Estados Unidos: de Guerra contra el Terrorismo hasta Hegemonía Mundial

Mis investigaciones de la política estadounidense después del final de la Segunda Guerra Mundial se convirtieron en el ensayo literario de terror mundial, contra que está luchando Estados Unidos, su geoestrategia para mantenerse la mayor potencia a nivel mundial. ¿Pero cuánto durará esta hegemonía?

Con el fin de la Guerra Fría se esperaba un periodo de paz mundial, pero la situación del siglo XXI, con las crisis económicas y los atentados producidos en diferentes puntos del mundo, es una muy distinta a la que se esperaba. Actualmente, podemos decir que nos encontramos en la sociedad de la información, una Sociedad de Riesgo.

El auge de las tecnologías y el fenómeno de la globalización han debilitado la situación de Estados Unidos, creando vulnerabilidades imposibles de afrontar de la manera en que se hizo durante la Guerra Fría. Este mundo globalizado se ve dividido en dos partes: centro y periferia; siendo el centro los estados democráticos y la periferia una anarquía. En este contexto, Estados Unidos es el claro estado hegemónico.

Desde los atentados del 11 de septiembre, Estados Unidos se ha iniciado en una Guerra contra el Terrorismo, definiendo terror no solo como terrorismo, sino como la acción de los estados que apoyan este terrorismo.

En la actualidad, debemos analizar como Estados Unidos consiguió adoptar la hegemonía mundial, mediante la Administración Bush, y si será capaz de mantener este liderazgo.

La estrategia y política exterior de Estados Unidos, como la de cualquier otro estado, se basa en el interés nacional. Podríamos decir que la posición mundial alcanzada por Estados Unidos durante la Administración Bush y la Administración Clinton fue gracias a la política de Contención y los proyectos de Gran Estrategia, que establecerían la Primacía Selectiva.

Esta Primacía Selectiva mantenía un orden internacional abierto a los intereses y valores de Estados Unidos e intentaba evitar el ascenso de una potencia hegemónica, ya fuera regional o global, que desafíe el orden internacional. Además, se daba una incertidumbre por posibles riesgos y amenazas a la seguridad nacional, sustituida más tarde por la Guerra al Terror(ismo).

Se intentaron mantener estos caracteres tras la Guerra Fría, a los que luego se añadieron otros, siendo su estructura definitiva la Guerra al Terror(ismo), el establecimiento de un orden internacional favorable a los valores e intereses de Estados Unidos y evitar el ascenso de una potencia hegemónica regional o global que desafíe este orden internacional. Esto se llevó a cabo en la nueva Administración Bush.

A pesar de todo, estos principios nombrados anteriormente, son una continuación de la postura estratégica Norteamérica llevada a cabo después de la Segunda Guerra Mundial. El auge de un poder preponderante, como era la Unión Soviética, fue una de las amenazas percibidas por la Administración de los Estados Unidos al inicio de la Guerra Fría.

Todas estas posturas pueden ser encontradas en algunos de los documentos del Departamento de Defensa tras la toma de la presidencia de Bush, donde podemos encontrar recogido el “establecimiento de un orden mundial pacifico a través del convencimiento general de que Estados Unidos es la única Superpotencia, y que existirá un acuerdo entre las grandes potencias sobre el orden internacional, salvaguardado gracias a la primacía de Estados Unidos: “Peace through Primacy” (García Cantalapiedra, 2004).

La nueva estrategia perseguida por Estados Unidos consistía en una estrategia de Compromiso Pacifico, que continua con la ampliación del número de estados democráticos y, así, de los miembros de la Alianza Atlántica, ya que las democracias no hacen la guerra entre ellas.

Todas estas estrategias le proporcionarían a Estados Unidos la legitimidad de potencia hegemónica.

Dentro de la nueva Administración Bush nos encontramos con una contradicción entre las políticas idealistas y liberales, donde la convivencia de ambas posturas está llevando a Estados Unidos de una posición de potencia hegemónica a una situación de Primacía Imperial. Esto es consecuencia de una serie de factores internos, como los atentados terroristas del 11 de septiembre; y externos, como una posición internacional de Estados Unidos nunca vista antes.

El gran problema son las cotas supremas alcanzadas en su preeminencia militar, que entran en relación con los Poderes Duros y Suaves, incluyendo el Poder Indirecto, que es conseguir que otros quieran lo que tu quieres. Esta preeminencia militar es un Poder Duro, lo cual no quiere decir que Estados Unidos no ejerza sus Poderes Suaves, pero si que la posibilidad de ejercer la primacía a través de la anteriormente nombrada preeminencia militar acaba creando esa imagen de poder imperial.

Tras la Guerra Fría nos encontramos con dos visiones en la política exterior norteamericana: la neoconservadora y la de la Administración Bush.

Con los neoconservadores vemos un carácter de Gran Estrategia, siguiendo el modelo de la era Reagan. La creación del Project for the New American Century en 1997 fue la principal plataforma para lanzar el proyecto de política exterior. Los puntos mas importantes de la política exterior eran el aumento del gasto en defensa y la transformación de las fuerzas armadas, es decir, una remilitarización de la política exterior.

En la nueva Administración Bush, se establece una política basada en un neo-reaganismo: con la reafirmación moral y religiosa, bajadas de impuestos, aumento del presupuesto de defensa y reafirmación de Estados Unidos como Superpotencia en el mundo. Uno de los puntos principales es el establecimiento de la libertad en toda la Humanidad, siendo una afirmación de wilsonismo e idealismo. También se demuestra el realismo estratégico, con la concepción idealista de crear un orden internacional de democracias.

Tras el fin de la posguerra Fría, la política de seguridad nacional de Estados Unidos se ve marcada por los acontecimientos internacionales y la división entre las políticas dentro del país. Encontramos la división entre los neoconservadores (Hawks) y los pragmáticos (Doves). Todo esto constituye un cambio conceptual, dando lugar a un nuevo pensamiento que justifica estas acciones y que pone fin a ciertos límites legales establecidos tras la Guerra Fría, acabando con el principio de no injerencia en función de la seguridad común, humana y el derecho humanitario. Estos acontecimientos llevarán a una nueva política militar, la llamada Doctrina Bush.

Las dos características principales de la Doctrina Bush son universalizar los valores, libre mercado y democracia como la entiende EE. UU., y la defensa preventiva contra amenazas no tradicionales. Claramente, esta es la culminación de la evolución de la Doctrina Reagan. Estas características, se convierten en una política global en el contexto de la Guerra al Terror y el marco de la Sociedad de Riesgo.

Por la evolución del panorama internacional y el pensamiento estratégico de EE. UU. se llega al concepto de Defensa Extendida. La disuasión nuclear ya no es un mecanismo donde basar el núcleo estratégico, por lo que en la nueva Administración Bush se establece la Defensa y la Compulsión-Coerción como núcleo básico de la postura estratégica. Es el tránsito desde Estrategias de Disuasión a Estrategias de Acción, cambiando el modelo de estrategia por uno basado en las capacidades del adversario. La política nuclear de la Administración Bush se basa en una nueva Triada: ofensivo, defensivo y capacidad de reconstrucción de la industria de defensa.

Las bases para la nueva política de defensa y las fuerzas armadas en el siglo XXI se encuentran recogidas en el Quadrennial Defense Review, que junto con el NSSD establecen que las fuerzas armadas norteamericanas deben tener siempre superioridad sobre las del resto del mundo. Una de las características mas importante de la nueva política es el Plan de Mandos Unificado, cuya reestructuración está en directa relación con el desarrollo de la política estratégica de Estados Unidos en Eurasia.

En las dos ultimas décadas, se ha hablado de la vuelta del “Gran Juego”, “Eurasia ha pasado de ser un problema de seguridad a un problema global, siendo el núcleo de este problema Asia Central” (García Cantalapiedra, 2004).

Desde 1991, EE. UU. empezó a introducirse en una zona anteriormente bajo dominio soviético, con gran importancia tanto geoestratégica, como política y económica, convirtiéndose en una política de interés nacional. Desde entonces, Estados Unidos ha intervenido en el reordenamiento de Oriente Medio, el Mediterráneo, el Cáucaso y Asia Central.

Hoy, la mayor preocupación entre los estados no es la guerra contra el terrorismo, sino el ejercicio unilateral de poder que ejerce Estado Unidos, existiendo un factor estructural que marca esta conducta: la posición hegemónica sin rival de EE. UU. en el sistema internacional. el problema está en que, anteriormente Estados Unidos tenia en cuenta a los aliados, pero actualmente a medida que su poder se ha ido expandiendo se han expandido sus intereses. Para una potencia hegemónica como es Estados Unidos, el mundo entero es su periferia.

Como hemos visto, la política estadounidense ha sufrido grandes cambios desde el final de la Guerra Fría hasta hoy, sobre todo en términos de política exterior y seguridad nacional. Mediante todas estas medidas realizadas, Estados Unidos ha conseguido mantener su posición de Superpotencia a nivel mundial durante tantos años. También hay que destacar que, actualmente el auge económico de China es uno de los principales retos a los que se enfrenta EE. UU., ya que podría llegar a perder su poderío económico y comercial.

Por todo lo dicho anteriormente, podemos llegar a concluir que, a pesar de las amenazas que pueda sufrir esta gran potencia, sus líderes políticos serán capaces de mantener la hegemonía mundial, como ya han hecho anteriormente.

Fuentes

García Cantalapiedra, D. (2004). Peace Through Primacy. La Administración Bush, La política exterior de EE.UU y las bases de una primacía Imperial. Geopolítica, recursos energéticos y Guerra al Terrorismo. UNISCI Discussion Papers, (4), 17. https://doi.org/10.5209/rev_UNIS.2004.n4.29430

11 February 2023
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