La Antigua Grecia: Regreso De Odiseo A Casa

Introducción

La Odisea nos relata una de las tantas historias de la antigua Grecia, el regreso de Odiseo a casa; Nos muestra todos los obstáculos y dificultades que tuvo que atravesar antes de reencontrarse con su esposa Penélope y su hijo Telémaco. Durante la espera muchos hombres deseaban casarse con Penélope, pero ella les daba largo con astucia. Los pretendientes trataban de convencer la que su amado Odiseo había muerto, cada vez se ponían más pesados con sus intenciones de casarse con ella. 

Ella se mantuvo renuente a escoger marido, porque solo amaba a Odiseo. Penélope esperó pacientemente el retorno de su marido de la Guerra de Troya, destacándose por la fuerza de su carácter, por su firmeza y perseverancia, se sometió a una larga espera con la convicción que Odiseo algún día retornaría a casa, sin rendirse ni desfallecer, ni por un instante y así finalmente lo vio retornar a casa.

Desarrollo

Los pretendientes trataron muchas veces de convencer a Penélope que abandonara la idea del regreso de Odiseo, que él había muerto en la Guerra de Troya, que se había olvidado de su gente y de ella. Querían que se rindiera y que escogiera un nuevo esposo, ya estaban cansados de esperar; revisemos en el texto literario aparte de como su Autor nos relata esta situación: Está claro que Odiseo ha muerto lejos ¡ojalá que hubieras perecido tú también con él!; no habrías dicho tantos vaticinios ni habrías incitado al irritado Telémaco esperando ansiosamente un regalo para tu casa, por si te lo daba. “Pues del divino Odiseo no se acuerda ninguno de los ciudadanos sobre los que reinó, aunque era tierno como un padre. 

Más yo me lamento no de que los esforzados pretendientes cometan acciones violentas por la maldad de su espíritu, pues exponen sus propias cabezas al comerse con violencia la hacienda de Odiseo, asegurando que este ya no volverá jamás.” (Homero 1933, PDF 10). Las citas anteriores nos muestran cómo los pretendientes no se cansan de insistir que Odiseo no va a volver, que se olvidó de su reino y que está muerto. Ellos tenían todos un mismo objetivo, cuál era, convencer a Penélope que Odiseo estaba muerto. Penélope nunca les creyó ni los escuchó, nunca abandonó su esperanza, ella siempre tuvo fe que Odiseo iba a regresar algún día. 

Homero a través de esta situación y de Penélope nos deja una enseñanza muy importante, nunca pierdas la fe, si crees en un objetivo o proyecto que está acorde con tus principios y valores, mantente firme y constante en lograrlo con amor y mente positiva; insiste las veces que sea necesario para alcanzar la meta que te propongas, no importan los obstáculos y adversidades que se atraviesen, no importa cuán difícil o demorado sea alcanzarlo o llegar a él. Durante el camino, si este es largo, toma tu tiempo para descansar, reinventarte, replantear lo avanzado, de manera que no se convierta en una simple obsesión o terquedad; si no, en un eficaz proyecto de vida con la capacidad de que te aporte beneficios y provechos, sin que esto implique, abandonar, repito, tus principios y valores.

Penélope era una mujer muy astuta y sabia, ella sabía como hacer la cosas para sacar beneficio. Estaba ya cansada que los pretendientes le dijeran que Odiseo estaba muerto y que le insistieran tanto en escoger a un marido. Se le ocurrió una ingeniosa idea para ganar tiempo, les dijo que iba a tejer una mantilla y que cuando la terminara de tejer escogería a un esposo, pero lo que ella hacía era que todas las noches destejía lo que tejía en el día. Veamos como se refleja en el texto esta acción de nuestro personaje: “Aguardad, por mucho que deseéis esta boda conmigo, a que acabe este manto no sea que se me pierdan inútilmente los hilos, este sudario para el héroe Laertes, para cuando lo arrebate el destructor destino de la muerte de largos lamentos. “Así que durante el día tejía la gran tela y por la noche, colocadas antorchas a su lado, la destejía. 

Su engaño pasó inadvertido durante tres años y convenció a los aqueos, pero cuando llegó el cuarto año y pasaron las estaciones, una de sus mujeres, que lo sabía todo, nos lo reveló y sorprendimos a esta destejiendo la brillante tela. Las citas anteriores nos reflejan como Penélope estaba decidida a esperar el regreso de Odiseo, como quería ganar tiempo sin tomar una decisión contraria a sus deseos, mientras él regresaba, sin verse obligada a tener que escoger un nuevo esposo. También nos muestran a Penélope como una mujer muy estratega, que desarrolló un plan que le funcionó por tres años.

Penélope se da cuenta de que siempre estuvo en lo correcto, que nunca rendirse fue lo ideal. Cuando Odiseo regresó ella no se lo creía, no creía que Odiseo era Odiseo. Hasta que Odiseo dice algo que solo ella y él sabían, cómo Odiseo construyó su cama; examinemos el texto dentro de la historia: “Así dijo; invadió a Penélope la alegría y, saltando del lecho, abrazó a la anciana, dejó correr el llanto de sus párpados y hablándole dijo aladas palabras, Vamos, nodriza querida, dime la verdad, dime si de verdad ha llegado a casa como anuncias; dime cómo ha puesto sus manos sobre los pretendientes desvergonzados, solo como estaba, mientras que ellos permanecían dentro siempre en grupo.

Pero ahora que me has manifestado claramente las señales de nuestro lecho, que ningún otro mortal había visto sino solo tú y yo y una sola sierva, Actorís, la que me dio mi padre al venir yo aquí, la que nos vigilaba las puertas del labrado dormitorio, ya tienes convencido a mi corazón, por muy inflexible que sea. Las citas anteriores nos muestran la dicha que le dio a Penélope reencontrarse con su amado esposo que hacía 20 años no veía; nos muestra como para ella era tan increíble el suceso que había pasado que no se lo creía. Así de simple, Penélope siempre tuvo la fe y esperanza que Odiseo iba a regresar, nunca la perdió, confió en ella, en su convicción, perseveró y se mantuvo firme en ella.

Conclusión

En conclusión, podemos ver que como la perseverancia trae frutos. Penélope nunca se rindió. Notemos cómo a pesar de que la guerra había terminado y ella lo sabía ella persevera en la idea fija de esperar a su amado esposo. A ella la acompañaba el valor, la actitud de continuar esperando a Odiseo persistir en esta espera durante 20 años contra todo pronóstico y las dificultades e incomodidades que le generaba los insistentes pretendientes. 

La paciencia y perseverancia de Penélope al fin dieron sus frutos después de esos largos 20 años y tal como lo sospechaba vio finalmente regresar a Odiseo. Penélope siempre tuvo fe que Odiseo iba a regresar a casa, nunca escuchó a los pretendientes cuando le insistían que Odiseo estaba muerto y que no iba a volver, trató de ganar tiempo manteniéndose firme en su convicción para no escoger un marido y así esperar para que Odiseo regresase a casa.       

17 August 2021
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