La Creencia En El Oráculo en la Antigua Grecia, Antígona

En Antígona, el oráculo es utilizado principalmente por los padres de Edipo y luego por Creonte para tomar decisiones con respecto a ciertas circunstancias, conociendo mediante el oráculo cuáles serían los acontecimientos del futuro. En la historia, se ve primero el destierro de Edipo, que sucede luego de que sus padres consultaran con el oráculo y este revelara que Edipo mataría a su padre y se casaría con su madre. Al escuchar esto, los padres de Edipo deciden desterrarlo para evitar que se cumpliera lo que el oráculo revelaba. Los padres toman la decisión de separarse de su hijo, dejarlo solo a la misericordia de otras personas, siendo tan solo un bebé, para evitar que su padre, el rey, muriera asesinado por su propio hijo. Más adelante en la historia, se observa a Tiresias, un anciano considerado un adivino entre el pueblo, en el palacio de Creonte. Este anuncia que muchas personas vivirán en la miseria o morirán si Creonte decide no enterrar a Polínises y matar a Antígona. Sin embargo, a diferencia de los padres de Edipo, Creonte duda de la profecía de Tiresias, y consulta al Corifeo para tomar una decisión. El Corifeo le expresa que debe seguir la recomendación de Tiresias, diciendo: “este adivino jamás predijo a la ciudad oráculos falsos.” Ante esto, Creonte decide seguir la recomendación de Tiresias.

Ante cada acción sabemos que existe una consecuencia, y esta historia no es la excepción. En la obra, el autor nos presenta que creer en el oráculo lleva al dolor, pues puede significar tomar decisiones difíciles al conocer lo que pasará en un futuro, como se da en el caso de los padres de Edipo.

Sin embargo, en la historia también se presentan las consecuencias de no creer en el oráculo. Creonte dudó de la certeza en las revelaciones de Tiresias, aunque luego es convencido por Corifeo para seguir con lo que recomendaba el adivino. Sin embargo, cuando Creonte decide salir y dejar libre a Antígona, un mensajero entra al palacio y les comunica que Hemón, hijo de Creonte, ha muerto, pues se quita su propia vida junto a Antígona, quien se ahorca en su celda usando su propio cinturón. Luego, Creonte regresa a su palacio y se encuentra con la noticia de que su esposa, la reina Eurídice se ha quitado la vida luego de escuchar la noticia de la muerte de su hijo. Esto le demuestra al lector que el oráculo no se equivoca, y el no creer en él lleva a los sucesos que se pudieron haber evitado si se hubieran seguido las predicciones previas.

Debemos resaltar que la cultura griega creía ciegamente en el oráculo y ponían toda su fe en él, aunque en la historia se presente un personaje que duda de su certeza. Incluso cuando se equivocaban sus predicciones, los antiguos griegos argumentaban que simplemente se interpretó mal, pues para ellos, el oráculo nunca podía estar en lo incorrecto. Si dudaban de su eficacia, se creía que estas personas tendrían mala suerte hasta no expresar y demostrar su creencia en el oráculo.

Resulta curioso que dentro de estos oráculos, siempre era una mujer la que realizaba el rol de sacerdotisa, que era, sin duda, el papel más importante dentro de la interpretación de los mandatos de los dioses. Es necesario remarcar que en esa época, la mujer no era considerada ciudadana, no tenía ni voz ni voto y era vista simplemente como un objeto del que el hombre podía apoderarse y llamar como suyo. Sin embargo, la mujer juega un papel vital en lo que podría considerarse una de las creencias más importantes de la cultura de la Antigua Grecia. Esto demuestra que una de las intenciones del autor es mostrar a la mujer como una pieza importante en la cultura griega, aunque no sea reconocida como tal. Así mismo, el autor muestra a la mujer como valiente y correcta, a través del personaje Antígona, pues ella es quién lucha por lo que considera correcto, (enterrar a su hermano Polínises), no teme a Creonte y está dispuesta a perder su vida luchando por él.

Aunque en la historia el oráculo se considera certero, muchos historiadores argumentan que la credibilidad de los oráculos estaba siendo cuestionada, aún por algunos griegos de la época, pues se llevaban a cabo algunos procedimientos que resultaban confusos o sospechosos. Por ejemplo, la sacerdotisa se reunía con la persona unos días antes del oráculo y la llegaba a conocer. Esto se daba con todas las personas que quisieran consultar, por lo que la sacerdotisa llegaba a conocer a profundidad a muchas personas que estaban relacionadas entre sí de una manera u otra. Por ende, la sacerdotisa conocía con certeza las respuestas a muchas de las consultas que hacían los habitantes, especialmente si eran consultas acerca de otras personas del mismo pueblo o ciudad. Se argumenta también el uso de vapores alucinógenos, pues la sacerdotisa llegaba a un estado de alucinación completa, por lo que la presencia de un profeta era necesaria para continuar la interpretación. Dentro de este estado la sacerdotisa podía decir lo primero que se viniera a la mente y comunicarlo a las personas, quienes confiaban plenamente en lo que revelara.

En conclusión, la obra Antígona deja en evidencia que el oráculo en la Antigua Grecia llevaba a las personas a tomar decisiones irracionales, basadas en interpretaciones, que podrían causar daños irreparables, no solo en la vida de la persona que consultaba, sino también en las personas cercanas a ella. Así mismo, el autor utiliza al personaje principal, Antígona, para demostrar las virtudes de una persona correcta, digna de ser imitada por su coraje y perseverancia. Por el otro lado, muestra mediante Creonte que la codicia puede llevar a daños irreparables en la vida.  

24 May 2022
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