Relación Maestro-alumno y El Aprendizaje

Hoy en día una de las dificultades más relevantes para llevar a cabo el proceso enseñanza-aprendizaje es la formación, el avance y los distintos estados que guarda la relación entre maestro-alumno, en los distintos lugares de enseñanza, los cuales pueden variar dependiendo de la institución que se trate y del grado pedagógico de la misma.

El maestro es el profesional de la educación, cuya ocupación es la sabiduría e ilustración de las generaciones de cada uno de los niños y jóvenes. La labor que desempeña es indestructible.

Su trabajo tiene como tarea principal en los temas, es decir a la idea, a partir de ellos es que se plasma la función de la instrucción. Sin embargo, no se limita solo a eso, es su preocupación principal la formación integral de sus alumnos, eso se llama educación. Además, colabora con su labor tenaz para que el alumno sea capaz de enfrentarse a los difíciles retos que le plantea su entorno el cual está en permanente cambio.

Al maestro podemos decir entonces, que su ilustre y a veces generosa labor contribuye a la formación de todo ser humano. Es el elemento principal en una sociedad para despertar conciencias de sus niños jóvenes y aun de los adultos.

Bohoslavsky (1986), argumenta que “el profesor a través de cómo realice su función docente, va a propiciar en sus estudiantes el aprendizaje en determinados vínculos” (Bohoslavsky, 1986, p. 83). Por ello, es muy importante la manera de ser del educador, como distribuir sus clases, toma un valor muy específico, no sólo en la ocupación de las enseñanzas académicas que viene en los planes y programas, sino también en la instrucción de socialización que registrará el educando a través de las amistades que practique en el salón y fuera de él.

Por ello es preciso que, para que haya triunfo en el transcurso de educarse, la correspondencia entre el profesor y sus estudiantes debe estar establecida en el respeto, la obediencia, el compromiso, el reconocimiento, el propósito, la disposición y el agrado de recibir la educación y de dar la enseñanza; es decir, se forma una nueva familia en su conjunto, pues se crean acuerdos, una y otro parte obtienen una responsabilidad fundamental: el maestro enseña, el alumno aprende.

Asimismo, se puede decir entonces que debe haber precisamente responsabilidad por parte de los sujetos que conforman la pareja formativa maestro-alumno, así como compromiso, honestidad, atención y participación, ya que sí uno de los dos no asume la carga y compromiso el proceso enseñanza aprendizaje no tendrá éxito. 

17 August 2021
close
Tu email

Haciendo clic en “Enviar”, estás de acuerdo con nuestros Términos de Servicio y  Estatutos de Privacidad. Te enviaremos ocasionalmente emails relacionados con tu cuenta.

close thanks-icon
¡Gracias!

Su muestra de ensayo ha sido enviada.

Ordenar ahora

Utilizamos cookies para brindarte la mejor experiencia posible. Al continuar, asumiremos que estás de acuerdo con nuestra política de cookies.