Vida de un Esclavo Americano Escrita por él Mismo: Frederick Douglass

Una de las herramientas más poderosas, capaz de comunicar y expresar un sentimiento, idea, o realidad, es la escritura. Tantas personas recurren a ella para causar un impacto en la sociedad. Frederick Douglass es un claro ejemplo de esto, al regalarnos su libro: Vida de un esclavo americano escrita por él mismo. En el que nos enseña la importancia de las palabras como instrumento de cambio. Después de leer el libro, reconozco que conocer la vida y pensamientos de una persona afroamericana, que es portavoz de una comunidad marginada y lastimada, nos ayuda a comprender la verdad acerca de cómo funciona el mundo. Especialmente, cómo podemos actuar cada uno de nosotros para hacerlo un lugar donde se conviva con justicia, igualdad, tolerancia, respeto y equidad. Hay tantos problemas hoy en día y son pocas las personas que se interesan en entender de dónde vienen, a través de la historia. No es fácil quitarse la venda de los ojos, pero vale la pena.

Antes que nada, es necesario situarnos en una línea del tiempo. Lo que aprendí del libro de Howard Zinn, es que la esclavitud comenzó desde 1607 en Jamestown, terminando (no completamente) en 1865. ¿Cuál fue la justificación para esclavizar? En dos palabras, intereses económicos. Es decir que, necesitaban mano de obra y no podían contar con los indígenas, entonces comenzaron a importar africanos (en grandes cantidades y horribles condiciones), quienes eran abusados al ser consideradas personas indefensas. ¿Qué sigue después de eso? Una racialización: prohibiendo derechos humanos, arrebatando humanidad, convirtiendo a seres humanos en infrahumanos, y negando una libertad que todos merecemos. Se crearon clasificaciones por color y prejuicios basados en la ignorancia, perjudicando directamente a estas personas. Cabe recalcar que, las razas no existen, sino verbos que aprendemos por la sociedad, que nos dicen como comportarnos

El libro comienza con una introducción muy interesante, la cual nos invita a comprender el valor de las acciones abolicionistas que surgieron en 1820 hasta 1860. Durante el siglo XIX se publicaron varios escritos en el norte (donde se había abolido la esclavitud), que expresaban actitudes éticas acerca de la opresión a los esclavos, exigiendo la abolición en el sur. Las narraciones, que eran escritas por ex esclavos, se basaban en sus experiencias y principios abolicionistas. Eran tan impactantes en su momento (y todavía lo son), ya que era imposible que no llegaran a los corazones de los hombres. Aportaron tantas cosas, entre ellas demostraban que los afroamericanos tenían capacidades intelectuales y de razonamiento. Escribían detalladamente los acontecimientos, y estos podían difundirse entre un amplio y diverso público. En pocas palabras, podían expresar libremente su opinión. Hoy en día sus textos continúan causando impacto, especialmente nos ayudan a relacionar nuestra interpretación del pasado de Estado Unidos.

Una de las obras más representativas y perfectas, fue la del afroamericano Frederick Douglass. Su autobiografía se compone por tres partes sumamente significativas. Comienza explicando su niñez y juventud, la manera en la que fue desarrollando su conciencia al ser un esclavo. Continúa hablando de su rebelión física y emocional contra la crueldad de la tiranía del Sur. Por último, habla acerca de los pensamientos que tuvo y el plan de huida (el cual no es explicado por cuestiones de seguridad). Antes de adentrarnos a su historia, creo que es necesario entender que uno de los puntos más importantes es comprender que las nociones básicas de escritura llevaron a muchas personas hacia su libertad, entre ellas a Douglass. Tristemente, a pesar de su increíble testimonio, nunca se puede complacer a todos. Tiempo después de conseguir su libertad y convertirse en abolicionista, fue atacado y tachado de mentiroso. Pues la gente no podía creer que alguien que escribía y hablaba tan bien podría haber escapado de la esclavitud. Esto tiene que ver con los estereotipos de los afroamericanos, quienes eran identificados como personas con un cerebro más pequeño. También, debido a que había un gran número de analfabetismo a causa de las condiciones en que vivían, eran pocos los que aprendían a leer y escribir. Igualmente, algunos euroamericanos rechazaban la idea del trato cruel de los amos hacia los esclavos que se describía en las narraciones, afirmando que “Eran, todas ellas, personas generosas, cristianas y compasivas” (p.10).

Explicaré la vida de Douglass, para posteriormente hablar de ciertos aspectos importantes. El autor nació en el condado de Talbot, Maryland. No se conoce exactamente su fecha de nacimiento, pero se establece en 1818. Su madre era Harriet Bailey, la esclava del señor Aaron Anthony, quien se rumoreaba ser el padre de Frederick. Algo que era común, debido a los abusos sexuales o las relaciones de los amos con las esclavas. El pequeño Douglass, que en realidad se llamaba Frederick Augustus Washington Bailey, adquirió la condición de su madre al nacer. Lo que me parece una injusticia, pues al llegar al mundo se vio condenado a una vida sin libertad ni derechos propios, a ser dominado por otras personas en vez de por sí mismo. El autor pasó una parte de su infancia en las plantaciones del señor Lloyd, ya que su amo era el administrador. Los esclavos podían tener distintos amos durante su vida, ya fuera un regalo familiar, adquirido por herencia, vendido, un intercambio, entre muchas otras razones (recordemos que eran tratados como propiedad y no seres humanos). Tiempo después fue enviado a Baltimore para trabajar para la familia de Hugh Auld. ¿Cuál era la relación? El hermano de Hugh, Thomas Auld, era esposo de la hija del capitán Anthony.

El cambio a la ciudad fue una de las partes más importantes de la vida del autor, pues aparte de ser un trabajo más tranquilo en comparación al trabajo de campo, fue un momento clave que le sirvió para abrir sus ojos ante la situación en la que se encontraba. Además, aprendió a escribir gracias a Sophia Auld, la esposa de Hugh, como dice el autor, triunfó al descubrir “el camino de la esclavitud a la libertad” (p.37). Al cambiar su perspectiva y desarrollar un pensamiento crítico, se dio cuenta que todo humano merece la libertad. Su granito ya estaba sembrado, lo único que necesitaba era encontrar el momento adecuado para caminar hacia su libertad. Continuando con su vida, a causa de una discusión entre los hermanos Auld, regresó al trabajo de campo con Thomas, quien buscó el servicio del domador de esclavos (debido a su inexperiencia como amo), Edward Covey. Al pasar uno de los peores episodios de su vida, decidió escapar, pues ya no le quedaba de otra. Al ser encarcelado por su intento fallido de huida, su antiguo amo, Hugh, le pagó la fianza y lo regresó a Baltimore, lugar donde trabajó como calafateador y donde su semilla de libertad continuó creciendo. En 1838 con ayuda de su prometida, arribó a Nueva York, donde finalmente consiguió su libertad.

Hay tantas cosas que considerar acerca de la vida de Douglass que reflejan la situación de la mayoría de los esclavos. Al comenzar el primer capítulo, reflexioné acerca de lo afortunada que soy en varios aspectos. Frederick cuenta que los esclavos no tenían bien en claro su identidad. Era difícil tener una concepción sobre ellos mismos debido a que no les permitían ni siquiera saber su edad. Aquella falta de información los hacía sufrir bastante (p.22). Es un privilegio saber de dónde venimos, quiénes son nuestros padres, qué nos gusta hacer, cuáles son nuestros sueños. Cosas que no suenan tan importantes, pero que sin ellas nos sentiríamos perdidos. Es una pena saber que los separaban de sus padres desde temprana edad. Pero peor aún, que el no convivir con ellos se sintiera como algo normal. Como cuenta Douglass, fueron pocas las veces que vio a su madre a tal punto que no le afectó tanto su muerte, pues recibió la noticia como si hubiera sido de un desconocido (p.22). Asimismo, es una pena saber que lo único que conocían de sus padres, la mayoría de las veces era un rumor. También, en varias ocasiones Douglass menciona a su abuela, tía y a sus hermanos, sin embargo nunca describe haber tenido una buena relación con ellos, pues vivían en lugares distintos. ¿Qué es lo que pienso acerca de esto? Que es una injusticia que alguien te mantenga ignorante y tenga el poder de privarte de algo tan importante. Los seres humanos nacimos deseando afecto y conexión. Todos merecemos sentir pertenencia, amor, y seguridad.

Continuaré hablando acerca de los diferentes amos y la manera en la que los esclavos se veían obligados a vivir. Como mencioné anteriormente, el primer amo de Douglass fue el capitán Anthony. El hombre no se consideraba rico, pues solo contaba con unos treinta esclavos, lo cual a mí me parece una cantidad enorme, pero si lo comparamos con los cuatrocientos esclavos del coronel Lloyd, eran pocos (p.23). La mayoría de las veces los amos contaban con un mayoral encargado de las fincas y los esclavos. Al principio Douglass nos habla del señor Plummer, a quien describe como un hombre cruel, borracho, despiadado, y un monstruo. No convenía desobedecerlo, pues el autor describe que era un experto con el látigo y en hacerle heridas a las mujeres en la cabeza, como fue el caso de su tía Hester. El pequeño Douglass no estaba acostumbrado a ser testigo de esas atrocidades, ya que las escenas sucedían con más frecuencia en las plantaciones, y al ser Frederick un niño, le tocaba ser cuidado por las ancianas afuera de la hacienda. Pero a pesar de su corta edad, él sabía que hombres como Plummer no tenían corazón, ni eran personas humanitarias.

Como dije anteriormente, los amos no sentían afecto, ni compromiso o solidaridad hacia los esclavos. Vivían en pésimas condiciones. Había una asignación mensual para repartir víveres y ropa para todo el año (p.24). Cuando su ropa se desgastaba, andaban desnudos hasta la siguiente entrega. Me imagino que a causa de ello sufrían las condiciones climáticas, al trabajar sus pies se desgastaban más de lo usual, y no me gusta pensar en la situación de las mujeres al no poder cubrirse y ser victimas de acoso. Asimismo, no se les daba cama, si mucho una manta, ya que no se consideraba una carencia porque la mayoría del tiempo trabajaban. Pero realmente, dormir es una necesidad humana. Prohibir que una persona duerma, por lo menos las horas suficientes, es una crueldad, de hecho era razón de sus muertes, pues descansar ayuda a evitar enfermedades y mantener la salud mental, emocional y física. Otro mayoral, Severe, es mencionado con características muy parecidas a Plummer: “Desde que salía el sol hasta que se ponía, estaba maldiciendo, desvariando y repartiendo golpes y latigazos entre los esclavos de los campos” (p.26).

La mayoría de los amos, mayorales, y dueños de plantaciones, tienen las mismas características: Lloyd, Gore, Lanman, Bondly, Hugh, Anthony, Coven, por mencionar algunos nombres. Hay tantas historias que describen sus tratos severos. Cada uno tenía su forma de lastimar, pero todos compartían su odio a los esclavos. Les provocaba placer castigar y mostrar su brutalidad, ya fuera con el látigo, objetos duros, sus propias manos, o hasta una pistola. De hecho se menciona nunca sabían cuándo podían evadir un castigo, pues eran azotados frecuentemente cuando menos lo merecían (p.29). Igualmente para controlarlos y asustarlos, si cometían faltas a sus amos, se tomaban diferentes medidas: algunas veces se vendían a otros amos para separarlos de sus familias o amigos, otras veces optaban por el asesinato. Una de las historias que más me causó conflicto, es cuando Douglass cuenta la muerte de Demby. Después de que su amo le diera una cantidad severa de latigazos, salió corriendo y se escondió. Su amo, Gore, lo amenazó, para que finalmente terminara con su vida. ¿Cuál fue la justificación? Si un esclavo escapaba con vida, los demás seguirían su ejemplo, “El resultado de lo cual sería la libertad de los esclavos y la esclavización de los blancos” (p.32). ¿Qué pasaba si matabas a un esclavo? Nada, ni siquiera era objeto de investigación.

Ahora bien, había ocasiones en las que los esclavos tenían privilegios, si se le puede llamar así, es decir que si tenían suerte, no la pasaban tan mal. Un ejemplo puede ser cuando les tocaba un mayoral no tan severo, como fue el caso de Hopkins, quien suplió a Severe. Douglass lo describe como un hombre distinto a los demás, afirmando que era menos blasfemo y que azotaba sin producirle ningún placer (p.23). Después de haber tenido una mala experiencia con el primero, puede que Hopkins no fuera una buena persona, pero por lo menos no era cruel, orgulloso, ambicioso, ni temido por los esclavos. Hablando de esto, también la relación de Douglass con el amo Lloyd le sirvió de protección, ya que le tomó cierto cariño. Otro ejemplo de los privilegios, era ser el elegido para hacer los recados ¿Por qué? Primeramente, era una tarea que solo se les daba a los esclavos de confianza. Segundo, era una manera de alejarse del campo y del trabajo pesado, y si tenían suerte, podían conseguir comida apetecible. Otra manera para calmar el alma, era crear canciones, las cuales reflejaban los sentimientos de los esclavos. Sin embargo, el autor compara las canciones con lágrimas, pues solo servían como alivio, pero no expresaban felicidad (p.27). Finalmente, la que consideró la mejor ventaja o suerte para un esclavo, era ser enviado a trabajar a la ciudad.

Como mencioné anteriormente, Frederick tuvo la ventaja de ser enviado a Baltimore aproximadamente a los 8 años de edad. Me gustaría comparar el trabajo de campo con el de ciudad. Primeramente, algo que menciona Douglass, es que se les regalaba un par de pantalones, pues se decía que en Baltimore vivía gente limpia, algo que no se acostumbraba ver en las plantaciones. Asimismo, en la ciudad los esclavos parecían hombres libres, ya que las tareas no eran tan pesadas, la comida era suficiente, se podía salir a las calles, y las condiciones, así como el trato del amo al esclavo era más tranquilo. Por el otro lado, cuando el autor cuenta su experiencia en las plantaciones, describe horas constantes de trabajo agotador y vigilado (no podían parar o recibían azotes), comida insuficiente, condiciones climáticas extremas, entre otras características. En pocas palabras, era una puerta a la muerte. Eran contadas las personas que sobrevivían a esa explotación. Se prestaban a morir a causa de cansancio, enfermedades, inclusive de las heridas que les hacían los amos, o una mezcla de las tres.

Otro de los puntos importantes de la ciudad, es el hecho de que Douglass tuviera la oportunidad de aprender a leer y escribir, especialmente la manera en que estas herramientas aportaron significativamente en su vida. Al llegar a Baltimore, se encontró con una familia diferente a lo que estaba acostumbrado, en particular por su nueva ama, Sophia Auld, quien al principio demostró la bondad de su alma. Antes de que su corazón se corrompiera por las influencias de la esclavitud (y de su esposo), le enseñó a Douglass lo básico (abecedario y vocales). El momento clave fue cuando su amo la regañó, diciéndole que si enseñaba a un esclavo a escribir, no habría modo de controlarlo. Frase que le abrió la mente al pequeño, que a partir de esa lección, descubrió su camino hacia la libertad. A pesar de que su ama detuviera su aprendizaje, el pequeño buscó las maneras de continuar aprendiendo, sin importar las consecuencias. Reflexioné acerca de esto, pues realmente el que quiere puede. Son pocas las personas que tienen la oportunidad de asistir a la escuela, la mayoría no se dan cuenta del privilegio e importancia de ello. Que un adolescente tomara conciencia sobre el poder del aprendizaje e hiciera algo al respecto, a pesar de su situación de desventaja, me parece maravilloso y admirable (p.36-38).

Al regresar al campo, específicamente a St. Michael, Douglass se dio cuenta de la hipocresía de los amos, especialmente en relación con la religión que profesaban. Describe que su experiencia fue 10 veces peor, pues el amo al que pertenecía, Thomas Auld, apoyaba su crueldad en la religión. Justificaba sus acciones debido a la interpretación que le daba a las Sagradas Escrituras. Es decir, había una disonancia cognitiva, una incongruencia en lo que se sabía y hacía. Todo lo contrario fue con Freeland, el último amo de Frederick, a quien llamó un hombre caballero, y quien no tenía pretensiones de religión (p.60). Asimismo, existía un sistema de fraude entre los amos. En navidad se les otorgaba a los esclavos unas vacaciones que sonaban excelentes. Sin embargo, era un sistema encargado de cambiar la perspectiva, parecía un regalo, pero realmente era una manera de desviar el espíritu rebelde de los esclavos. Las actitudes de los amos anteriormente mencionadas, venían de sus deseos de esconder los motivos reales de sus acciones y del odio que sentían hacia los esclavos.

Otro punto importante del texto, es reconocer la manera en la que el autor siembra su esperanza de libertad, la cual en varias ocasiones desaparece debido a las circunstancias que se le presentaban. Lo único que le daba fuerzas para continuar los maltratos, las torturas y el constante trabajo pesado, era saber que algún día escaparía. Podía aguantar sabiendo que sería feliz al alcanzar la libertad. En algunos momentos de su vida, claramente y con razón, se sentía destrozado no solo físicamente, sino de alma y espíritu. Una de mis partes favoritas, es cuando estuvo a punto de recibir un castigo por parte de Covey (el domador de esclavos), y decidió luchar y defenderse (p.57). Fue un suceso que demuestra la importancia de mostrar resistencia. Tiempo después, al pasar con Freeland, consiguió muy buenas amistades. La relación con otros esclavos también hacía al alma feliz. Se ayudaban mutuamente (a leer por ejemplo), compartían las mismas intenciones y los mismos miedos. Eran sobre todo, una motivación para seguir adelante, siendo todos uno mismo. 

24 May 2022
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