Aportes Socioeconómicos De Los Pueblos Indígenas
Desde tiempos coloniales, la economía indígena ha sido una economía subordinada a la presión de un mercado capitalista, sirviéndoles como una fuente de mano de obra barata y productos agrícolas a bajo costo, pese a esto los principios indígenas abrazan este tipo de productividad comercial y se resisten a la dependencia de un trabajo asalariado. Sin embargo, influencias neologistas tratan de desenmarañar este tipo de ideologías que brindan la identidad única a nivel étnico.
Es factible presentar un crecimiento económico lineal que ciertas provincias de la serranía ecuatoriana demuestran, siendo las actividades comerciales relacionadas con agricultura familiar una de las más grandes fuentes de ingreso; seguido de artesanías, textiles y trabajo migratorio.
Cultivos andinos del Ecuador tuvieron mayor alcance a la dependencia económica al ser los productores exclusivos de papa y otras hortalizas que gracias al surgimiento del auge petrolero se podían conseguir con facilidad los requerimientos agrícolas con ayudas migratorias, pero luego con el ingreso de leyes neoliberales que imposibilitaban el flujo directo de ayudas migratorias, fertilizantes y pesticidas fueron productos de difícil adquisición. Hay que añadirles a esos inconvenientes que los monocultivos empezaron a reflejar degeneración en los suelos, por ende, la producción papera se vio vulnerada. Por lo que la población que no era encargada de producir papas, mantenía la economía comunal con leguminosas y diversos tipos de cereales. Manteniendo un equilibrio social basado en el décimo tercer principio del Sumak Kawsay, Suma Churaña, Suma Katukaña: saber dar y saber recibir.
Industrias colombianas se posicionaron en territorios ecuatorianos, especialmente en Cayambe, para la producción y comercialización de flores, dando trabajo a varios jóvenes que veían un panorama desolador en los terrenos poco fértiles que la tradición familiar les ofrecía tomar a cargo.
La solidaridad comunitaria y prácticas de intercambios agrícolas campesinas se iban degradando poco a poco con el aumento del flujo migratorio, pues el retorno de los migrantes venía acompañado de ideas en las que la identidad cultural no era el centro de su ser, si no más bien la productibilidad y el desecho de prácticas que no promovían el rápido desarrollo económico.
Frente a esta problemática social, se pidió ayuda a instituciones no gubernamentales como FEPP y CARE international, que gracias a préstamos agrícolas y apoyo comunitario la economía agrícola pudo ser reactivada y el comercio de productos agrícolas se complementaba con el comercio de cerdos y ganado, negocio lucrativo que permitió a varias familias indígenas convertirse en prósperos empresarios de tipo familiar.
Ecuador es famoso por la alta calidad de sus productos textiles de novedosos diseños, los cuales pueden adquirirse por un precio económico. Ecuador produce y exporta hilo, telas, materiales para la producción industrial, así como también prendas terminadas, atavíos y artículos domésticos. Los exporta hacia los Estados Unidos, Colombia, Chile, Brasil, Venezuela y Perú.
La industria textil ha tenido dificultades al igual que el sector agrícola, empezando por la migración campo – ciudad en la que los campesinos, sustituían la tela propia de pueblos de la serranía ecuatoriana por telas fabricadas y comercializadas en la ciudad, por motivos de economía y mejores diseños; otro factor que afectó a este campo industrial no tan conocido fue el fenómeno de la migración en la que algunos migrantes reemplazaron su vestimenta autóctona por ropa de países industrializados. Sin embargo, luego de un largo trayecto de altibajos, el comercio de artesanías logró surgir entre los años 60 y 70 gracias al desarrollo del turismo, la industrialización y la exportación de textiles a causa de la migración. Ecuador es famoso por la alta calidad de sus productos textiles de novedosos diseños, los cuales pueden adquirirse por un precio económico.
No queda la menor duda que el fenómeno de la migración se volvió una realidad para gran parte de las comunidades indígenas. Sin embargo, las comunidades con alto progreso de desarrollo comercial han podido frenar esta situación de abandono de familias en busca de mejores días de vida, ofreciendo a sus jóvenes un trabajo asalariado en el que, a pesar de los bajos pagos y gran esfuerzo en largas jornadas laborales al ser su trabajo manual, podrán ser algún día sus propios jefes, es decir productores independientes.
El desarrollo comercial de la artesanía ofreció a familias indígenas una estable seguridad económica y una identidad comunitaria cultural, negadas a la mayoría de los migrantes en los territorios a los que viajan, los que trabajan en la construcción o como empleadas domésticas.