Comida Sin Gluten Y El Riesgo De Diabetes

En los últimos años se han popularizado las dietas que restringen el gluten y la lactosa. Sus defensores postulan que estos nutrientes son la causa de procesos inflamatorios y reacciones adversas. De este modo mantienen que lo más saludable es retirarlos de la alimentación. Sin embargo estas medidas pueden convertir a personas sanas en enfermas.

Actualmente no existen estudios concluyentes que relacionen la restricción de estos nutrientes con una disminución o prevención de las enfermedades complejas. Tampoco están claros los mecanismos fisiológicos por los cuales estas medidas podrían supuestamente reducir los procesos inflamatorios.

Generan intolerancias

El cuerpo posee encimas para sintetizar nutrientes. Sin embargo tiende al ahorro, es decir, si no nota con frecuencia la presencia de determinado nutriente deja de producir la encima que lo degrada para ahorra energía. De este modo si durante un periodo largo de tiempo se suspende la ingesta de gluten y lactosa se genera una imposibilidad de metabolización. Personas sanas se han convertido por lo tanto en intolerantes. Es uno de los grandes riesgos de las restricciones que mucha gente no conoce y que pone en peligro la salud.

La justificación para la retirada de estos nutrientes en la dieta son las posibles intolerancias que podrían generar ya de por sí. Para ello sus defensores se suelen apoyar en analíticas de intolerancias a alimentos que carecen de evidencia. De hecho la única intolerancia que se puede demostrar mediante una analítica sanguínea es la intolerancia al gluten. Para demostrar intolerancia a la lactosa se necesitaría una prueba de aliento.

Puede aumentar el riesgo de diabetes de tipo 2

Los alimentos ‘sin gluten’ compensan la falta de esta proteína con ácidos grasos y azúcares. Por lo tanto, esta variación de la composición nutricional puede traer consecuencias para el funcionamiento del organismo.

La más inmediata de todas ellas es la mayor ingestión de azúcares simples y la redución del consumo de fibra. Esto se relaciona directamente con enfermedades complejas como puede ser la diabetes de tipo 2. Además presenta relación con el desarrollo de la obesidad. Los estudios concluyen que la ingesta de alimentos con gluten disminuye el riesgo de padecer diabetes en un 13% con respecto a la gente que consume la variedad ‘sin gluten’.

Normalmente el gluten se abandona buscando también un efecto de pérdida de peso. Es cierto que abandonar el gluten supone reducir el consumo de procesados y comida rápida. Esto puede presentar un efecto beneficioso sobre la composición corporal a corto plazo. Sin embargo el aumento del consumo de alimentos sustitutivos sin gluten empeoraría notablemente la calidad de la alimentación.

Lo cierto es que no existen evidencias científicas a día de hoy que corroboren los beneficios de una alimentación sin gluten sobre la salud humana. Los estudios que relacionan el consumo de gluten con la diabetes están realizados en modelos animales y no son concluyentes.

¿Restringir o moderar?

A pesar de que existen alimentos que no son recomendables para el consumo habitual las restricciones no suelen causar un buen efecto en ninguna dieta. En primer lugar suponen un estrés psicológico que puede derivar en ansiedad. Por otra parte la restricción puede derivar en un déficit de algún nutriente que incluso puede ser esencial.

Por ello una idea bastante eficaz suele ser la de llevar a cabo una dieta flexible. Es positivo reducir el consumo de procesados, e ingerirlos en torno a las horas de actividad física llegado el caso. De este modo aprovecharemos el pico de azúcar para utilizar en la práctica deportiva.

Puestos a restringir lo único que merece ser eliminado de una dieta variada son los compuestos tóxicos como el alcohol. Que no sólo no producen ningún beneficio sobre el organismo sino que conllevan el empeoramiento del funcionamiento de este, tanto a corto como a largo plazo. Además hay evidencia de que el consumo de tóxicos aumenta el riesgo de padecer enfermedades complejas. Por otra parte son los grandes enemigos de la práctica deportiva, haciendo reducir considerablemente el rendimiento de aquel que los consume.

Conclusión

Comer sin gluten puede aumentar el riesgo de diabetes. Además puede generar intolerancia al propio nutriente debido al sistema de ahorro del organismo. Por ello lo mejor es seguir una dieta variada, en la que todos los nutrientes estén presentes. La variedad de alimentos disminuye el riesgo de déficits nutricionales y mejora la calidad de la alimentación.

17 August 2021
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