revelaba el carácter de Dios, amoroso, compasivo, se revelaba su naturaleza divina, sus maravillosos atributos. Esto sucedía en los profetas porque era El mismo Dios que los eligió, que los llamo, que los purifico, los limpio, los santifico. En los profetas se veían tantos milagros poderosos y maravillosos que ellos sentían la protección de Dios. A pesar de todo lo que sucedía en ellos, eran personas común y corrientes, sencillas, humildes, siempre dispuestas a obedecer a Dios, su ejemplo era que le servían tanto a poderosos como a pobres por igual; el mensaje de los profetas trascendió las fronteras de Israel hasta Siria, los profetas tenían muy claro que su servicio no estaba enfocado a hombres si no a Dios, así que de esta manera se convierten en un ejemplo para nuestras vidas.

El mensaje de los profetas siempre era un mensaje donde se erradicará el pecado, la idolatría porque era lo que ocasionaba destrucción, consecuencias dolorosas para Israel, pero también daban ese mensaje de esperanza que traería estabilidad para la nación así fuera por un tiempo. Los profetas siempre buscaban el bienestar para los reyes y la nación. Los profetas eran muy comprometidos, dispuestos a dejarse usar por Dios, pacientes siempre esperando los tiempos de Dios para cada momento de su ministerio, eran hombres perseverantes, sabios, influyentes e importantes para su nación, porque en muchos momentos libraron a Israel de ser derrotada, destruida, previnieron desastres, sufrimientos y dolor, advirtiendo como evitar caer en batalla contra sus enemigos, que importante y oportunos fueron los profetas para informar y avisar, para evitar caer en batalla, para evitar la ruina, el dolor en muchos momentos, aunque lamentablemente iban a ser destruidos por naciones paganas, por su desobediencia , su pecado, su idolatría, su injusticia, su inmoralidad ; se les olvido que Dios había cumplido sus promesas, entregándoles la tierra que les había prometido, una tierra fértil, productiva, con ganado, una tierra que fluía leche y miel.

Los profetas a pesar de haber sido perseguidos, despreciados, también gozaban de una buena reputación, porque era necesario consultar con ellos porque sabían que el mensaje que tenían era de parte de Dios. Los profetas eran consagrados, hombres de oración, clamaban a Dios cada día por su nación, tenían comunión, relación, intimidad con Dios, ayunaban para tener una unión, un vínculo especial con Dios. Dios predecía a través de ellos, no solo eventos futuros a corto plazo, también profetizaron eventos a cientos de años (que fueron cumplidos a su perfección, era finalmente inspiración de Dios), esto la verdad es muy sorprendente, pero también tuvieron el privilegio de profetizar, de anunciarla venida del Mesías con todos los por menores, esta profecía iba a ser la que traer esperanza, vida eterna y salvación, restauración, unidad, reconciliación, los profetas anuncian el evento principal que puede recibir un hombre sin merecerlo, LA SALVACION, esta es la esperanza para el pecador, para la nación de Israel, es la esperanza para las demás naciones, es la esperanza para el mundo entero. Los profetas también tuvieron el privilegio de anunciar la segunda venida del Salvador y la nueva tierra con los nuevos cielos.

Los profetas a través de expresar sus sentimientos y emociones en cuanto a su relación con el pueblo escogido y con la humanidad hacían ver la personalidad de Dios con claridad y con el amor de Dios, manifestando a su pueblo se podía ver el carácter de Dios. Es evidente que, si ponemos un paralelo con los profetas, estamos un poco quedados, de acuerdo al carácter y perfil que expone la Palabra de Dios sobre los profetas, estamos siendo desafiados primeramente en nuestra fe y nuestro caminar con Cristo, de qué manera debemos atender al llamado de Dios y sus órdenes sobre nosotros, con que prontitud estamos obedeciendo su Palabra. Ahora bien, otro punto a destacar de los profetas y que debe reflejarse en nuestra vida es el carácter con el que exponían la Palabra que venía de Dios, la manera en que predicaban su palabra. Cuando hablamos de Dios y predicamos su Palabra, debemos hacerlo con la plena convicción de que esa Palabra es más cortante que cualquier otra cosa. Nuestra fe debe ser respaldad con nuestra obediencia, con nuestras acciones, con el evangelizar, eso implica la verdadera fe. Y esa fe es la sacan a relucir todos los profetas, una fe acompañada de obediencia.

También es importante resaltar la manera en la que nos dirigimos a Dios y la reverencia, respeto que tenemos hacia nuestro Creador, para orar debemos hacerlo con humildad, humillándonos profundamente y reconociendo que Dios es el Todopoderoso y que todo gira en torno a su voluntad, que todo cumple sus propósitos y que nosotros solo somos parte de su creación y que hemos sido creados para expresar adoración con cada una de las cosas que hacemos, así como lo hacían los profetas.

Al momento de predicar, así como predicamos con carácter, advirtiendo a las personas sobre su ira venidera, sobre el castigo de la desobediencia, sobre la consecuencia del pecado y más que eso sobre la paga del pecado; no podemos olvidarnos también de predicar sobre el amor de Dios, del perdón, del arrepentimiento, sin importar a quienes nos estemos dirigiendo y si quizás estas personas nos hayan causado daños o manifiesten burla y rechazo ante lo que estamos testificando.

Debemos buscar obedecer en el momento que Dios lo pide, no cuando nosotros queremos. Debemos evangelizar y predicar su palabra sin excusas, con actitud y disposición. Siempre teniendo presente que hacer este trabajo para Dios no nos hace mayor que los demás, que somos seres comunes y corrientes, personas sencillas en busca de humildad y en busca de una obediencia continua y permanente a Dios; Debemos tener presente que no hemos venido para agradar al hombre y hablarle bonito, sino que hemos venido para agradar a Dios, que estamos dispuestos a dejarnos ser usados por Dios y entendiendo que somos un ejemplo ante las demás personas de cómo debe ser nuestro caminar con Dios.

Los profetas eran muy comprometidos, dispuestos a ser instrumento de Dios, eran pacientes al tiempo perfecto de Dios y perseveraban en la búsqueda y proclamación de la palabra de Dios, de esa misma manera deberíamos nosotros procurar mantener ese perfil. Buscando advertir, prevenir e informar a los demás de los peligros que asechan a quienes ignoran la presencia de Dios, debemos ser herramientas de Dios para que las personas entiendan que Dios quiere evitar que suframos y debemos ser herramientas para anticipar cualquier desgracia que caiga sobre quienes se dejan llevar por las tentaciones del enemigo.  

24 May 2022
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