La Sociología, un Constante Desvelar la Independencia Entre Sujetos y Estuctura Social

Desde tiempos inmemoriales, comenzando por Aristóteles, muchos intelectuales sostienen la idea de que el ser humano necesita de la sociedad para vivir, que la única característica que los diferencia de los demás animales es que estamos organizados en comunidades y que por ello somos animales culturales.

La supervivencia sin contacto con otros individuos no es una opción viable para los humanos y por esta razón se sostiene que somos seres sociales por naturaleza. La sociedad es un asilo que compartimos con otros individuos y nos relacionamos con estos, siendo nuestros objetivos principales satisfacer nuestras necesidades básicas como sobrevivir, suplirse de alimentos, procrear… pero que además obliga a obedecer una serie de normas, responder ante unos valores, preservar tradiciones, aceptar el rol que se nos asigna en ella… todo ello para amoldarnos a la sociedad que nos rodea. Para obtener los beneficios que nos brinda la vida en sociedad e integrarnos en ella nos vemos obligados a hacer sacrificios de los que ni siquiera nos damos cuenta. Nuestra personalidad se ve delimitada por las fronteras que crea la sociedad. A esto lo llamamos socialización, el proceso que iniciamos en el momento en el que nacemos y que se divide en dos fases. La primera fase se denomina socialización primaria, la cual se desarrolla durante la infancia y en la primera comunidad: el entorno familiar, donde interioriza de forma inconsciente modelos de comportamiento y donde comienza la enculturación basada en el lenguaje. La segunda fase continua con la socialización secundaria en la cual la comunidad se amplía al colegio, la universidad y se incorpora la interacción con los individuos de esos grupos. Esto puede traer conflictos al darse un choque con lo que el individuo encuentra entre la casa y el exterior ya que, además, se desarrolla un pensamiento más crítico en la persona. Una tercera fase que no menciona el autor es la resocialización, en el cual el individuo se ve forzado a rechazar todo lo aprendido anteriormente al cambiar de cultura para poder integrarse una nueva, y este podría causarle estrés y peligro de ser rechazado.

La sociedad ha existido desde siempre, sin embargo, la sociología surge en el siglo XIX cuando se pasa de tener culturas cerradas y con pocas relaciones a una sociedad con diversidad. Con el descubrimiento de la metodología científica, despierta el interés en las personas por estudiar los fenómenos sociales y el mecanismo de su funcionamiento ya que esa época de cambios demográficos, urbanos les produjo incertidumbre acerca de la modernidad futura, haciéndola así productora y a la vez producto de la sociología. En este periodo, la sociedad se dividiría en tres: los que están a favor del antiguo orden establecido y los impulsores de la modernidad, estando en el medio de estos dos los que se sienten confundidos. Surge la necesidad de hacer de la sociología una ciencia, que se ve dificultada ya que el método científico propio de las ciencias naturales no se podía usar para estudiar la sociedad. De esta manera, plantearon al hombre como una criatura divina cuya naturaleza es vivir en conjunto con los demás y, sin embargo, la sociedad como una construcción del hombre. Por lo tanto, al ser producto de un ser natural, la sociedad tiene leyes ocultas como la naturaleza y pueden ser descubiertas utilizando el método científico.

Para institucionalizar la sociología como disciplina Durkheim propone crear un nuevo objeto de estudio: el hecho social, que lo define como el modo de actuar, de pensar y de sentir que el individuo ha interiorizado del exterior coaccionándole y determinando sus acciones, y aunque se intente llevar la contraria a estos hechos siempre va a haber una resistencia de estos a ser quebrantadas que les obligará a obedecer. De esta manera, distingue dos tipos de hechos sociales: materiales (leyes, formas de comunicación, códigos) e inmateriales (moralidad, conciencia). En conclusión, Durkheim dice que la razón por la que se dan regularidades de comportamiento en un grupo social es porque comparten los mismos hechos sociales, tanto materiales como inmateriales.

Weber, al contrario, desarrolla su teoría del individualismo metodológico en el cual defiende que la sociedad es el resultado de relaciones entre individuos. Dice que el objeto de estudio de la sociología es la acción social y por ello primero dice que el acto es una conducta que tiene un significado subjetivo y esta será acción social en el momento en el que ese significado tenga como objetivo influir en la conducta de otros.

Marx, por otra parte, concuerda con el hecho de que el hombre es social por naturaleza y que es en la sociedad donde este consigue individualizarse, pero añade que la socialización surge en el mundo del trabajo, que la sociedad surge cuando un individuo tiene que cooperar con otros para establecer un orden del trabajo gracias al cual podían subsistir. También habla de la paradoja en el que el individuo necesita participar en la producción para desarrollar sus habilidades pero a la vez se ve limitado por esta.

G.H. Mead explica que tras el proceso de socialización el individuo se hace con el self (la personalidad), que es la imagen que uno mismo tiene de sí y que fuera de la sociedad no podría existir. También divide en self en dos partes: el yo, que es el principio de la creatividad e impulsor del cambio social; y el mí, la carga social que hace que controlemos nuestros impulsos. Además dice que la socialización se basa en el lenguaje, que son gestos articulados por un emisor y se convierte en lenguaje cuando el receptor lo entiende.

A la hora de definir qué es lo social, todos coinciden en que es un sistema de seres independientes cuyo núcleo es el intercambio que se realizan entre estos. El libro que recoge las reflexiones de todos los anteriores autores llamado La construcción social de la realidad de Berger y Luckmann explica que el proceso basado en la dialéctica hace que el conjunto de micros (los individuos) formen lo macro (la realidad social), a lo que llamamos externalización; lo macro se objetive, a lo que llamamos objetivación; y, por último, ejerza su influencia sobre los individuos nuevamente, denominado internalización.

De esta teoría sacamos tres conclusiones: para empezar, la sociedad es un producto humano, es decir, los individuos crean la realidad social en base de sus acciones racionales que tienen importancia en el conjunto de la sociedad y están dirigidos hacia otros; a continuación, se concluye que la sociedad es una realidad objetiva, el hombre crea un mundo que se es externo y objetivo a él y se institucionaliza haciendo que la conductas que se repiten en una sociedad se vuelvan como un código o una norma, todo esto a través de la recopilación de conocimientos individuales que se extienden a toda la colectividad a través del lenguaje. Para justificar estos códigos se procede a la legitimación de los mismos en diferentes niveles y a la vez les concede validez para ejercer control social; y, por último, se concluye que los sujetos son un producto social, los individuos interiorizan el entorno social al que pertenecen y pasan a formar parte de ella a través del proceso se socialización dividido en la socialización primaria y posteriormente secundaria.

30 August 2022
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