La Memoria Y Los Recuerdos: Un Don Evolutivo O Desarrollado

Cuántas veces habremos escuchado decir “¡Tengo muy mala memoria!”. Resulta que biológicamente hablando podríamos cuestionar esta frase ya que la memoria la tenemos gracias al cerebro, un órgano presente indistintamente en todos los humanos. Por eso, si diésemos por hecho esa frase, lo normal es que todas las personas tuviésemos la misma poca capacidad para retener información. Sin embargo, esto no ocurre así ya que el memorizar le resulta más sencillo a unas personas que a otras. Cuando esto ocurre, se dice que lo que hay que hacer es mejorarla. Pero si esta la poseemos gracias al cerebro, el cual no podemos cambiar, sino que viene de serie, ¿significa entones que necesita ser desarrollada a lo largo de la vida o realmente memorizamos de manera natural? A continuación, se expondrán ambos puntos de vista intentando llegar a una idea más clara.

Sabemos que la memoria es lo que permite al ser humano acordarse de expresiones, eventos pasados… creando lo que denominamos recuerdos. Esta puede clasificarse de diversas maneras. Una de ellas es, por ejemplo, entre explícita (su uso es intencional) o implícita (los recuerdos generados son inevitables e inconscientes)

Así, los humanos somos capaces de memorizar gracias a una serie de procesos llevados a cabo en el cerebro. Un órgano que ha ido evolucionando debido a la hominización. Se sabe que en un principio este tenía un tamaño más pequeño y por consecuencia menos funciones, pero eso no lo eximía de poder recordar. Como referencia se puede estudiar la prehistoria donde hace unos 4 millones de años apareció el hombre con un instinto natural de trabajar en grupo. Esto obligaba a los individuos el saber distinguirse entre ellos pues sino sería imposible comunicarse adecuadamente. Para ello usaron la memoria explícita.

Además, este rasgo también lo tienen los animales. Y es que si consideramos la teoría de la evolución que mantiene nuestros orígenes en los monos, observamos un indicio de ser un rasgo natural heredado al seguir desarrollando un cerebro. Así, los bebés nacen con él, aunque no esté completamente desarrollado. Comienzan a tener sus primeros recuerdos desde los 3 o 4 meses a partir de lo que ven y escuchan. Asimismo, aún siendo un feto estudios corroboran su capacidad para recordar y distinguir la voz de la madre. En otras palabras, desde incluso antes de nacer nuestro cerebro es capaz de retener información útil como un instinto de supervivencia para situaciones futuras.

Pero si definimos como natural acordarse de las cosas, ¿cómo es posible que se nos olviden otras? Esto tiene una explicación y es que nuestro cerebro inconscientemente almacena aquello que le resulta provechoso o muy impactante, desechando otras. Pongamos un ejemplo, si llevamos a un grupo de personas al parque de atracciones ¿recordarían todas lo mismo y de la misma manera? Evidentemente no. Cada persona tiende a recordar los momentos que considera traumáticos, como la sensación en la montaña rusa o la muerte de un ser querido. Del mismo modo, el cerebro también retiene información inservible mediante la memoria implícita.

Sin embargo, ciertas objeciones: ¿nacemos ya con una memoria llena de recuerdos necesarios para sobrevivir? No. Es más, la propia palabra “recuerdos” se refiere a algo vivido, a algo que depende de factores ajenos a nosotros. Así, el medio que nos rodea moldea nuestra memoria. Para ilustrar, imaginemos que se organiza un taller sobre las nuevas tecnologías con indígenas. Ellos aprenderán en el momento, pero debido a sus valores lo olvidarán y tendrán meros recuerdos, ya que retener esos conocimientos no sería útil. Esto ocurre debido a la llamada memoria colectiva, la cual se crea a partir del conjunto de ideas que se transmiten de generación en generación.

De la misma manera, las nuevas tecnologías también afectan a nuestros recuerdos. Por ejemplo, si en las noticias se menciona constantemente un robo, además de propiciarse menos el olvido, nuestros recuerdos serán distintos si lo vemos en la televisión que si lo escuchamos. En el primer caso, usaremos la memoria fotográfica, la cual es uno de los métodos, como las reglas nemotécnicas, desarrollados para mejorar la memoria gracias a la modernización.

Otro ámbito donde la capacidad memorística puede ser considerada cultural es a la hora de evocar los conocidos “falsos recuerdos” los cuales están influenciados por nuestro alrededor. Por ejemplo, si tenemos un peluche de cuando éramos pequeños y lo vemos en una foto antigua, la mente comenzará a mezclar nuestros recuerdos con lo que nos sugiere la foto creando un momento en la historia que nunca ocurrió o no de esa manera. Esto demuestra como los recuerdos que almacenamos se ven influenciados por el entorno, y por tanto por la cultura.

Sintetizando, la memoria es una característica propia de todas las especies desde que nacen hasta que mueren que se desempeña gracias al cerebro. En términos antropológicos, los seres humanos son capaces de recordar sonidos y palabras desde las etapas iniciales de su crecimiento. Estos recuerdos pueden acumularse tanto de manera inconsciente como consciente independientemente de ser necesarios o no. Además, estos son creados a partir de experiencias influenciadas por la cultura. Es más, esta influye en lo que retenemos más tiempo a través, por ejemplo, de los medios de comunicación o las tácticas memorísticas.

En conclusión, podemos terminar aceptando la memoria como un rasgo natural que se ve influenciado por la cultura. Esto viene a ser justificado al poseer todos los humanos un cerebro que almacena recuerdos tanto de manera innata como aprendida. Además, se observa una evolución de estos a través del tiempo ya que a medida que uno desarrolla es más consciente del mundo que le rodea. Así, los recuerdos que de pequeños entran en nuestra memoria tienen mera importancia, los que se generan en edades más tardías son útiles para la supervivencia en el entorno cultural. Y aunque solo unos pocos sean después provechosos, la memoria natural nos impide olvidarlos por si en un futuro los necesitamos. Como dijo Aristóteles, “Gracias a la memoria se da en los hombres lo que se llama experiencia.”  

30 August 2022
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