La Antropología Social Y Su Relación Con La Sexualidad Y El Tercer Sexo

Introducción

El tema que he decidido tratar en este primer ensayo de la asignatura Antropología Social, se encuentra relacionado con la sexualidad, respecto al denominado tercer sexo, un tema considerado como tabú. Más concretamente, trataré de comprender y conocer este tercer sexo a través de la vida de los hijras.

Lo primero de todo es diferenciar entre dos términos, sexo y género, los cuales tienden a usarse para describir lo mismo, y esto no es como se piensa.

Después de diferenciar y tener claro el concepto de sexo y género, lo siguiente es preguntarse, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de tercer sexo o tercer género? ¿Es lo mismo tercer género o sexo que homosexualidad?

Ya contestadas las dos preguntas anteriores, pasaré a fijarme en los hijras. Partiendo de estos, nos podríamos plantear una serie de cuestiones:

  • Desde un punto de vista sexual, ¿qué son los hijras, son hombres o son mujeres? ¿Podría considerarse, que los hijras, son una mezcla de los dos prototipos sexuales que imperan en la sociedad? Si no son considerados en ninguno de estos dos prototipos anteriores, ¿qué son?
  • Situándonos en un contexto histórico, ¿cuándo aparecen por primera vez los hijras?
  • Desde una perspectiva más social, ¿cuál es la posición o estatus que ocupan para el resto de la sociedad?

Y finalmente, podríamos plantearnos la cuestión de si es posible la aceptación del tercer sexo en nuestra sociedad española.

Desarrollo

Sexo y género

Para valorar si existen otros géneros a parte del sistema sexual binario de macho y hembra, se necesita una visión clara de la diferencia de significados que supone el concepto de sexo y de género.

El sexo se refiere a como nacemos biológicamente, y que viene determinado por nuestros órganos sexuales. En cambio, el género se encuentra determinado por factores sociales. La construcción social de la identidad del género es independiente a la orientación sexual.

Según la Dr. Evelyn Blackwood, antropóloga de la Universidad de Purdue, en un documental emitido por national Geographic sobre el tercer género, y también, que trata sobre los hijras, argumenta que: “el género, en gran medida, viene definido por la cultura, así que, existen culturas que establecen ciertas expectativas y características que los hombres y las mujeres deberían cumplir. Y cuando existe esta idea de que sólo hay dos géneros, todo lo que sea diferente se convierte en una amenaza para la gente”. Es decir, que la sociedad tiene inculcada una mentalidad sobre la sexualidad debido a la cultura, y el pensar que, además de existir hombres y mujeres existe otro género, llamado tercer sexo o género. El cual, se hace incomprensible para tal sociedad, ya con unos valores arraigados, y por tanto, tiende a discriminarse por resultar distinto a la cultura. 

El tercer sexo o tercer género

Es un hecho que todas las costumbres y culturas son diferentes en todo el mundo, pero generalmente, todas tienen en común el concepto de género, basado en un esquema sexual binario, hombre y mujer. A pesar de ello, en muchos países no solo se reconocen esos dos géneros, sino que aparece un tercer género, es decir, una alternativa, rompiendo con la clásica dualidad genérica. Por ejemplo, en la India existe un tercer sexo reconocido, los hijras, de los cuales ya hablaremos más adelante.

Desde una perspectiva biológica, hay que tener en cuenta, que la mitad de las especies que habitan en la tierra, ya sean animales o vegetales, no se podrían encuadrar dentro del esquema sexual binario de macho o hembra. Como ya se conoce, la mayoría de las plantas son hermafroditas y, además, animales como los caracoles, los percebes y las estrellas de mar.

Por ello, habría que preguntarse: ¿y los humanos, podrían clasificarse en otro tipo de género que no fuese macho o hembra, masculino o femenino, hombre o mujer?

Es habitual practicar cirugías genitales en los recién nacidos, cuando sus órganos sexuales no se encuentran definidos claramente o cuando presentan características fisiológicas de los dos sexos, son los llamados intersexuales. Esta práctica se suele realizar para evitar discriminaciones por parte de la sociedad en un futuro, de algo que resulta diferente. Puesto que la sociedad, tiende a discriminar cualquier aspecto que se salga de lo considerado como normal o habitual. Pero con el transcurso del tiempo, esta práctica se realiza cada vez con menos frecuencia, dejando crecer al recién nacido si no tuviese problemas por ello, para en un futuro este pueda decidir que ser: hombre, mujer o pertenecer a un tercer género.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta al uno por ciento de la población mundial. O lo que es lo mismo, existe un caso de intersexualidad por cada 250 personas, por lo que, la frecuencia de coincidir con uno de ellos es igual a la de encontrarse con un pelirrojo.

Por lo tanto, este concepto de tercero género se está empezando a acuñarse poco a poco en las diferentes sociedades. Ya que cada vez es más el reconocimiento a este género, distinto de los que confortan el esquema sexual binario, llegando a considerarse que existe un tercer sexo distinto a los otros dos. Por ejemplo, es el caso de Australia y Alemania, que lo han reconocido, permitiendo la posibilidad de que un ciudadano de su país pueda no ser registrado como hombre o mujer, sino que deje libre la casilla que se corresponde al género. Se trata de un paso más al reconocimiento de un género distinto al del hombre y la mujer.

Un aspecto fundamental que no se debe confundir es el tercer sexo con la homosexualidad. La homosexualidad no es un tercer género, es una preferencia sexual que está generalmente relacionada con la sexualidad, así que, hay un deseo por parte de una persona hacia otra del mismo sexo, dos hombres o dos mujeres. Mientras que, el tercer sexo tiene más que ver con el género, así que a menudo, la gente habla de estar atrapada en un cuerpo equivocado y desea cambiar su cuerpo, dejar de ser varón y convertirse en hembra.

Los hijras

¿Qué son?

Según la tradición religiosa hinduista los hijras son reconocidos como un género alternativo asociado a la espiritualidad. Los hijras son varones, pero desde temprana edad, se visten y se comportan como mujeres, identificándose con todos los roles femenino. Para convertirse en un verdadero hijra y asumir gradualmente la feminidad es necesario pasar de chela (alumno) a gurú (maestro). Cada maestro puede convivir con cinco o seis alumnos en una familia hijra y se consideran parte de su linaje. La culminación de la feminidad tiene lugar tras una ceremonia llamada nirvan (renacimiento), que en numerosos casos va unido a la castración. Aquellos que deciden extirparse los genitales, es costumbre depositarlos en una vasija y dejarlos debajo de un árbol sagrado. Tras la extirpación, los hijras reciben el mayor respeto por parte de su comunidad. Por tanto, estaríamos hablando de transgéneros de hombre a mujer. Se asemejarían a los travestis en nuestra cultura occidental. 

Los propios hijras se consideran superiores por tener una doble personalidad, el del hombre y el de la mujer, pero se consideran sobre todo femeninos sí o sí.

Su origen

El origen o historia que acompaña a los hijras proviene de una leyenda con más de veinte mil años de antigüedad.

Según ésta, el guerrero hindú Aravan, decidió sacrificar su vida a los dioses para asegurarse la victoria en una batalla épica. Aunque Aravan, impuso como condición que se le concediera un único deseo, el cual era casarse y pasar la última noche en la tierra con una mujer hermosa. Pero se encontró con el impedimento de que ninguna mujer deseaba casarse con este, puesto que no querían quedarse viudas en el transcurso de una noche. Para satisfacer el deseo de Aravan, el dios Krishna, al escuchar al lamentado guerrero se transformó en Mohini, una hermosa doncella. Todo ello para casarse con Aravan y pasar la noche con él. Al día siguiente de celebrarse la batalla Aravan murió, y Krishna lloró por él como una verdadera viuda.

Por ello, los hijras tienen como dios a Krishna, ya que su transformación constituye un apoyo a la naturaleza del amor entre los hijras y los hombres. Para celebrar sus bodas con el dios y, al mismo tiempo su identidad, los hijras van cada año a Kutayan, al sur de la India. Para esta ocasión, los hijras se visten con sus mejores trajes de novia y, al día siguiente como Aravan muere, los hijras se convierten en viudas llorándole a éste.

Los hijras se reúnen anualmente en el mes de mayo en el templo de Koovagam donde se venera a Bauchara Mata, su diosa madre, que se trata de una divinidad mitad femenina y mitad masculina de la religión hinduista.

Su estatus social

Los hijras tuvieron en su momento un importante papel en la sociedad hindú, ocupaban un estatus religioso y espiritual, puesto que bailasen en una boda o que asistieran al nacimiento de un bebé se consideraba un signo de fortuna. Ya que, según la tradición hindú los hijras tienen la capacidad de otorgar o privar de la fertilidad a los recién casados y a los recién nacidos. Pero en la sociedad hindú actual, los hijras están perdiendo su estatus religioso, por lo que para sobrevivir se ven obligados a mendigar por las calles. Cuando los hijras se acercan a la gente a pedir limosna lo anuncian con una peculiar palmada, y estos son apercibidos de que se encuentran allí. La mayoría de las personas prefieren que los hijras le echen una bendición antes que ser maldecidos, puesto que su maldición se considera la más temida en el hindú. Para ello, los hijras se levantan la ropa para enseñar la cicatriz donde colgaban los genitales. Además, recurren a la prostitución como otro medio de ganarse la vida.

En la cultura de la India, los hijras son considerados un tercer sexo único, pero ese reconocimiento no es sinónimo de aceptación, puesto que convertirse en un hijra supone ser un paria. A menudo, son los padres del hijo quien lo repudia, porque mancha la reputación de la familia, y por tanto, no les queda otra que refugiarse entre ellos.

Además, a los hijras se les niega el derecho a una vivienda digna, y muchos tienen que vivir en centro dirigidos por un hijra veterano que ejerce como madre del grupo, o en centro exclusivamente creados para protegerlos. La mayoría renuncian a la vida sexual y sólo se entregan a una vida espiritual, debido a que formar una familia es un sueño muy lejano en estos momentos para ellos. Ya que la realidad que les acompaña es que poco a poco, y cada vez más, están quedando al margen de la sociedad.

Conclusiones

De todo lo comentado y expuesto hasta ahora, se puede decir que los hijras representan el concepto de tercer género, y por ello desafían a la concesión general de que solamente existen dos géneros. En occidente serían los denominados travestis o transexuales, pero los travestis suelen identificarse como hombre o como mujer, los hijras no se consideran ni lo uno ni lo otro.

Se debe destacar que desde hace tiempo se intenta que la sociedad avance y consiga ver a este tercer género como algo natural y no extraño. Para ello, alrededor de los años 90 surgió la teoría queer, que se trata de una corriente norteamericana cada vez más reconocida.

Las nuevas propuestas teóricas y metodológicas de la teoría queer han permitido profundizar en la crítica al binarismo sobre la sexualidad y el género. En la práctica, la expresión queer se utiliza para definir a un amplio grupo de personas: lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, transexuales, homosexuales e intersexuales. Básicamente se trata de personas, comportamientos o grupos que transgreden la heteronormatividad. Se podría decir que queer hace referencia a formas de vida e identidades diferentes, que se salen de la norma establecida por la ideología y los estereotipos dominantes. La teoría queer está muy relacionada con la Antropología del Género, y entre sus objetivos se encuentra la deconstrucción de las identidades sexuales estables y, particularmente, la desestabilización del binomio heterosexual-homosexual que impera en casi todas las sociedades.

Algunos teóricos que destacan por su esfuerzo por desmontar el pensamiento social hetero y homosexual son Nicholas Bradford, Judith Butler, Beatriz Preciado, José Antonio Nieto, Marie-Hélène Bourcier. En cuanto a la Antropologia queer sobresalen Ellen Lewin, Serena Nanda, Evelyn Blackwood, Saskia Wieringa entre otros.

El reconocimiento y aceptación de la existencia de un tercer género en las culturas del occidente cuesta mucho más, por la fuerte vinculación que se tiene a la Iglesia, y sobre todo al catolicismo, el cual presenta un solo dios y cuya historia desde sus inicios se ha basado en la existencia del hombre y la mujer, de ahí la dificultad de comprensión por otros géneros. En cambio, a diferencia del catolicismo, religiones como la hinduista, poseen un número elevado de dioses, por ello una mentalidad más abierta para reconocer la existencia de otros géneros.

Pero tengo la esperanza de que poco a poco, la sociedad, nosotros, seremos capaces de reconocer, pero no solo de reconocer sino además de aceptar, es decir, de no discriminar a otros géneros alternativos. Puesto que es un hecho que se encuentran ahí, aunque no seamos capaces o no queramos abrir los ojos y darnos cuenta de ello. Con esta teoría, la teoría queer, y con movimientos reivindicatorios de sus derechos, se van dando pequeños pasitos para conseguir su aceptación de una vez.

Bibliografía

  • Canal de Historia. Los hijras el tercer sexo (intersexualidad).
  • Canal Odisseia: La India
  • La noche temática: La ciencia de los sexos. Televisión Española
  • National Geographic (Taboo), la India: el tercer género.
  • Aurelia Martín Casares (2006), Antropología del género. Culturas, mitos y estereotipos sexuales, Madrid: Ediciones cátedra
  • Artículo de El País: Intersexualidad. El tercer sexo. 26 de diciembre de 2013. Rita Abundancia
19 Jun 2021
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