Enfermedad de Parkinson: Trastorno Neurodegenerativo

Introducción

La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno neurodegenerativo que afecta el estado físico, psicológico, social y funcional de los individuos. Los programas de ejercicio pueden ser una estrategia eficaz para retrasar o revertir el declive funcional para las personas con EP y es un tema evidente de gran importancia empírica que ha surgido en los últimos años. Además, la realidad apoya el ejercicio como beneficioso en cuanto a funcionamiento físico, la calidad de vida relacionada con la salud, fuerza, equilibrio y velocidad de la marcha para las personas con EP. Aún quedan preguntas en torno al contenido óptimo de las intervenciones de ejercicios (dosificación, componentes del ejercicio) en las diferentes etapas de la enfermedad.

En la actualidad y basándose en estudios de modelos animales, la mayoría de los investigadores creen que además de ayudar con el movimiento, el ejercicio puede influir sobre la progresión de la enfermedad de Parkinson (EP) disminuyendo la evolución de los síntomas. Aunque no se conocen bien los mecanismos, se piensa que cuando una persona con Parkinson empieza una nueva actividad como, por ejemplo, un programa de ejercicios, especialmente si hay oportunidad de interacción social, pueden presentarse cambios en la estructura y función del cerebro. El momento de iniciar un programa de entrenamiento después del diagnóstico de Parkinson también puede ser relevante.

Material y Métodos

El propósito del presente trabajo de revisión consiste en reunir la máxima información sobre los beneficios del entrenamiento en los enfermos de Parkinson, con objeto de poder desarrollar un programa lo más adecuado posible, útil para mejorar la autonomía motora de dichas personas. La búsqueda se ha basado en ensayos clínicos y revisiones que relacionaran la terapia física con pacientes de Parkinson, para ello se han usado bases de datos como: PUBMED, SCOPUS, ISI-SCI, Base de datos Cochrane de Revisiones Sistemáticas, PEDro) desde el año 2000 hasta el 2014, en todos los idiomas. Introduciendo las siguientes palabras: Physiotherapy OR physical therapy OR exercise OR rehabilitation AND Parkinson OR Parkinson’s Disease.

Resultados

Respecto al entrenamiento, es decir cuando los individuos se someten a un ejercicio continuado, existe una amplia bibliografía. La mayoría se basa tanto en entrenamiento para aumentar el equilibrio, la marcha, e incluso la fuerza muscular. En este sentido se evalúan los efectos inmediatos y a corto plazo de 2 programas de ejercicios (extensores y flexores de la rodilla, la flexión plantar del tobillo) y/o entrenamiento del equilibrio alterado bajo condiciones sensoriales visual y somatosensorial. El equilibrio se evaluó mediante posturografía dinámica computarizada, que determina la respuesta del sujeto a la reducción o alteración de señales a la orientación visual y somatosensorial (Sensory Orientation Test). La fuerza muscular se evaluó midiendo la cantidad de peso que un participante podía levantar. Ambos grupos tenían menos caídas, y este efecto persiste durante al menos 4 semanas. La fuerza muscular aumentó ligeramente en el grupo de equilibrio y de forma sustancial en el grupo combinado, y este efecto persiste, también, durante al menos 4 semanas. Por lo que estos autores concluyen que la fuerza muscular y el equilibrio, se pueden mejorar en las personas con Enfermedad de Parkinson Idiopática, por el entrenamiento de resistencia de alta intensidad y equilibrio. Por otro lado Dibble et al. 4,5 comprobaron, que, el entrenamiento de resistencia de alta intensidad incrementa la hipertrofia muscular y el aumento funcional en personas con enfermedad de Parkinson. No obstante los autores piensan que se necesita investigación adicional para determinar si este tipo de entrenamiento tiene impacto a largo plazo. Así, más tarde, en el estudio de Smiley et al., en 2012, llegan a la conclusión de que, a corto plazo, la práctica (una semana en el ensayo) es suficiente para disminuir el tiempo de bradicinesia, pero una práctica más extensa es necesaria para dar mayor consistencia a la mejoría del movimiento, con un incremento, en el pico de velocidad, para las personas con leve a moderada enfermedad de Parkinson.

En la misma línea de investigación y añadiendo un factor más a estudiar, Hass et al. en su estudio sobre la iniciación de la marcha, sugieren, que el entrenamiento de resistencia progresiva (ERP) puede ser un tratamiento no farmacológico ni quirúrgico eficaz, para mejorar el equilibrio y la función de la marcha en personas con enfermedad de Parkinson.

Cinta Rodante

En investigaciones más recientes, se evalúan los efectos de entrenamiento intensivo, en cinta rodante. La comparación de las medidas tomadas antes y después de la intervención en la cinta indica mejora general. Curiosamente, muchas de las mejoras persistieron incluso 4 semanas después. Estos resultados muestran el potencial de mejorar el ritmo de la marcha en pacientes con EP y sugieren, que un programa de rutina de entrenamiento progresivo e intensivo se puede utilizar para minimizar los trastornos en la marcha, reducir el riesgo de caídas, y la calidad de vida aumentará en estos pacientes.

Kurtais et al. Investigaron el entrenamiento de la marcha con cinta rodante para mejorar las tareas funcionales de las piernas. A pesar de que los efectos a largo plazo siguen siendo desconocidos y la muestra del estudio fue pequeña, se concluyó, que el entrenamiento de rutina en pacientes con EP había dado lugar a mejoras en las tareas de las extremidades inferiores, incrementando así el bienestar físico de los pacientes en su vida cotidiana.

Posteriormente, Mehrholz analizan las investigaciones recientes sobre los efectos del entrenamiento en cinta rodante, en la marcha de los pacientes con enfermedad de Parkinson. La búsqueda bibliográfica identificó estudios pertinentes; tres estudios informaron sobre los efectos inmediatos del entrenamiento en cinta rodante (Treaning Treadmill); caminaron mejor después de la sesión en la cinta, persistiendo estos efectos incluso 15 minutos más tarde. Once ensayos a largo plazo han demostrado la viabilidad, seguridad y eficacia, informando los beneficios positivos de la velocidad de la marcha, longitud de zancada y otras medidas, como la severidad de la enfermedad (UPDRS) y la calidad de vida relacionada con la salud, incluso varias semanas después de la interrupción del TT. Los efectos a largo plazo también plantean la posibilidad de que el TT puede mejorar la plasticidad neural.

Discusión

Se ha comprobado, que en parkinsonismo atípico, los tratamientos físicos siguen siendo los únicos métodos realistas para mejorar el comportamiento motor y reducir las deficiencias funcionales. La relativamente corta duración de los efectos de las terapias físicas implica que estos programas se realicen durante largos períodos de tiempo o con una alta frecuencia, para que sus beneficios se mantengan en el tiempo 11. Apoyando esta opinión se encuentra Smiley et al 2012 indicando, que aunque una semana de tratamiento es suficiente para notar beneficios, son necesarios tiempo más prolongados para su permanencia. En esta misma dirección, De Goede et al.  sugirieron que los períodos prolongados de terapia fisioterapéutica son aconsejables para obtener una mejora sostenida en los síntomas de los pacientes EP, que ayuda a afirmar que los beneficios de los programas de fisioterapia están en relación directa con el número de sesiones que se realicen. A su vez, coinciden con Morris et al. en que es necesario evaluar los programas de entrenamiento locomotor tanto en la fase on como en la off del ciclo de la levodopa ya que los efectos de la medicación anti-Parkinson en el movimiento y en la capacidad funcional no puede ser olvidada. Por otra parte, Jacobs and Vand Horak agregan que es importante para los profesionales disponer de medidas con un alto nivel de exactitud y sensibilidad para poder evaluar el equilibrio en los pacientes con EP idiopática, ya que la presencia de un equilibrio anormal, constituye una llave neurológica, para clasificar a estos pacientes en el estadio I y II de la escala Hoehn-Yahr o en el estadio III, ayudando así, a que la fisioterapia pueda ser más efectiva en la mejora en el riesgo de las caídas que conllevan fracturas y con ella inactividad, aspectos en los que el tratamiento farmacológico se ve limitado. Por ello Hass añade un factor más a estudiar, como es, el inicio de la marcha, a modo de tratamiento no quirúrgico ni farmacéutico. Por último, no hay que olvidar que el programa de ejercicios bajo la supervisión de fisioterapeuta resultó ser más eficaz en la mejora de las actividades de la vida diaria, motora, mental, emocional y calidad de las funciones generales de salud en pacientes con enfermedad de Parkinson, en comparación con un programa auto-supervisado en casa.

Conclusiones

La evidencia sugiere que el entrenamiento físico es beneficioso para pacientes con enfermedad de Parkinson, especialmente en las primeras etapas. La relativa corta duración de los efectos de las terapias física implica que estos programas se persigan durante largos períodos de tiempo, o repetidos con frecuencia, para que sus beneficios se mantienen en el tiempo. El entrenamiento en cinta rodante parece ser una forma segura y eficaz de mejorar la manera de caminar en los enfermos de Parkinson

07 July 2022
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