Análisis de Avances De La Vacuna Contra La Malaria
Dentro de los últimos setenta años se han logrado reducir, luego de mucho esfuerzo, las áreas con casos activos de malaria alrededor del mundo. Los primeros avances correspondientes a este tópico datan en América del Norte y la mayor parte del Occidente de Europa; las cuales han presentado dichos avances gracias al desarrollo económico y social, que a su vez ha permitido la utilización de más recursos para combatir la transmisión de la enfermedad. En un principio; durante los años cincuenta y sesenta, se logró reducir en un alto porcentaje la transmisión de la malaria mediante la utilización del insecticida: dicloro-difenil-tricloroetano (DDT), y gracias a las diversas campañas de prevención, se logró disminuir el número de enfermos considerablemente; así como las vías de transmisión.
Lamentablemente luego de estos grandes avances, hubo una decaída en los recursos destinados para combatir esta patología; por lo que se dio la aparición de cepas resistentes a los medicamentos antimaláricos establecidos y a los insecticidas que se estaban utilizando, creando como consecuencia grave, el aumento de los casos alrededor del mundo; afectando principalmente las zonas de África, Asia y América del Sur, donde frecuentemente se ve afectada la población que rodea a los infantes y mujeres embarazadas.
Cabe destacar que, debido a este aumento excesivo de casos en los últimos años, más recursos han sido destinados para combatir la enfermedad, lo que ha llevado al desarrollo de severas investigaciones para poder obtener una vacuna, que tendrá diversos beneficios para la sociedad. El avance más desarrollado actualmente es la vacuna: RTS, S/AS02A, la cual está dirigida para combatir la fase preeritroctarias de Plasmodium falciparum, la cual fue elaborada por Glaxo-SmithKline Biologicals.
Según la Organización Mundial de la Salud, la malaria es una afectación principalmente expuesta en 21 países del continente americano; dentro los que destacan como los más afectados: Belice, Brasil, Bolivia, Argentina, Colombia, Ecuador, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Guayana, Guayana Francesa, Honduras, Haití, Nicaragua, Panamá, México, República Dominicana, Paraguay, Perú, Venezuela y Surinam.
Luego de que se diera de baja el programa destinado para erradicar la malaria, se establecieron estrategias o protocolos de seguimiento, para llevar un control sistémico y evitar el alza de los casos transmitidos; por lo que se creo un acuerdo en el cual se establecieron los siguientes parámetros: diagnóstico rápido, tratamiento inmediato, medidas de prevención y protección, la capacidad de pronosticar y contener la epidemia, y el fortalecimiento de la capacidad de salud local para informar a sus pobladores acerca de todas las medidas mencionadas previamente, así como las formas en las cuales se puede evitar contraer la enfermedad.
A partir del grandioso trabajo investigativo realizado por el científico Ruth Nussenzweig y sus colaboradores en el año 1967, en el cual se explicaba que la inmunización de roedores con esporozoítos de P. berghei y estos al ser tratados con rayos X eran protegidos de la infección, fue demostrado que la obtención de una vacuna contra la malaria, era un objeto con visión a futuro.
Por lo tanto, a partir de este avance, se han realizado variadas investigaciones para completar el trabajo realizo por Nussenzweig. Uno de los principales es la vacuna antimalárica RTS, S/AS02A desarrollada por un grupo de investigadores encabezados por el científico e investigador Pedro L. Alonso, que recientemente expusieron los resultados de su ensayo clínico. Esta vacuna está basada en la proteína circunsporozoítica de la cepa NF54, clon 3D7 de P. falciparum. Y a pesar de que se obtuvieron niveles relativamente bajos de protección ofrecida (basándose en dos grupos poblacionales distinto) sigue establecida la opinión de que, en los próximos años, y con el desarrollo de mayores avances científicos, se podrá logar la obtención de la vacuna contra la malaria.
