Aprendizaje Y Las Evaluaciones En El Proceso Formativo

Este acto ha llevado a desarticular el proceso de formación, pues los docentes simplemente se encargan de medir cuantitativamente el aprendizaje adquirido durante un periodo de tiempo, con el objetivo de promoverle a un nivel superior. Muy aparte, queda lo cualitativo que casi siempre es descuidado o tiene menos valor dentro de la evaluación.

Todo este proceso de desarticulación tiene inicio en los estándares impuestos por los organismos de control de la educación. Creen que mientras mejor sea el puntaje, mejor será la calidad de la educación, características propias de una educación neoliberal. Lastimosamente, esto es bien visto internacionalmente y por ende es un modelo para la educación nacional.

La evaluación tiene que estar bien definida de acuerdo al qué, cómo, cuándo, a quién va dirigido, por qué, para qué y qué se va hacer con los resultados obtenidos. Debido a que a la evaluación se considera como “(…) medio para construir la equidad y la justicia” (Rueda, 2016, p.191), por ende, si es correctamente construida y aplicada, generará información esencial para proponer rediseños en los programas y políticas públicas dentro de la educación.

Con respecto al ¿Por qué? y ¿Para qué? se evalúa, los pedagogos Jorba y Sanmartí (1995) consideran que se evalúa para ayudar a los estudiantes en el proceso de aprendizaje con la finalidad de adecuar los procedimientos de enseñanza a las necesidades de aprendizaje de los mismos. Este proceso, no solo es útil para los estudiantes, sino también para los docentes, debido a que, a través de la evaluación, se puede acceder a indicadores de progreso y dificultades de los estudiantes (Monteagudo, 2015), de esta manera se obtiene un diagnóstico, mediante el cual se propone nuevas metodologías para la intervención del proceso de enseñanza. Esta idea de la intervención se originó a partir de las teorías de Cronbach (1963), el autor sugirió que una función de la evaluación debería ser para ayudar a los docentes a tomar decisiones dentro del proceso de enseñanza, y reorganizarlo dependiendo los resultados de la evaluación.

El éxito académico está ligado a los docentes, directores, supervisores, padres de familia, en sí, a toda la sociedad. Pero fundamentalmente está ligado a las diversas formas del ¿Cómo? Se desarrolla el proceso de enseñanza, de ahí nace la necesidad de buscar, investigar o crear formas innovadoras, creativas, dinámica y productivas para incentivar al estudiante durante su proceso de formación. La evaluación sirve para que los miembros de la comunidad educativa se pregunten ¿cómo se puede ayudar a los estudiantes para que quieran aprender?, ¿cómo motivar para que tengan control interno y asuman la responsabilidad del aprendizaje? mientras que los docentes deberían preguntarse si ¿Las prácticas de evaluación se alinean bien con lo que nos gustaría que hicieran nuestros estudiantes?

El reto de la educación en la actualidad es reinventar la evaluación, ver como una oportunidad para mejorar las aptitudes y habilidades de los estudiantes frente a problemas complejos. Inicialmente, se debe dejar de creer ciegamente en simples números, ya que ciertos aspectos de las personas no se pueden cuantificar (emociones, actitudes, estado de ánimo, etc.). La obsesión por cuantificar el aprendizaje conduce a un fracaso educativo, pues al estudiante se lo está especializando en cierta área de conocimiento, descuidando las relaciones que puede tener con su entorno.

Para iniciar la disertación sobre evaluación primero debemos conocer el propio término y su significado. Para llegar a entender el significado del término evaluar, podemos partir de su carácter etimológico. La palabra ‘Evaluar’ está formada con raíces latinas, así encontramos en latín el término valere: ser fuerte, tener valor. Asimismo, en el antiguo francés Value: Valor. El participio pasado de Valoir: Valer, que proviene igualmente del término Valere: ser fuerte, tener valor. En este sentido, evaluar, proviene del término francés évaluer y tiene dos componentes léxicos: el prefijo ex (hacia fuera) y el propio término (valor), su conjunción representa estimar el valor de algo.

En este marco, para investigadores como Escamilla (2009), la evaluación es:

Un proceso de trabajo continuo, sistemático flexible y participativo orientado a valorar la evolución de los aprendizajes de los alumnos, y a tomar las decisiones necesarias para mejorar el diseño y desarrollo de la acción educadora de acuerdo con las necesidades y logros detectados en los procesos de aprendizaje de los alumnos. (p.197) 

02 May 2021
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