Células Madre Embrionarias, el Porvenir de la Humanidad
Las células madre son la materia prima del cuerpo, a partir de ellas se generan todas las demás células, cada una con funciones especializadas. Cuando se encuentran en condiciones adecuadas dentro del cuerpo o en un laboratorio, estas se dividen para formar más células llamadas células hijas. Las segundas se convierten en nuevas células madre autorrenovándose o se centran en una función más específica (células sanguíneas, cerebrales, óseas, etc.).
Ahora que ya comprendemos lo que son las células madre, nos enfocaremos en las embrionarias. Estas provienen de embriones que tienen de tres a cinco días de vida resultantes de una fecundación in vitro. En esta etapa, un embrión se llama blastocisto y tiene alrededor de 150 células. En un tubo de ensayo se pueden almacenar (los embriones) y si los partícipes de la fecundación in vitro lo deciden, pueden ser donadas o usadas en un plazo máximo de cinco años.
El dilema ético es que, al ser usadas en la investigación o experimentación, los embriones casi siempre terminan dañados y por eso en muchos países está totalmente prohibida su investigación. Frente a lo presentado, ¿qué deberíamos hacer? ¿matar posibles vidas para salvar otras o dejar sufriendo y moribundos a unos para respetar el derecho a la vida de posibles seres humanos?
Las células madre embrionarias son capaces de propagarse y reemplazar a las células dañadas en el cuerpo del ser humano; de esa manera cura enfermedades crónicas que, según el Instituto de Medición y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, a nivel mundial la mayoría de las muertes se atribuyen a la categoría de enfermedades no transmisibles (ENT) en 2016. Las enfermedades cardiovasculares ocupan 17.65 millones de personas (32%); el cáncer, 8.93 millones (16%); diabetes, 3.19 millones (5%); etc.
Este índice de mortalidad podría ser reducido si se aplicaran las CME (Células Madre Embrionarias), pues salvarían muchas vidas; pero se perderían posibles vidas y digo posibles porque son embriones, que, al ser implantados en el útero de la mujer, no es totalmente seguro que nazca él bebe.
Un caso en particular es el de una investigación en EE.UU. realizada por un grupo de líderes mundiales en medicina regenerativa. Esta acaba de demostrar que ya es posible obtener células madre embrionarias, diferenciales en el tipo celular deseado y trasplantarlas a un paciente humano. El líder Robert Lanza, director científico de Advanced Cell Technology, ha demostrado la seguridad del uso terapéutico de las CME, también ha logrado resultados positivos en el tratamiento de enfermedades oculares que suponen la primera causa de ceguera en los países desarrollados.
La terapia consiste en trasplantar las células madre en los ojos de pacientes que sufren la enfermedad de Stargardt, una degeneración macular hereditaria que comienza en la niñez. La empresa de biotecnología Advanced Cell Technology recibió autorización para llevar a cabo las pruebas iniciales con 12 pacientes, después de obtener resultados exitosos con ratones. Tal como dijo a la BBC el doctor Robert Lanza, director científico de la compañía, éste es el inicio de ‘una nueva era’ en la investigación con células madre. ‘Estamos utilizando células madre embrionarias para generar un tipo de célula llamado epitelio pigmentario retinal’, explicó el investigador.
Los pacientes con este trastorno a menudo experimentan visión borrosa, dificultad para ver en condiciones de luz baja y eventualmente pierden su capacidad de visión. El doctor Lanza afirmó: ‘Nuestro objetivo es usar las células madre embrionarias para crear nuevas poblaciones de estas células que posteriormente puedan ser trasplantadas al paciente y no solo evitar la progresión de la enfermedad sino también restaurar algo de la función visual’.
Según los expertos, las investigaciones que se están llevando a cabo con estas células podrían revolucionar la medicina por su potencial de reparar tejidos y órganos dañados sin la necesidad de llevar a cabo trasplantes de órganos completos. ‘Y después de una década de intensa controversia, finalmente estamos listos para probar que funciona y que puede ayudar a pacientes que sufren enfermedades terribles’.
En efecto, el tratamiento es polémico porque algunos afirman que el procedimiento involucra ‘la deliberada destrucción de seres humanos potenciales, incluso si sólo son embriones de tres días de gestados’. Pero el doctor Lanza afirmó que, en este caso, los embriones no fueron destruidos porque las células creadas fueron generadas a partir de una sola célula sin lesionar al embrión; esto lo probó primero con embriones de ratones de hasta 10 células, extrayendo únicamente una de ellas para su cultivo, lo que ha permitido que el embrión continúe desarrollándose con normalidad una vez que se implanta en el útero de una hembra. ‘Tenemos que entender que hay niños de seis años de edad que empiezan a perder la vista debido a enfermedades terribles como la de Stargardt’, expresó el científico.
Al incorporarse en los planes de gobierno de cada país el desarrollo de investigaciones profundas sobre las células madre embrionarias se lograrían grandes cosas, tal como lo ha hecho en Inglaterra el equipo Newcastle: su trabajo consiste en usar los óvulos obtenidos de tratamiento contra la esterilidad que no iban a ser utilizados. A estos se les inyectó células madre de embriones normales. De esa manera se logró obtener por clonación tres embriones, dos no se pudieron desarrollar; pero uno se logró multiplicar hasta alcanzar una centena de células después de una semana.
El proyecto de este equipo es crear células madre embrionarias capaces de producir insulina. En el futuro serían trasplantadas a pacientes diabéticos cuyos organismos sean incapaces de segregar esta hormona. La perspectiva es eliminar de esta manera la deficiencia del páncreas de estos enfermos y así evitar el tratamiento con inyecciones diarias de insulina. De esta forma se podría curar al cien por ciento esta enfermedad que en muchos casos puede ser mortal. Incluso se podría afirmar que, en un futuro, con más apoyo por parte del gobierno se lograría suplantar las células deficientes de distintos órganos con las embrionarias. Existen países que se han dado cuenta del gran potencial que tienen este tipo de investigaciones. Estos son el Reino Unido, Singapur, Corea del Sur, Brasil, Bélgica, España y actualmente se acaba de unir Suecia.
Otro aspecto a destacar es que las células madre embrionarias son un recurso prácticamente ilimitado. Obviamente estas células se deben usar de manera considerada. En 2009, Los National Institute of Health (Instituto Nacional de Salud) crearon pautas para la investigación con células madre humanas (también involucra a las embrionarias). Estas establecen que las creadas por fecundación in vitro solo se pueden utilizar cuando el embrión ya no sea necesario.
Por último, si no se permitiera o pudiera implantar estas células en el cuerpo humano se podrían usar para probar en medicamentos experimentales. Es decir, a las células se les aplica el medicamento específico al tipo de célula en que se haya convertido. De esa manera, en vez de probar en animales genéticamente similares al hombre como un simio o chimpancé, se probaría con estas células. Volveré con el primer punto: se pueden conseguir de forma ilimitada. Con esto me refiero a que se puede producir células madre embrionarias por fecundación in vitro de manera prácticamente ilimitada, debido a que su materia prima proviene del mismo humano.
En conclusión, las células madre embrionarias ofrecen la esperanza de producir nuevas terapias, sin embargo, su utilización ha sido muy discutida por distintas comunidades científicas y religiosas. Los diferentes países han elegido regular de diversas maneras la investigación con células madre embrionarias, pero sin dejar de incentivarla. La mención de estas células en el medio comunicativo es un tema que todavía divide la opinión. Pero lo que realmente no se puede cuestionar es la gran cantidad de beneficios que traerían para el ser humano, en un futuro en que sea totalmente garantizado el correcto funcionamiento de esta terapia regenerativa y no existan fronteras para su investigación. En los últimos estudios realizados, si bien no se ha podido garantizar el correcto funcionamiento en todos los casos, nos hemos dado cuenta que cada vez están más cerca de lograrlo y solo se facilitaría si más países apoyaran y permitieran su investigación. Si tenemos la capacidad de usar células que pueden cultivarse en una placa de Petri para prevenir que estos niños y adultos pierdan la vista, creo que como médico, sería muy irresponsable si no utilizara ese tratamiento’. Esa es la opinión del doctor Robert Lanza.