Género Literario Fantástico y Sus Caracteríaticas

En el prólogo a la influyente Antología de la literatura fantástica recopilada en 1940 por los escritores y amigos argentinos Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares, el ultimo autor declara: “Viejas como el miedo, las ficciones fantásticas son anteriores a las letras“.

Los científicos reconocerán en estas palabras un “eco” de la sentencia inicial en el trabajo El horror sobrenatural en la literatura de escritor estadounidense Howard Phillips Lovecraft: “El miedo es una de las emociones más antiguas y poderosas de la humanidad, y el miedo más antiguo y poderoso es el temor a lo desconocido”. 

Como demuestran estas citas, la antología absorbió muchas de las ideas de Lovecraft y las complementó con las suyas. Esta importación selectiva, la imitación y el diálogo intertextual sobre la literatura se convirtió en parte de un proceso de lo fantástico en un modo de expresión original.

Juan Eduardo Zúñiga, Rafael Pérez Estrada, José Ferrer Bermejo, Antonio Fernández Molina, Luciano G. Egido, Luis Mateo Diez, José María Merino, Hipólito G. Navarro, Ángel Ogloso, Fernando Iwasaki, David Roas, Andrés Neuman, Miguel Ángel Zapata son los escritores desde diferentes sitios de España y con objetivos absolutamente diversos. Sin embargo, todos tienen en común asumir los elementos fantásticos como propios, abordar los temas del género sin reservas, y lo hacen con una naturalidad por completo ausente de complejos. Mejor dicho, estos autores consideran que lo fantástico es ese género literario que incluye la irrupción de un fenómeno sobrenatural en un contexto realista, de una forma tal que rompe y cuestiona las leyes del funcionamiento del mundo.

Entonces los escritores de los microrrelatos cumplen las reglas. Primeramente, según ellos el texto debe obligar al lector a considerar el mundo de los personajes como un mundo de personas vivas y a vacilar entre una explicación natural o sobrenatural de los acontecimientos descritos. En segundo lugar, esta vacilación puede ser experimentada por un carácter: el papel del lector es por así decir confiado a un carácter, y al mismo tiempo se representa la vacilación, él se convierte en uno de los temas de la obra. El fantástico también puede representar los sueños (por ejemplo, Venganza extravagante de José Ferrer Bermejo “un hombre está durmiendo en su sueño imagina que conoce a una mujer solitaria” la cual después se convierte en una estatua de barro llena de escorpiones) y la vigilia donde el personaje o el mismo lector vacila en cuanto a lo que es la realidad o lo que es un sueño. Una vez más lo fantástico se encuentra en esta vacilación – una vez que se decide los extremos fantásticos. En consecuencia, el fantástico es la frontera entre lo misterioso y lo maravilloso, es la vacilación entre los dos.

Según Tzvetan Todorov, el crítico literario búlgaro – francés, la mejor estrategia narrar utilizando la primera persona, ya que es una manera de presentar una historia fantástica para que nos identifiquemos con el personaje. En la narración de tercera persona, percibimos lo que el personaje percibe, así como todos sus pensamientos. Si el narrador es omnisciente, no hay suspenso y no es fantástico porque no hay lugar para la duda. Entonces la focalización externa cuando la acción se ve desde fuera, no se utiliza en los microcuentos fantásticos.

Hay que señalar otros rasgos importantes de los cuentos fantásticos:

  • Uno de los motivos más frecuentes del género fantástico es el doble. Y así, microrrelatos como Otro de Antonio Fernández Molina que llega a anular el yo después de haberlo duplicado o Persecución de Luis Mateo Diez que trata de explorar en el sentido del propio yo a partir de la comparación con el otro.
  • Hay también un tratamiento novedoso del tópico del fantasma en la narrativa fantástica, que implica un cambio de perspectiva: el fantasma y el protagonista se identifican. Este cambio de punto de vista nos permite situarnos al otro lado, en la dimensión de lo oculto. Es lo que sucede en muchos de los microcuentos como Ya no quiero a mi hermano de Fernando Iwasaki: “ dijo la médium con su voz de drácula, y de pronto se transformó y puso cara de buena; el espíritu respondía a través de la señora.” Vemos que la frontera entre uno y otro lado es siempre confundida. A veces, esta presencia espectral es al mismo tiempo la voz narradora de la historia – el mejor ejemplo es el microrrelato Meditación del vampiro de Hipólito G. Navarro.
  • La cuestión de la identidad se haya convertido en otras preocupaciones esenciales:  la personalidad múltiple, los trastornos alucinatorios, las alteraciones del sueño, de la memoria o de la percepción, y todo tipo de perturbaciones. En la narrativa fantástica todos estos males hunden sus raíces en los abismos del yo. Es decir, el individuo está perdido en ese nuevo laberinto inextricable que es ahora la realidad; el no acaba de saber a qué lado de la cordura, de la vida o de la muerte, esta. Ya en el territorio de los sueños, el personaje puede o bien acabar hundiéndose en los confines del subconsciente, o bien abrir nuevos puentes a realidades paralelas.

Entonces ahora querría analizar dos microrrelatos: Ecosistema de José María Merino y Meditación de un vampiro de Hipólito G. Navarro.   El primer mencionado microrrelato (Ecosistema de José María Merino) publicó por primera vez en la antología Dos veces cuento. El mismo autor reproduce varios tópicos del género fantástico en sus microrrelatos: el doble, la metamorfosis, las fantasmas, los vampiros y otros. En el Ecosistema se desarrolla el motivo de la existencia de los mundos paralelos cuya intersección está encarnada por el narrador protagonista. De esta manera, se expresa el difícil equilibrio del universo habitado por seres vivos, dominado por una naturaleza poderosa, capaz de asumir en sus reglas y relaciones los acontecimientos que a los seres humanos nos puedan parecer más extraños. Así, ese mundo alternativo que se descubre las leyes espacio – temporales, ya que es microscópica y sus seres vivientes – la mujer desnuda que come huevos de los nidos y caza pájaros como método de supervivencia. Pero el narrador protagonista cruza esas fronteras y se adapta perfectamente a su nuevo hogar y a las relaciones que establece entre los seres vivos, es decir, se adapta a un “ecosistema” primitivo y puro. Las escenas narrativas siguen una línea de tiempo en perfecta sincronía con el ciclo natural. Del acontecimiento habitual que constituye el regalo de un bonsái para su cumpleaños, el narrador relata una serie de acontecimientos del pasado, delimitados por marcadores temporales que indican el paso de las estaciones: en otoño, en primavera, a finales del verano hasta llegar al presente (ahora). El autor elabora cuidadosamente aspectos del tiempo en la narración, todo lo relacionado con el espacio denota una precisa selección léxica y morfológica que se lleva a cabo para describir ese universo alternativo, una réplica en miniatura de la que podría ser la que conocemos, pero hace miles de años. El mundo microscópico se configura con términos seleccionados (un bonsái, unos diminutos insectos blancos, las hojitas, un pájaro minúsculo, una mujercita desnuda), hasta que en ese mundo aparece el mamut, por eso el lector asume que esto debe ser necesariamente de las mismas proporciones. Al final, los dos mundos son de nuevo paralelos y en ambos continúa la actividad diaria. Sin embargo, la vida miniatura continúa su curso entre los tiestos de la galería y la vida de la casa también lo hace, a pesar de la ausencia del protagonista. De este modo, todos los acontecimientos fantásticos que han sido reportados – la existencia de mundos alternativos, la metamorfosis, la violación de las leyes físicas – están perfectamente integrados en la realidad representada, por imposible y poco probable que parezcan.

El microrrelato Meditación de un vampiro posiblemente uno de los más conocidos de Hipólito G. Navarro que se recoge en un libro titulado. Los últimos percances. El autor muestra el espíritu transgresor y rupturista en su microcuento. Sin embargo, la transgresión se produce introduciendo en la narrativa un enfoque ambiguo que se resuelve en la última línea lo que da a la historia su carácter fantástico: “Y agradecido yo, me descuelgo y salgo”. La historia breve está dividida en dos partes. La primera parte se desarrolla a lo largo del texto, a excepción de la última línea mencionada, y constituye el marco espacio – temporal de la narrativa, antes del desarrollo de la acción: es la descripción de los fenómenos luminosos que ocurrieron en el campo a lo largo de un día, ya que amanece hasta que oscurezca. En ese momento la segunda parte ya implica una desambiguación respecto a la primera, una sorpresa narrativa que lleva al lector a reconsiderar el significado de su lectura. Al principio del microrrelato se describe un ciclo de tiempo cerrado y se utilizan múltiples recursos poéticos, centrados en la personificación del sol, en torno a la que surgen varias metáforas, como la avanzadilla, los sobresaltos, la claridad que derramó. Los mirlos son un leitmotiv en el microcuento que simbolizan la claridad del día y la luz que revela en la naturaleza. La segunda parte, que se desarrolla en la última línea del relato, se corresponde con la situación inicial de un relato que queda sin contar. Por esta razón nos podemos interpretar que la acción narrativa de la historia está abierta a la interpretación libre del lector. Aquí, la voz narrativa deshace la ambigüedad de la primera parte: el narrador o mejor dicho el testigo de los fenómenos naturales que ha descrito se convierte en el narrador protagonista que adopta a la primera persona. La oscuridad necesaria para comenzar su actividad y sus movimientos porque sugiere que es un vampiro – murciélago. Al final de la lectura, nos fijamos en que el escritor rediseñado un arquetipo tradicional de la literatura fantástica, el vampiro, desde una perspectiva inusual, con una estructura que podría ser interpretado como truncado o abierto y un discurso raro en las historias que tratan con seres fabulosos y transformaciones.

Al final tomando en cuento estos ejemplos, podemos hacer una conclusión que la narrativa fantástica o la literatura de fantasía es un universo imaginario casi siempre sin lugares, eventos o personas del mundo real. Las criaturas sobrenaturales, los fantasmas, el doble, la cotidianidad de lo fantástico, la irregularidad y los elementos mágicos son comunes en muchos de estos mundos imaginarios. Como ya hemos observado este género fantástico son los hechos y fenómenos contrario a las leyes naturales reales o ficticio, que lo utiliza abundantemente en los microrrelatos, relatos y cuentos. Los autores diferentes se ponen de acuerdo en que es unos de los géneros más importantes que tiene una fascinación en literatura. Además, es interesante que desde el siglo XX este fenómeno creciente del género de fantasía ha tomado la parte no sólo en la literatura, sino también en las películas, programas de televisión, novelas gráficas, videojuegos, música y arte.

08 December 2022
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