Análisis de Cuento "Quién Se Ha Llevado Mi Queso"

Introducción

¿Quién se ha llevado mi queso? Es un cuento que nos enseña cómo adaptarnos a los cambios que suceden en nuestras vidas. Que nuestro queso nuestra carrera, vida personal, estudios puede moverse del lugar donde se encuentra y que nosotros, si no queremos perderlo, debemos seguirlo. Muchas personas han podido superar los obstáculos en su vida sutilizando este cuento como enseñanza. 

Incluso se menciona la historia de un comentarista que, al no querer narrar los deportes que no le parecían familiares, estuvo a punto de perder su trabajo. La historia del queso y la certeza de saber que los cambios siempre estarán presentes en la vida logró motivarlo a esforzarse y adoptar una actitud más positiva en su trabajo. Antes de comenzar el cuento, Michael, ex capitán del equipo de futbol del colegio, dijo que él también tenía miedo de los cambios, en respuesta a lo que había dicho Nathan, excompañero del colegio. 

Desarrollo

Michael dijo que su vida y su miedo al cambio se volvieron menores cuando le contaron la parábola que iba a transmitirles a continuación:El cuento comienza con la introducción de cuatro personajes: Kif, Kof, Oliy Corrí. Oli y Corrí eran ratones y Kif y Kof, humanos pequeños. Los ratones no tenían un cerebro muy desarrollado, al menos no como el de Kif y Kif, pero siempre seguían sus instintos. Kif y Kof, por otra parte, eran más sobrios al momento de pensar en las circunstancias y tenían un sistema de creencias que no poseían los ratones.

Aunque eran diferentes entre sí, los ratones y las personitas buscaban lo mismo: queso. Una vez, recorriendo el laberinto, Kif, Kof, Oli y Corrí encontraron una quesería: La Quesería Q. Había una gran cantidad de quesos de diferentes sabores y tamaños; estaban a gustos de estar ahí. Un día, sin previo aviso o, al menos, así pensó Kif, el queso había desaparecido. Kif y Kof empezaron aquejarse por lo que había pasado y no podían dar crédito a sus ojos por lo que estaban viendo. 

La quesería estaba vacía y no hacían más que lamentarse por lo injusto de la situación. Pero ¿en realidad era tan repentina la desaparición del queso? En realidad, no. Mientras Kif y Kof suponían que iba a haber queso para todos los días, los ratones no tenían esa seguridad. Todos los días inspeccionaban, usando sus sentidos, si aún había queso. Kif y Kof seguían yendo a la Quesería Q todos los días, sin hacer más que lamentarse, perder la cordura y aferrarse a lo que alguna vez fue. Pero cada día que pasaban sin queso era peor. 

Empezaron a culparse entre ellos y seguir diciendo que la situación no era para nada justa. Mientras, en el laberinto, se encontraban Oli y Corrí, que ya habían encontrado una nueva quesería: Que serían. La cual ostentaba de una cantidad ilimitada de queso y de muchos sabores. En la Quesería Q, Kif y Kof seguían haciendo lo mismo: esperar a que el queso vuelva. Sin embargo, Kof, utilizando la capacidad de razonamiento que poseía, pensó que tal vez el queso no volvería. 

Aunque Kif seguía en negación, Kof ya se imaginaba que los ratones estaban en una nueva quesería con nuevo queso. Un día, Kof ya no pudo aguantar más la situación en la que se encontraba. Todos los días para él, y para Kif también, eran un martirio, y pensó que salir al laberinto y buscar queso nuevo no era tan malo como creía. Sí, no había salido en un buen tiempo, pero tal vez no era tan malo como pensaba. Kif no quería salir del lugar alegando que era un lugar ya conocido y que es mejor esperar en una zona de confort que aventurarse a nuevos territorios.

Kof salió de la quesería, no sin antes intentar persuadir a Kif de ir con él, y se arriesgó a volver al laberinto. No fue un camino fácil, pero, a pesar del miedo y la inseguridad, seguía caminando y buscando el queso nuevo. Aunque parecía que avanzaba dos pasos para retroceder uno, siguió luchando, pero, como era desesperarse, sintió miedo de seguir su camino. 

Sin embargo, se preguntó a sí mismo: ¿Qué haríamos si no tuviéramos miedo? El miedo es un buen combustible al momento de cambiar, pero esto solo sucede con el «buen» miedo, el que te hace avanzar cuando estás en una situación que te puede dejar en completa ruina. Kof seguía avanzando; dejaba mensajes para, si acaso se atrevía a dejar la quesería para andar por el laberinto, Kif. 

Mensajes como: Huele el queso para saber cuándo comienza a enmohecerse, Avanzar en una nueva dirección para encontrar nuevo queso. Kof, aunque se encontraba muy mal y solo se alimentaba de las pocas migas de queso que encontraba, siguió su camino y se dio cuenta de que los mejores momentos que pasó fueron los que vivió al lado de su amigo moviéndose por el laberinto. 

Se detuvo un momento para pensar en lo gracioso de la situación y que, si él hubiese visto cómo las reservas de queso empezaban, gradualmente, disminuir, no estaría tan desesperadamente buscando nuevo queso. Un día, como si fuera una ilusión, se encontró frente a una nueva quesería: Quesería N. Su carano fue si no de impacto cuando vio a sus amigos ratones, con las barrigas llenase queso, dentro del lugar. Se dio cuenta de que jamás había visto una quesería tan surtida como esa y que, por fin, había conseguido queso nuevo para él.

Aunque quiso llevarle un poco de queso a su amigo para que tal vez cambiara de opinión con respecto a lo que él hizo, se encontró con un problema:tal vez no encontraría la quesería otra vez; además, ¿acaso no le había insistido una vez ya? ¿Qué lo haría cambiar de opinión? Se dio cuenta de que solo Kif podría vencer sus miedos y aventurarse a encontrar nuevo queso. No quise leer la tercera parte: 

El Debate, porque siento que conocer las opiniones y experiencias de los demás nublaría mi visión personal del significado del cuento. En lo personal, me pareció un cuento muy entretenido y, a la vez, muy oportuno. Muchas veces, no he estado en una situación muy cómoda. Por lo general, el cambio es una “última opción” para mí. Aunque no he estado en una situación adversa lo suficientemente fuerte como para cambiar de una manera drástica, sí lo he hecho de una manera gradual y acumulativa.

Conclusión

Es complicado dejar un ambiente en el que uno se siente cómodo para entrar a uno nuevo que nos hace dudar. Pero creo que, si nuestro queso está en el lugar que pensamos, entonces el cambio no solo es necesario, sino satisfactorio. Quiero considerarme a mí mismo como un Oli, una persona que percíbelos cambios en el entorno y huele cuándo debe adaptarse. 

Pero creo que, siendo sincero, soy más como un Kof, una persona que espera hasta el último momento para emprender un recorrido a un mejor lugar, una nueva búsqueda de un nuevo queso. No importa cómo o cuándo sea el cambio, eso es lo único seguro en un mundo tan caótico. Irónicamente, lo único seguro en nuestra vida es que nada es seguro; pero de nosotros depende la manera en que lo afrontamos y de nosotros depende si queremos ser como Oli, Corrí, Kif o Kof.

22 October 2021
close
Tu email

Haciendo clic en “Enviar”, estás de acuerdo con nuestros Términos de Servicio y  Estatutos de Privacidad. Te enviaremos ocasionalmente emails relacionados con tu cuenta.

close thanks-icon
¡Gracias!

Su muestra de ensayo ha sido enviada.

Ordenar ahora

Utilizamos cookies para brindarte la mejor experiencia posible. Al continuar, asumiremos que estás de acuerdo con nuestra política de cookies.