Niños E Infancia: Efectos De Unnombramiento

La aparición de los niños y la infancia como categorías lingüísticas que hace referencia a cierto grupo etario es relativamente reciente, es en el siglo XVII cuando se hace un descubrimiento genuino de la infancia. Antes de esto, los niños eran objeto de un sinnúmero de vejaciones y, por lo tanto, la emergencia de dichas categorías lingüísticas tuvo entre sus funciones, hacer un reconocimiento del niño, en primer lugar, como un sujeto y en segundo, como un sujeto a quien se le debía asegurar unos mínimos de protección. Este texto identifica algunas de las diferentes situaciones de las cuales los niños eran objeto de negligencia, agresión y desprecio y como a partir del fenómeno de nombrar a “los adultos en miniatura” como niños, se emprende una lucha directa contra dichas situaciones que los vulneraba.            

La categoría infancia es una elaboración socio-histórica, configurada a partir de las maneras en que los sujetos se han relacionado entre si.  Parcialmente se ha ido reconstruyendo la historia de la infancia, esto deja entrever que, a pesar de que actualmente estamos siendo testigos de diferentes atentados contra la dignidad y la vida de niños, si esas situaciones son comparadas con aquellas que tenían lugar antes del reconocimiento de la infancia, estas superarían tanto la frecuencia en que ocurrían como el alcance de los ataques.           

 A su vez, podría decirse que el niño ha tenido una “presencia oculta” en la historia, palabras de Salinas Meza que continúa diciendo que “lo que dificulta enormemente la tarea del historiador cuando quiere identificar sus huellas, ya que casi siempre éstas se confunden con las de la vida de los adultos”.

En la historia reconstruida hasta el momento, se registró que entre los siglos IX y XIII los índices de muerte de niños recién nacidos eran altas, morían por infanticidio, se dejaba de alimentar a los niños, los padres los asfixiaban tirándose sobre ellos en la cama debido a que era usual que durmieran con ellos y aunque era considerado un pecado por parte de la Iglesia, no era condenado como delito. En otros casos, los niños eran ofrecidos para contraer nupcias, en el caso de las niñas la edad mínima era de 12 y en los niños de 14 años. También, podían venderse como esclavos o como sustitutos de hijos muertos de una familia adinerada, o se encargaba la crianza a una nodriza que los desconectaba de la familia durante los primeros años, si bien el niño retornaba a la familia, luego de los ocho años era encargado nuevamente a la nodriza para que aprendiese un oficio. Se regalaban niños a los padres y a los monasterios, servían como militares o simplemente se les abandonaba.

Sumado a esto, en el siglo XVII había una especie de tabú al afecto que se sentía por un niño, esto basado en la tasa de mortalidad tanto de la madre como del niño, los padres se proponían eliminar la posibilidad de que se establecieran lazos afectivos e inclusive que el niño lograra adquirir una individualidad, un lugar y un reconocimiento de los propios de derechos. En la edad media, era común que a dos hermanos se les asignara el mismo nombre en caso de uno muriese bajo alguna circunstancia, de ahí que fuese engorroso vincularse afectivamente con un niño que moriría e incluso se dificultaba pensar en el niño como un futuro adulto, siendo preferible valerse del desentendimiento, el rechazo y la lejanía hasta que se tuviese algún indicio de que este sobreviviría.

Ahora bien, la palabra como efecto de un nombramiento implica atribuirle un poder de transformación, es aceptar que haciendo uso de la palabra se puede intervenir la realidad de un sujeto. Esto se pone en evidencia alrededor del siglo XVIII con Rousseau, quien se atreve a describir al niño como un ser que tiene maneras de ver, pensar y sentir particulares que no pueden ser sustituidas por los adultos. Este fue unos de los factores que se aunaron a ciertos fenómenos sociales, políticos, económicos y científicos para el reconocimiento de la infancia y del niño, otorgando una categoría lingüística que hizo de soporte y salvamento ante los vejámenes anteriormente mencionados. Entre los fenómenos confluyentes puede mencionarse que la sociedad comienza a fijarse en esa fase de la vida asignándoles un lugar privilegiado y protagónico tanto en la familia como en la sociedad. 

Es el caso de la Revolución Industrial, que empieza a pensar en los niños con futuro, como sujetos con potencial de trabajo y producción, lo cual sienta un precedente en cuanto al pronostico de vida de los mismos. Al igual, se hace importante el lugar de la enseñanza como método para que los estados se aseguraran un futuro socio-económico prospero. La medicina jugó un papel importante con sus desarrollos científicos a la hora de preocuparse por la prevención de enfermedades infecciosas y contagiosas, lo que de alguna manera traía implícito una preocupación por asegurar la duración de la vida de los niños.

Como se puede ver, la vida de los niños se comienza a valorizar, ya no da lo mismo que murieran de una u otra forma. La sociedad comenzaba a explorar todos sus campos de conocimiento para sostener la vida de aquello seres, la infancia en coherencia con este momento de la historia, más allá de ser “rescatada, fue nombrada, investida, reconocida, incluso jerarquizada y hasta idealizada”. 

En resumidas cuentas, los progresivos cambios sociales con sus respectivos voceros, se pusieron en juego en el reconocimiento de la infancia y la niñez, sujetos como Rousseau y como Eglantyne Jebb, mujer educadora que en su impotencia de no poder ayudar a los niños a quienes impartía las lecciones, crea la fundación Save the children en 1919, sentando así el precedente para que su Carta de Derechos del Niño llamada la Declaración de Ginebra, se convirtiese en lo que hoy conocemos como derechos fundamentales de los niños, derechos que si son vulnerados hoy en día, sería un delito. Se necesitaron siglos para mover a los niños y la infancia del lugar de la cosificación y el silencio, hoy son reconocidos y protegidos, aun así, el mantenimiento de las premisas de la Declaración de Ginebra es un trabajo continuo y que el reconocimiento de la historia, nos permita seguir adelante con este propósito.

17 February 2022
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