Contexto Psicológico y Social de los Trastornos Alimentarios

Introducción

Los trastornos alimentarios son trastornos psicológicos y enfermedades que se presentan con una serie de alteraciones en el comportamiento relacionado con la ingesta de alimentos, alteraciones en conductas psicológicas relacionadas con el peso, la imagen corporal, la insatisfacción personal, la autoestima o el autoconcepto, entre otras.

Por lo que podemos definir a los trastornos alimentarios como enfermedades relacionadas con la alimentación, que afectan a quienes las padecen, de forma fisiológica, conductual y psicológica.

Desarrollo

Antes de comenzar a caracterizar a los trastornos alimentarios, es importante entender lo que es la alimentación: La alimentación, en el ser humano, es la ingesta de comida y bebidas que son indispensables para subsistir. En nuestra alimentación entran dos procesos, el fisiológico y el psicológico.

Referente al fisiológico, conocemos que en el hipotálamo se ubican los centros del hambre y saciedad, los que coordinan y correlacionan las percepciones de los órganos sensoriales, el almacenamiento de los recuerdos de experiencias pasadas y la relación de este comportamiento con el mundo exterior del sujeto; con el objetivo de conseguir alimento. En relación con el psicológico, se explica que desde el seno materno, el niño aprende sentimientos de seguridad, bienestar y afecto, por lo que existe una relación del alimento con estos y otros afectos, motivo por el cual ciertos sentimientos como el dolor, la ansiedad, la depresión y el desamparo podrían influir en los procesos de alimentación.

Las principales características y generalidades de los trastornos alimentarios, son:

  • Estas enfermedades alteran la forma de alimentarse, pero también descomponen estados emocionales, pues producen angustia, depresión, irritabilidad e inconformidad.
  • Son enfermedades que cualquier persona puede desarrollarlas independientemente de su edad, sexo o condición social.
  • Son más comunes a partir en la pubertad hasta la adolescencia (11-20 años), aunque también pueden empezar en la infancia, adultez y vejez.
  • Por factores socioculturales, estos trastornos se presentan más en las mujeres que en los hombres, aunque ellos también los padecen, pero es más difícil detectarlos.
  • Se presentan en todos los círculos sociales, en todos los niveles económicos, y en todo el mundo, siendo cada día más comunes.
  • Pueden sufrirse durante una temporada o permanecer durante periodos muy largos e, incluso, durante toda la vida.
  • En casi todos los casos suele haber recaídas, y quienes los han padecido conservan cierto temor a no tener un aspecto físico agradable.

 

A partir de esto se puede inferir que los desórdenes alimenticios no son enfermedades que padecen únicamente un cierto tipo de población específica, a pesar de ser más común en mujeres jóvenes, todos están expuestos a padecerlas. Conocemos que no son enfermedades incurables, sin embargo, es casi imposible no tener recaídas o estar completamente sano (sin consecuencias psicológicas) sin tener un tratamiento tanto psicológico (terapia) como nutricional (planes de alimentación).

Factores que pueden incidir en el desarrollo de un trastorno alimentario

En un contexto social, las redes sociales y los medios de comunicación han influido en la existencia de un modelo ideal de belleza establecido y compartido socialmente, lo que se traduce en una presión significativa para los miembros de una sociedad. Esto incide en las personas de forma que quieran buscar esta “perfección” en todas las áreas, principalmente en las de atractivo físico, rigiéndose por estándares de belleza poco acercados a la realidad o a lo que realmente es una persona sana.

En un contexto familiar, es común que las personas que viven dentro de familias psicosomáticas sufran algún trastorno psicológico, dentro de los cuales se incluyen los trastornos alimentarios. Debido a que estas familias son sobre protectoras, tienden a sofocar la existencia de conflictos en la familia, evadiéndolos, por lo que los límites individuales o no existen o son confusos. Es común en este tipo de familias una rigidez al cambio o a tolerar diferencias, debido a que la aceptación social las obligan a pretender que son familias armoniosas y sin fallas.

Conclusión

En un contexto psicológico, los trastornos alimenticios están relacionados con los conflictos emocionales, por lo que, expresa que estas conductas alimenticias anormales representan formas de protegerse, expresar alguna emoción, autocastigarse, apaciguar tensiones y distanciarse de situaciones dolorosas hasta crear una nueva identidad. Por ejemplo, existe un alto índice de persona obesa que comparten la misma historia, el haber sido abusados/as sexualmente en alguna etapa de su vida previa a la obesidad. 

30 May 2021
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