Análisis Del Documental De La Isla De Las Flores
Está claro que existe una ruptura entre el acontecer visual o film y la melodía convencional, para este siglo XX toda la música en los Films está sujeta a la funcionalidad y no al alma, es en consecuencia gracias a las evoluciones de los medios técnicos del cine sonoro, pero tanto una como la otra son piezas importantes que se entrelazan para mantener al espectador bajo dominio.
Así como el ser es sometido a reglas y crea sus propias costumbres, la música en el cine no es indiferente; unas de las costumbres en el cine es el Leitmotiv (comunicar información al espectador).
El Leitmotiv cinematográfico consiste en la identificación y asociación de la música a un personaje, como por ejemplo en las Islas de las flores cuando la señora Anita va a hacer el trueque o está en el supermercado y suena un timbre el que nos indica que es la máquina de intercambio de dinero.
El Leitmotiv Wagneriano se caracteriza por un motivo o idea musical breve. Se crea a partir de una compleja trama de unión y superposición de estos motivos, este Leitmotiv se logra identificar cuando están presentados al japonés Jaffu Masaki Suzuki se escucha la melodía que lo caracteriza y nos ubica geográficamente.
El telón sonoro o la técnica de interrupción mediante la música es aquella que se incluye en las proyecciones, pero prácticamente excluida la psicología dramática, es decir que pasa por desapercibida, como por ejemplo cuando están recogiendo la basura del terrero donde se deposita la basura y algunos empleados de los dueños de los cerdos separan de la basura los proyectos de origen orgánico, que juzgan como adecuados para la alimentación del cerdo. Es en este preciso momento donde el telón musical interviene, pero casi no es percibido, ya que la mirada o atención está en todos los residuos que están escogiendo y a la espera de otro acontecimiento.
La ilustración musical es una función interpretadora que debe aparecer de manera precisa, la música debe seguir el acontecer visual. Esto sucede en el momento donde exponen la isla de las flores como la isla escogida para que la basura huela mal, en este momento la imagen se ilustra con un musical suave que nos acompaña con la observación, también la encontramos en el momento donde ponen de ejemplo a los judíos como otros seres humanos con el mismo pulgar oponible que otros.
Stock music es uno de los más conocidos, aquel que se relaciona con las situaciones que habitual mente suelen acompañar, estereotipos que se utilizan frecuentemente, como por ejemplo cuando se realiza la descripción de una familia matrimonial, suena la melodía que en su momento los unió.
Ahora bien, la utilización de clisés musicales puede ser de gran ayuda, ya que el ser humano en la mayoría de ocasiones hace una relación más rápida cuando de escuchar y ver se trata, pero corre el riesgo de caer en algo repetitivo que genera al espectador una especie de predicción, evitando la intriga, deseo o ganas de la persona hacia el film.
Para finalizar podemos decir que el cine desde los inicios ofrecía más que el primer cine sonoro, ya que este consistió en diálogos y efectos de sonidos realistas conectados o sincronizados con la imagen, en la actualidad podemos decir que se comenzaron a manejar las voces, los efectos de sonidos digitales, incluso los silencios, unificando la creatividad con lo expresivo, pero no un trabajo, no una melodía que se crea desde el inicio de un guion ni tampoco que salga desde el alma, desde luego si olvidamos el sonido de una película son contadas las personas que tengan la posibilidad y habilidad de ver más detalles en el argumento o comprensión de la trama.
En la Isla de las Flores hay pocas flores, pero mucha basura, es uno de los vertederos de Porto Alegre. Si os digo que el corto cuenta lo que le ocurre a uno de los tomates del Sr. Suzuki hasta llegar a la Isla de las Flores probablemente pensaréis, «¡oh, qué historia tan apasionante!» Pues sí, apasionante historia la que nos cuenta Jorge Furtado en este corto documental, en el que en tan solo 12 minutos nos da una lección magistral de como funciona nuestro mundo.
Pero el caso es que entre risa y risa vamos redescubriendo una realidad que no es muy bonita, van apareciendo conceptos como dinero, trabajo, comercio, lucro, basura, propiedad… y el «monstruo» empieza a mostrar sus tripas. Y redescubrimos también que al «monstruo» no lo alimentan (solo) los mandamases y gerifaltes planetarios, sino que necesita del Sr. Suzuki y sus tomates, y de Doña Anita y sus perfumes, y del dueño de los cerdos… Y así, la película va pausando su ritmo para darnos la ocasión de digerir nuestra basura de seres humanos de telencéfalo altamente desarrollado y pulgar oponible. Y según va reposando, la digestión nos va haciendo perder la sonrisa y la emoción aumenta hasta el cierre, con una cita de Cecília Meireles:’libertad es una palabra que el sueño humano alimenta, que no hay nadie que explique y nadie que no la entienda’. Curioso final por cierto, porque en un trabajo extremadamente explícito difícilmente se podía haber conseguido un final más abierto.