Control de las Emociones: Reflexión Personal

En nosotros como seres humanos habitan esos poderes adormecidos; poderes que nos asombran, que jamás soñamos que nos controlan, son fuerzas que revolucionan nuestra vida, si despiertan entran en acción.

¿Acaso son estas nuestras emociones?

Las emociones nos vienen a revolucionar todo ya que ante ellas reaccionamos ante las adversidades del mundo frecuentemente, no son un capricho tienen una gran intensión. Por ejemplo: el enojo podría sugerir la necesidad de acertar que la persona aprenda a estar a la defensiva del abuso.

Es demasiado importante mantener una relación estable o inteligente con nuestras emociones, ya que mediante ellas nosotros podemos enfrentar al entorno y nos resulta muy fundamental ya que las emociones son el puente que nos coloca el mundo interior para así desbordarnos en el exterior. Por lo tanto tener un manejo emocional es adecuado y esencial para manifestarnos ante otros.

Howard Gardner (1983) estableció: La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos en sí mismo y en otros, siendo hábil para gerenciarlos al trabajar con otros y es cuando se divide en dos; en la inteligencia personal; cuando la persona debe conocerse en cuanto a sus sentimientos y emociones, y la inteligencia interpersonal; es la forma en que nos anexamos a una sociedad o un grupo social.

Todos en algún momento, hemos experimentado, enojo, tristeza, miedo o cualquier otro estado emocional por lo tanto, las emociones tienen un carácter posesivo que en ocasiones pueden apoderarse de nosotros y toman control sobre nuestras actitudes y comportamientos. Hay veces que no podemos controlar lo que sentimos; la falta de control pueden convertirse en estados de ánimos o acciones que también pueden estar fuera de nuestro alcance podemos así sufrir, de lapsos de la ira incontrolable, miedo difícil de manejar, o tristeza que llega para quedarse, acumularse, y acompañarnos en nuestra vida diría en estos casos, las emociones se vuelven problemas e interfieren con nuestras actividades diarias.

No podemos decidir que sentir, en cambio lo que si podemos decidir es que hacer con lo que sentimos, que resulta importante o decisivo la relación que establecemos con nuestras emociones y el procedimiento que le damos.

La presencia que observamos transformar toda la inconsciencia , en nosotros , se activa la consciencia dormida , los pensamientos que pasan por nuestra cabeza , la gran mayoría son inútiles , nos llevan al pasado inexistente , o al futuro imaginario totalmente , la mente no observada se convierte en depresión , ansiedad , rabia , dolor etc. Que en otras palabras seria: “observar todo lo que sucede en nuestro interior” nuestro verdadero ser más allá de la mente, se surge por la falta de consciencia y esta va perdiendo poder poco a poco por la falta de control emocional.

Creer en una realidad universal: la realidad de que la felicidad no es común. Por eso cuando nos pasa algo maravilloso, nuestras emociones se desbordan y salen a relucir al exterior sin ningún límite, decimos: “¡no lo puedo creer!” la felicidad en nuestras emociones es importante ya que es muy difícil de lograr y quizás por eso es felicidad. Si lo que queremos es felicidad, lo podemos obtener, la tristeza es inevitable porque vivimos en un mundo de dualidades pero, gracias a ella, podemos distinguir nuestras emociones y los momentos felices. Sin embargo, “si” podemos escoger entre la tristeza y el sufrimiento, porque se siente que la tristeza es un dolor que está en el ser humano por el simple hecho de existir, y que el sufrimiento, la felicidad y el enojo es algo que nosotros decidimos tener.

¿Cuál es la emoción que más te cuesta aceptar?

Prestar atención a nuestras emociones y entender las historias que nos llevan a ellas, nos da la libertad de transformarlas. Cada emoción tiene un mensaje para nosotros, cuando permitimos aceptar la emoción, sentirla y entender el mensaje, estas pueden fluir a través de nuestro cuerpo y cumplir su función o misión. Por el contrario, si ignoramos esos mensajes y nos resistimos a nuestras emociones, nuestro cuerpo las guarda y las acumula.

¡Sí! Quedan guardaditas dentro de nosotros y actúan como bomba de tiempo, llega un momento en que explotan y se hacen sentir, bien sea a través de la ansiedad, la depresión o algún otro descontrol físico.

• El enojo: te hace saber que tus expectativas no han sido alcanzadas, y el enojo te incita a evaluar esas expectativas para entender que es lo que “si” está bajo tu control.
• La culpa: se siente cuando has ido en contra de tus valores o límites.
• La ansiedad: es a la que le urge que te hagas consciente del aquí y ahora y no estar preocupado por un futuro.
• Vergüenza: es la que sientes cuando piensas que no eres suficiente.
• La tristeza: se manifiesta para hacerle honor a todo eso que te importa.
• Felicidad: nos muestra ese aspecto de que nuestra vida en el que nuestras necesidades han sido cubiertas de lo que nos apasiona.
• Amargura: nos muestra donde guardamos juicios hacia nosotros u otras personas.
• Resentimiento: esta nos invita a dejar rencores acumulados, aceptar lo que está pasando en el presente y vivirlo tal cual es.

Creo que todo el descontrol emocional es permitido, pero también creo que si no hacemos ejercicio, o buscamos la luz del sol, si no dormimos lo suficiente, o consumimos material positivo, si no nos rodeamos de apoyo, entonces estaremos perdiendo la oportunidad de luchar en el control de nuestras emociones, y la realidad de ellas mismas y no estamos usando nuestra verdadera inteligencia emocional.