Breve Reseña Histórica del Cheque como Institución Mercantil

Cheque como institución mercantil y a ntecedentes del derecho mercantil ensayo argumentativo. Durante la época prehistórica, el medio de cambio cumbre era el trueque. Sin embargo, conforme las necesidades humanas fueron aumentando y sofisticándose, el ser humano iba inventando nuevas formas de satisfacerlas, en respuesta a ello surgen tecnologías innovadoras, asimismo nuevos medios de pago. No obstante, el objetivo y el verdadero reto se encontraba no solo en la invención de una amplia gama de instituciones mercantiles, sino también en el impulso de estándares de seguridad que eviten el fraude.

Centrándonos en la época de la Edad Media, los vendedores y comerciantes advirtieron que continuamente eran objeto de asesinato, robos y asaltos a mano armada debido a la gran cantidad de monedas de oro y plata que llevaban consigo, ya que aún no se usaba un instrumento de pago con las características suficientes para que en un solo papel se condense la cantidad de dinero efectivo que se deseaba pagar. Ante esta problemática, es que se comienzan a usar instituciones mercantiles que hicieron posible la liquidación de deudas y créditos desde nuestra comodidad. Un claro ejemplo de ello son las órdenes de pago a cargo de cantidades previamente depositadas en un banco, denominados “cheques”.

De esta transacción podemos precisar que los protagonistas principales son el banco o “girado” como proveedor de medios de pago; los depositantes o librador, quienes disponen cierta cantidad de fondos en favor de una tercera persona sin necesidad de hacerlo efectivo directamente y el tenedor, la persona que recibe el cheque del librador teniendo que presentar el cheque y cobrarlo. Es así que se hace posible una negociación sin necesidad del uso de la moneda.

Remontándonos a la historia, aún no se tiene muy cierto su origen o paternidad, pero al igual que la letra y el pagaré son atribuibles a la península italiana. Incluso, es posible enlazar su origen con la aparición de los Bancos italianos en la Edad Media (Vazquez, 1997). Llegando posteriormente a su esplendor y perfeccionamiento durante el siglo XVIII con el uso constante que le daban en la práctica bancaria inglesa.

Como afirma Uría (2002) en su obra “Derecho Mercantil” el cheque es una institución de “escaso abolengo legislativo” puesto que su empleo estaba reglado a la práctica anglosajona, teniendo inicialmente como fuente principal las prácticas mercantiles tradicionales y finalmente la ley con la codificación del mismo. Este último punto no se observa solo en el uso del cheque sino en el origen mismo del derecho mercantil puesto que este nace con un doble carácter, el consuetudinario y el profesional, haciendo referencia, a que el derecho era creado por los propios comerciantes para regular cuestiones del comercio que realizaban dentro del ámbito profesional.

La etimología de la palabra “cheque”, según Garrigues (citado en Bonome, 1997), proviene del inglés check- comprobar, revisar, verificar- usado por los reyes ingleses quienes acostumbraban a expedir mandatos de pago contra su Tesorería, cuyo departamento tenía el nombre de “Exchecker”. Es por esta razón que se le denomina “exchecker Bill” a los documentos en donde ordenaban el pago. Los banqueros a cambio del dinero efectivo que depositaban los clientes, atendían el pago de letras a la vista, giradas por los depositantes, pero antes de pagarlo debían comprobar que fuera auténtico, revisar que tenga fondos y verificar que quien lo presentara fuera su titular.

Antecedentes del derecho mercantil en Mexico: El uso del cheque comienza entre los orfebres o las personas que hoy en día podrían llamarse “casas de empeño”: Los orfebres u orífices depositaban sus metales preciosos en la Casa de la Moneda, con sede en la Torre de Londres. Sin embargo, en el año 1640, el rey Carlos Estuardo I confiscó la totalidad de los depósitos en beneficio de la Corona. Después de tan arbitrario proceder, los orfebres decidieron custodiar sus metales preciosos. Poco a poco esta práctica se fue haciendo costumbre, hasta llegar a alcanzar el papel de verdaderos banqueros. Contra los depósitos recibidos, los orfebres entregaban a sus clientes unos títulos denominados Goldsmith-Notes (posteriormente Banker ́s Notes) (Pina Vara, p.55). 

Los Banker’s Notes eran prácticamente verdaderos billetes de banco usados para pagos meramente locales y contenían ‘cláusulas al portador’ que les permitieron circular sin aprobación. Es por ello que Max Weber (citado en Villegas, 1998) considera que los orfebres desempeñaron un papel importantísimo en la historia del cheque, antes de la fundación del Banco de Inglaterra.

Sin embargo, las leyes parlamentarias de 1697, 1707 y 1709 otorgaron al Banco de Inglaterra el monopolio de la banca corporativa en Inglaterra y prohibieron a las asociaciones bancarias de más de seis miembros emitir Bank Notes. De 1760 a 1800, el número de bancos en Londres se duplicó, y los cheques ganaron mayor prominencia (Quinn & Roberds, 2008). Fue hasta la segunda mitad del siglo XVIII cuando la disposición de los fondos de la cuenta se realizó por medio de los cheques a través de libretas o talonarios que el depositante recibía del Banco.

Como se ha verificado en líneas anteriores, a pesar de tener origen netamente inglés, los primeros en expedir una ley reglamentando esta institución, fueron los franceses en 1865. Tal y como sostiene Rodríguez y Rodríguez (1980) el cheque se “introdujo y aclimató” específicamente en Francia. Posteriormente, apareció en la legislación belga de 1873 y la inglesa de 1882. Con estos avances, los legisladores continentales van recogiendo lentamente una institución enriquecida de características perfectamente delimitadas, reconociendo el carácter imprescindible del mismo para el funcionamiento de la Banca Moderna.

Como se ha aclarado en un inicio, el reto principal no estaba solo en la creación de un medio de cambio sino también en la salvaguardia de la seguridad para evitar el posible fraude. Esta preocupación se acrecentó entre los franceses, ya que se dieron cuenta de la gran cantidad de cheques impagados usados de forma maliciosa para cometer el delito de estafa. Por ello, se endurecen las leyes y se dictan disposiciones, Vásquez (1997) recoge algunas de las medidas de seguridad más rescatables, entre ellas la obligación impuesta a los bancos de dar cuenta al banco central de los cheques impagados, la retirada de los talonarios a los titulares de los mismos y la prohibición de emitir cheques en lo sucesivo. Además, se comenzó a pedir informes al Banco de Francia sobre los antecedentes de cumplimiento cambiario del futuro cliente, antes de la primera entrega del talonario.

En cuanto a la legislación inglesa, señala que el cheque como institución mercantil fue legislado en el Bill of Exchange Act en 1882 y Crossed Cheque Act en 1906, concibiéndose como una “letra de cambio librada” contra un banquero y pagadera a la vista. Es así que se puede deducir que el cheque es una modalidad de la letra de cambio (Vazquez, 1997).

Considerando todo lo expuesto, puedo concluir que, desde la fecha de su creación hasta la actualidad, el cheque ha ido en expansión debido al gran desarrollo económico y el constante incremento de los depósitos bancarios. A pesar de los avances tecnológicos y el desplazamiento que ha tenido por el uso de la tarjeta, el uso del cheque aún se ha mantenido. Incluso su uso resulta ventajoso puesto que con la sofisticación del control y protección jurídica que se la ha dado permite que, si en caso el cheque es impagado, el tenedor puede exigir el pago del mismo. Las dimensiones, medidas de seguridad y demás características han ido acrecentándose de tal manera que la responsabilidad recae principalmente sobre el Banco. Actualmente, esta institución puede verse como un medio anticuado e incluso obsoleto, sin embargo, fue de gran ayuda desde la edad media por esta razón es que se ha sabido mantener hasta el día de hoy.

Bibliografía

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