Semántica: Análisis del Discurso Oral y Escrito
La capacidad de comprender discursos escritos es diferente a la de comprender discursos orales, el discurso escrito es todo texto producido por un hablante en un proceso de comunicación donde se usa el código lingüístico oral o escrito, puesto que el texto establece la magnitud de análisis de los estudios del discurso.
El discurso escrito no está sujeto a cambios ni es posible encontrar en él un feedback, la única prueba que tiene el lector para comprender la significación que quiere emitir el autor es lo que está en el papel, es decir, lo escrito.
Desde una perspectiva general, al analizar el discurso escrito de en el contexto de la semántica, entendiéndose por semántica como una de las ramas de la lingüística más joven debido a que no fue hasta 1883 cuando el lingüista Francés Michel Bréal enunció en su Essai de Sémantique (Ensayo de Semántica) el surgimiento de una nueva ciencia del lenguaje que apunta a los cambios de sentido y el significado de las expresiones. Desde entonces, el avances en los estudios acerca de la semántica, que en sus orígenes se llamó semasiología, divergió en dos grandes grupos: los estudios del significado cerrado de las palabras y el estudio del sentido que puede cobrar una palabra en contexto, no obstante, el sentido se ligó a la pragmática y se continuó estudiando en conjunto con la semántica y pragmática, por esto nos preguntamos ¿de qué manera influye la semántica, el contexto y la argumentación en el discurso escrito ?.
Ante esto, el investigador de la universidad de Alicande, Jorge Fernández asegura que: “[…] es una disciplina de la lingüística que más tiempo ha tardado en hacerse hueco en el aspecto de las ciencias del lenguaje […].”. A lo largo de los años siguientes la semántica en su estudio del significado con el sentido de las palabras y con un sentido histórico de estas, tuvo parte en el accionar de otras ciencias, de hecho, una de aquellas áreas es el análisis del discurso crítico. Allí se le confiere la función de determinar la ideología que hay en los discursos, tal lo afirma Van Dijk “todo discurso es histórico”. Ahora bien, desde el concepto de ideología proporcionado por la RAE: “conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento cultural, religioso o político”, y la perspectiva del análisis crítico como: “la aproximación interdisciplinaria del estudio del discurso, entendido como cualquier manifestación lingüística, que generalmente se centra en analizar las relaciones sociales que se establecen y potencian a través del lenguaje.”, se puede argumentar que todo discurso emitido en una colectividad evidencia las manifestaciones lingüísticas, ya que expresan y contribuyen al hecho de que se mantenga una ideología, la cual, contenida y subsistente dentro las mismas expresiones lingüísticas, el lugar en donde se sustentan y transmiten a través de la comunicación ignorándose el origen de los términos empleados.
Dicho de otra manera, la ideología se puede mantener y transmitir inconscientemente puesto que está ligada el significado o sentido de las palabras empleadas y su recorrido histórico.
A manera de ejemplo, con el fin de dar claridad se puede exponer que: un sujeto dentro de una comunidad emplea la oración “Un día a la vez”. Dicha oración contiene un recorrido histórico e ideológico a través del tiempo, ya que el sujeto antes mencionado sujeto hable en un sentido existencial: sólo se es consciente del tiempo que está transcurriendo justo en el momento. O también en sentido religioso desde el cristianismo al aludir a Pablo de Tarso, quien pedía a Dios en sus plegarias que le ayudase a llevar su vida de día en día o la popular frase de Jesucristo “cada día trae su afán”. Claramente es el contexto el que da el sentido a la expresión y se pueden dar múltiples interpretaciones con tan solo conocer el significado inmerso dentro del código oral.
Entonces, se entiende que una de las funciones de la semántica dentro del análisis crítico del discurso es la misma que en los textos –sobreentendido que existe discurso oral y escrito– pues ambos se componen de series de enunciados concatenados específicamente con un fin. Los enunciados contienen el pensar, razonar y el sentir del autor. Por ello refirirse a la semántica como sistema de estudio de la perspectiva del significado cerrado de las expresiones lingüísticas como antes se ha mencionado (semántica formal), no resultaría muy útil. Sin embargo, Van Dijk acota desde su perspectiva:
[…] si se asume que las ideologías se producen y reproducen socialmente sobretodo mediante formas concretas en los textos, y en las interacciones comunicativas entre los actores sociales, en tanto que miembros grupales, parece plausible suponer que algunas estructuras semánticas del discurso funcionen.
Lo anterior clarifica la postura tomada frente a la semántica como herramienta ideológica efectiva a la hora de descifrar enunciados desde el sentido mismo, debido a que en este apartado se hallan las implicaturas. Explicado más ampliamente desde la perspectiva de Paul Grice: “información que el hablante manifiesta hacia su interlocutor, que “da a entender”, y que, por lo tanto no expresa de manera implícita.”
Del mismo modo, concuerda con el hecho confirmado por el mismo Van Dijk y da continuidad al orden de ideas que hasta ahora se lleva: “las ideologías han de considerarse un abstracto, entendiéndolas como la base “axiomática” del sistema de creencias compartido socialmente en un grupo de humanos.” . Esto significa que la ideología no está explicita la mayor parte del tiempo, se encuentra implícita en lo que no se dice pero se da a entender con lo que se dice y el cómo de lo que es dicho. Retomando el ejemplo citado, el sujeto que ha expresado “un día a la vez” no grita a bocajarro que cree en que el mañana es incierto, pero queda claro que ese es su pensamiento y lo que trata de decir es que está ocupado en su presente y no en el futuro.