Racionalidad E Irracionalidad: El Mercader De Venecia

Introducción.

Existe una dualidad complementaria entre racionalidad e irracionalidad en los individuos, pues estos no son nunca totalmente racionales, ni totalmente irracionales, sus acciones, toma de decisiones, y comportamientos, se ven enmarcados por la complementariedad de estos contrapuestos términos. William Shakespeare, ha logrado retratar esto en su obra El Mercader de Venecia. Por lo que en relación observaremos las diferentes situaciones y personajes que dentro de la obra se presentan.

Desarrollo.

Para empezar, es necesario tener una pequeña sinopsis de la obra. En Venecia un mercader llamado Antonio accede a servir como fiador de un préstamo que ha realizado su amigo Bassanio a un judío llamado Shylock, el préstamo ha sido sin interés, pero con la condición de que Antonio firme un contrato en el que se estipula que si no llegase a pagar en el plazo establecido Shylock tendrá el derecho de cortarle una libra de carne del lugar que él desee. Bassanio ha pedido el préstamo para poder conquistar a una rica heredera llamada Porcia.

Ahora ya con un mínimo contexto en mente prosigamos a observar a los personajes. Comencemos por Antonio, un clásico comerciante de la época, primero lo tenemos como aquel empresario racional que es consciente de la incertidumbre que sus inversiones generan, y por tanto siempre diversifica el riesgo, como método para minimizar el impacto que pueda llegar a tener la perdida de alguna de sus mercancías. 

Vemos esto evidenciado en una de las conversaciones que está teniendo con sus amigos en las cuales ellos mencionan la angustia que estarían sintiendo si hubieran “empeñado su fortuna a empresas tan arriesgadas” a lo que Antonio responde: No, creedme, a dios gracias, no he expuesto toda mi fortuna en una sola especulación ni en un solo buque. Aunque la desgracia se cebe en mis negocios este año, no me quitará todo lo que poseo; y por consiguiente no causa mi tristeza el comercio.

No obstante, Antonio al parecer no es tan prudente como se podría esperar, pues a causa de querer ayudar a su amigo Bassanio decide servir como garantía del dinero que este ha pedido prestado, y lo hace aun sabiendo que en el momento no cuenta con ninguno de sus bienes, ni con dinero, “tengo en este momento toda mi riqueza en el mar, no me hallo con dinero y me sería imposible proporcionar una cantidad crecida, es un especulador que por más que haya diversificado el riesgo no tiene la seguridad de que va a recuperar total o parcialmente sus inversiones, y por tanto todo con lo que puede respaldar dicho préstamo es supuesto. Esto conlleva a que Antonio no pueda tener todo el dinero a tiempo para pagar la deuda, ya que para su mala suerte todos sus barcos han naufragado.

Cuando era niño, si perdía una flecha, disparaba en seguida otra con la misma fuerza y ​​en la misma dirección, pero siguiendo con más atención su vuelo para encontrar la primera, de modo que, exponiéndome a perder las dos, recobraba una y otra con frecuencia. Os cito este ejemplo de mi infancia porque me propongo hablaros con el lenguaje de candor. Mucho os debo, y, como sucede con jóvenes sin freno, lo que os debo está perdido; pero si consentís en aventurar la segunda flecha en la misma dirección que arrojasteis la primera, estoy seguro de que, observando con atención su vuelo, conseguiré encontrar las dos, o al menos devolveros la última que hayáis arriesgado, sin dejar por eso de ser vuestro deudor agradecido por la primera. 

Esto muestra a Bassanio como un personaje arriesgado dispuesto a perderlo todo, amante de sus pasiones y en su gran mayoría irracional. Shylock es otro de los personajes de la obra, este es un prestamista judío, representación clásica del usurero de la época, es un hombre racional que actúa en pro de aumentar su riqueza, cobra a interés el dinero que presta esperando una ganancia, y se apega a las leyes de Venecia. Asume el riesgo de prestar el dinero aun sabiendo la falta de liquidez en que se encuentra Antonio,

Su fortuna está muy expuesta. Tiene un buque en rumbo para Trípoli, otro que navega hacia las Indias y acaban de decirme en el Rialto que tiene otro en México y otro en camino para Inglaterra, sin contar con otras muchas otras especulaciones lejanas. Pero, amigo mío, los buques no son más que tablas y los marineros hombres; hay ladrones en el mar, así como en la tierra, no faltan ladrones en mar, es decir, piratas. Se han de temer además de las olas, los vientos y los peñascos. 

es consciente de toda la incertidumbre que genera prestar el dinero dadas las condiciones, aun así, decide prestar el dinero ya que Antonio ofrece suficientes garantías, pero no sin antes asegurarse de que este firme un contrato, que sabe que a través mecanismos institucionales será respaldado por las leyes de Venecia que son inviolables ya que dan garantía de la prosperidad comercial de la ciudad.

Pero luego cuando le están ofreciendo el triple del dinero que había prestado a Bassanio, ya que por el naufragio de las mercancías de Antonio este no pudo pagar a tiempo, Shylock decide rechazarlo, influenciado por sus sentimientos de odio y venganza, decide insistir en cortarle un pedazo de carne a Antonio, como había quedado pactado en el contrato. Esto no parece un comportamiento muy racional, porque si fuese así hubiera preferido aumentar su riqueza, por lo tanto, las decisiones que toma serían irracionales. Aunque no del todo, ya que desde otro punto podríamos interpretar que para Shylock vengarse de Antonio representaría más utilidad con solo un modesto costo de oportunidad, y por tanto la elección racional sería maximizar su utilidad eligiendo cortar la carne de Antonio.

Asimismo, tenemos a Porcia una rica heredera, que no puede elegir con quien le gustaría casarse, pues su padre antes de morir ha decidido que todos sus pretendientes deben enfrentarse a tres cofres, uno de oro, uno de plata, y uno de plomo, y dentro uno de estos se halla un retrato de Porcia, quien elija el cofre con el retrato podrá casarse con Porcia, pero quien escoja el equivocado no podrá casarse nunca con nadie más, no podrá contar nada acerca de los cofres y deberá alejarse inmediatamente.

Esta situación puede ser analizada desde la teoría de juegos [footnoteRef: 6], ya que representa una interacción social, en la que los jugadores el padre de Porcia y los pretendientes; las estrategias para los pretendientes calculan que cofre elegir, y las estrategias del padre seleccionados en que cofre poner el retrato de Porcia; el pago o ganancia en este caso sería Porcia y su fortuna, las instituciones o reglas de juego que los pretendientes que pierden no pueden casarse con nadie más, esto sirve para reducir la muestra de jugadores a aquellos que consideran a Porcia como irremplazable; y la segunda regla, que los pretendientes que pierden no pueden contar nada sobre el cofre que han elegido, sirve para evitar coaliciones dentro del juego. 

Otra forma de ver desde un punto económico, la decisión que tienen que tomar los pretendientes, puede ser desde la teoría de utilidad esperada[footnoteRef:9], ya que este escenario podríamos tomarlo como una situación en la que las decisiones de los jugadores no afectan los pagos de los demás, y por tanto no sería una situación interactiva, sino que solo nos centraríamos en la toma de decisiones bajo riesgo que los pretendientes enfrentarían, de manera que si son racionales van a buscar maximizar su utilidad. 

Pero pensemos, no creo que el ideal del padre fuera que su hija se casara con quien era más racional en un sentido económico, sino que si observamos los cofres tenían unas inscripciones, el de oro decía “quien me elija tendrá lo que muchos hombres desean ”, El de plata decía“ quien me elija tendrá lo que merece ”, y el de plomo decía“ quien me elija dar o arriesgar todo lo que posea ”, así podríamos atribuir que el padre deseaba elegir el esposo de su hija establecer en cualidades morales. 

Veamos lo que había en el interior de cada uno de los cofres: el de oro contenía una calavera y un escrito que decía. Has oído decir muchas veces que no es oro todo lo que brilla. Mas de un hombre ha sacrificado su vida para gozar tan solo de mi vista. Los sepulcros dorados encierran gusanos. Si hubieras sido tan prudente como resuelto, joven de cuerpo y viejo da alma, no hubiese sido tu respuesta este papel.

Siete veces ha probado el fuego al metal y siete veces ha de ponerse también a prueba el juicio que nunca ha errado. Hay muchos hombres que solo abrazan las sombras y que solo alcanzan la sombra de la felicidad. Se que hay en la tierra necios que como yo tienen un exterior de plata, pero cualquiera que sea la mujer con quien te cases mi cabeza será siempre la tuya. Así, pues, señor mío, buen viaje; te despido. Cuanto más tiempo permanezca aquí más tiempo haré la cara de tonto. Vine a hacer la corte con una cabeza de necio y me vuelvo con dos. Adiós, amable Porcia; cumpliré mi promesa, y sobrellevaré con paciencia mi triste destino.

El padre de Porcia un pensador poco convencional esperaba que su hija se casase con aquel hombre que no fuera interesado. Igualmente, parece muy evidente que los pretendientes tampoco estaban eligiendo el cofre basándose en una toma de decisiones racional, si no que elegían según sus personalidades, sus formas de pensar, sus sentimientos, y lo que creían que les correspondía.

Conclusion.

En conclusión, hemos visto anteriormente a diferentes personajes y situaciones, y lo que de allí se deduce es que no encontramos retratado en la obra de Shakespeare lo que hoy en día llamaríamos un Homoeconomicus , pues al mirar a los personajes nos damos cuenta de las particularidades de sus decisiones, como sus acciones pueden ser contradictorias a sus creencias, y como no están en busca de mejorar la eficiencia, ni aumentar su riqueza, ni tomar las decisiones mas racionales, sino que son guiados por sus emociones, y representan esa dualidad racional-irracional que compone a los individuos. 

Como es común el comportamiento económico en la vida real no acompaña las ideas teóricas, ni términos tan ficticios. Pero como hemos visto el hecho de que exista este Homoeconomicus es lo que nos permite que podamos tomar situaciones como las que se presentan en El Mercader de Venecia y podamos observarlas desde un punto de vista económico, ejemplo de ello temas como el comportamiento racional.  Un atributo saliente del modelo económico es su énfasis en el comportamiento racional. El comportamiento racional se deriva de la elección consciente, en base a la información disponible e incorporada, de aquel curso de acción que maximiza la utilidad del decisor. Otro atributo saliente de este modelo se vincula con el énfasis en la búsqueda de la eficiencia.

El modelo económico responde la premisa de que los individuos, guiados por el interés propio, en la persistente y activa búsqueda de su mayor nivel de satisfacción (utilidad), se comportan de manera racional (toman decisiones -escogen aquellos medios- que se vinculan con su mayor nivel de satisfacción posible). El comportamiento agregado de tales individuos lleva a una situación de equilibrio, que se corresponde con las disposiciones más eficientes, ya que aquellas con menor eficiencia han sido eliminadas dada la posibilidad de competencia.

Bilbiografia.

  • Bafico Hernán, Quiroga Eduardo, & Salvatierra Juan, “Modelos de comportamiento como de análisis del objetivo empresario” Ciencias Administrativas 3, núm.6 (julio 2015) 69-81,  
  • Koçaslan, Gelengül. “Homoeconomicus: the ultimate representative of rational economic behavior”, International Journal of Social Sciences and Education Research Volume: 5(1), (2019): 63-68, 
  • Neumann, John V. & Oskar Morgenstern. Theory of Games and Economic Behaivor. United States Of America: Princeton University Press, 1953.
  • Shakespeare, William. El Mercader de Venecia. Bogotá: Graficas modernas, Ediciones Universales, 2005.
  • Williams, John D. The Compleat Strategyst. United States Of America: The RAND corporation, 1954.
17 August 2021
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