Niños De La Calle, La Realidad De Muchos Países

Empezando por algo demasiado importante como la comida, los niños de la calle comen lo que encuentran ya sea hurgando en tachos de basura porque el dinero no les fue suficiente, buscando sobras en restaurantes o incluso llegando a delinquir para conseguir alimentos, esto puede desencadenar diversas enfermedades muy aparte de la ausencia de higiene o los chequeos médicos necesarios por la misma situación deplorable en la que se encuentran, llegando así a ser más vulnerables o propensos a morir. 

Su propio entorno puede guiarlos a caminos poco favorables como la drogadicción (realidad de la mayoría de estos niños) cosa que sin la supervisión y consejo de un adulto responsable, llega a tener consecuencias graves como asesinatos, peleas callejeras o robos. Su salud mental también se ve bastante afectada por los traumas que viven desde que llegan a establecerse en las calles y en el transcurso de su estadía. Considero que para ayudar a los niños de la calle, en primer lugar ellos deberían dejar de existir, la palabra “de la calle” tendría que desaparecer para siempre, y, ¿cómo se lograría esto? 

Teniendo en cuenta los casos más comunes del porqué de esta situación (pobreza y abandono) una solución bastante inteligente se trataría de la despenalización del aborto, al tratarse de familias disfuncionales o con escasos recursos económicos, traer más niños a este mundo se trata de un acto bastante egoísta por parte de los procreadores, sin embargo, esto también sucede por diversos motivos como el desconocimiento o mal uso de métodos anticonceptivos (tenemos que recordar que se tratan de personas poco privilegiadas o que viven en lugares bastante pobres, por lo tanto, la educación sexual repartida por el estado es bastante básica o incluso nula), del fallo de estos mismos, el machismo predominante en nuestra sociedad, los prejuicios impuestos por la iglesia católica, entre otros. Entonces, el aborto legal, seguro y gratuito nos permitiría avanzar como sociedad y dar la opción a las mujeres a decidir sobre su cuerpo al interrumpir un embarazo no deseado, evitaría el emparejamiento de personas que deslindarían un ambiente bastante toxico y lleno de abusos hacia los pequeños y los abandonos infantiles reducirían significativamente. 

En los casos de orfandad y de los niños que ya llegaron a este mundo, la manera más indicada de ayudarlos por parte del estado seria la creación de instituciones especializadas que puedan brindarle todo lo necesario para subsistir como comida, una cama, acceso médico y educación completa, realizar talleres o conversatorios de conocimiento nacional que muestre a la población como una opción bastante inteligente el hecho de adoptar y también desmienta las creencias prehistóricas de las personas, a su vez, los papeleos de adopción deberían de facilitarse (obviamente teniendo en cuenta las clausulas respectivas, no se pueden hacer entrega de un niño para que vuelva a su situación pasada) sin ningún tipo de discriminación, es decir, la adopción podría ser realizada tanto como para parejas heterosexuales, homosexuales o personas solteras, porque al fin y al cabo, vivir sin amor no es vivir plenamente y eso es lo que se espera, que todos estos niños tengan una segunda oportunidad y puedan recordar su infancia con felicidad. 

Por otro lado, por nuestra parte como sociedad nos corresponde dejar de invisibilidad este tipo de situaciones y continuar con nuestras vidas como si nada estuviera mal en el mundo, nos toca ser más humanos y brindar el apoyo necesario a los niños que lleguemos a encontrar en este tipo de situación (no necesariamente dándoles dinero, ya que, la mendicidad es un delito, muy aparte de que genera que más personas o niños se inclinen por este método de adquisición monetaria) y, ¿cómo? Al unirnos como comunidad, podríamos buscar contacto con ellos y llegar a mostrarles tienen otras opciones, brindarles orientación y exigir la creación de centros de ayuda para niños de la calle. Jovito Josué Juárez Cifuentes , Federico Clemente Figueroa Túnchez, Julio Roberto Caal Sandoval, Henry Giovanni Contreras eran jóvenes (considerados niños de las calle) que no tuvieron la oportunidad de decidir sobre el rumbo de sus vidas, las diversas necesidades existentes en cada una de sus familias hicieron que se convirtieran en proveedores, esto junto a los interminables problemas que se pueden encontrar en las calles provocaron su secuestro, tortura un final trágico para sus vidas, 10 días después, Anstraum Aman Villagrán Morales correría el mismo destino. Los agentes de seguridad estatales no tenían el derecho de ignorar las leyes establecidas y de tomar la vida de los niños de la calle por el simple hecho de “intentar contrarrestar la delincuencia y vagancia juvenil”, ya que éstas muy aparte de tratarse de un abuso de autoridad, no llevaban a nada positivo socialmente hablando, solo se incrementaba la discriminación y el miedo. 

No creo que una indemnización sea suficiente para acabar con el sufrimiento que las acciones de los agentes culpables causaron en la vida de los familiares de las víctimas; sin embargo, se llegó a obtener justicia y aunque se tratara de acciones inhumanas, sirvió para que en la posterioridad no volvieran a repetirse.    

22 October 2021
close
Tu email

Haciendo clic en “Enviar”, estás de acuerdo con nuestros Términos de Servicio y  Estatutos de Privacidad. Te enviaremos ocasionalmente emails relacionados con tu cuenta.

close thanks-icon
¡Gracias!

Su muestra de ensayo ha sido enviada.

Ordenar ahora

Utilizamos cookies para brindarte la mejor experiencia posible. Al continuar, asumiremos que estás de acuerdo con nuestra política de cookies.