Cuento De Los Dientes De Caperucita Roja
Introducción
Los dientes de Caperucita es un cuento del escritor cubano André Caicedo que parte de la fábula infantil de Caperucita roja. La fábula está inspirada en una pequeña niña llamada Caperucita que representa la inocencia o debilidad y en el lobo que es un personaje voraz y hambriento con mucha fuerza que amenaza a Caperucita intentando devorarla, representando en varios sentidos la lujuria o maldad por intentar aprovecharse de una persona indefensa deseando su cuerpo. A diferencia de la fábula, en el cuento de Caicedo, no es el lobo quien intenta devorar, sino una mujer que por su primera impresión hace apariencia a Caperucita, pero es lo contrario a una mujer inocente o débil.
Desarrollo
Ella posee los dientes afilados con la intención de devorar. El lobo, que en este cuento se muestra como un hombre que se gustaba de aprovecharse de las jóvenes seduciéndolas en las fiestas, con el único objetivo de tener sexo con ellas termina siendo víctima de esta voraz mujer. Esta lectura nos adentra a temas de canibalismo y lucha de géneros. El texto de Caicedo aparentemente es un monólogo en primera persona mediante el cual Eduardo le explica su desesperada situación a su amigo Nicolás, quien actualmente era el exnovio de Jimena. Eduardo había sentido una enorme atracción por la novia de su amigo en el tiempo que ellos sostenían una relación.
Al grado de pensar en ella durante años, deseando que terminara con su mejor amigo, que era de copas y cigarrillos, para poder saciar sus ansias de esa mujer tan hermosa. Todo el cuento hace pensar que transcurre en ambientes nocturnos, de encuentros sexuales y alcoholismo. Esta era una conversación donde dejaba a la imaginación del lector las preguntas que le podría hacer Nicolás a Eduardo, ya que en ningún momento de la historia aparece la intervención de algún otro personaje que no sea Eduardo contando su testimonio. En el título “los dientes de Caperucita”, se hace creer en una estrecha relación con la fábula y al inicio del cuento con Jimena.
Quien es una joven de incalculable belleza, que parece caída del cielo, con una pinta de ángel, con la que todos sueñan estar y que protagoniza una obsesión sexual de Eduardo expresando “semejante hembrononón porquiallí no hay necesidad de discutir mompa ¡quiojos y qué tetas!, mientras que para Nicolás, que durante su noviazgo, fue una mujer amada a la cual valoraba con su virginidad clasificándola como una mujer muy “caliente”, pero con miedo. En la plática que tiene Eduardo y Nicolás, este le confiesa su verdadero objetivo “si quieres las cosas bien dichas lo único que yo quería con tu Jimenita era tenérsela bien adentro ¿ya? ¿Satisfecho? Era sexo, viejo.
Hasta este punto de la historia el que parece el lobo es Eduardo, que aunque no traiciona a su amigo mientras él mantiene una relación con Jimena, él, al encontrar la oportunidad de saciar sus impulsos y obsesiones se lanza directamente a entablar una conversación con Jimena. Esto hace referencia a las personas que pueden ver a la gente que les rodea como un simple objeto para saciar sus necesidades un tanto primitivas. Jimena poseía una belleza mortal en miradas y movimientos eróticos, donde escondía su voracidad para luego dar el mordisco, arrancando un pedazo de carne y lamer la sangre de sus labios.
Cuando Eduardo y Jimena se encuentran solos es aquí donde en la historia empieza a aparecer la sed de sangre. La actitud de Jimena con Eduardo empieza a revelar sus intenciones, dejando al lector, su propio juicio el catalogarla como una mujer vampiro, entrando al ambiente sobrenatural, o tomarla como una persona con desórdenes mentales que a través del masoquismo encuentra placer. El primer mordida hace que para el lector, la historia de un giro radical, ya que pasamos de una escena de erotismo a una escena sangrienta y de sufrimiento, pero Eduardo al sentir aún más la atracción física por Jimena lo deja pasar.
En la escena donde se encuentra en su casa, los dos, en un completo erotismo donde ambos se encuentran desnudos y le da un segundo mordisco en la nuca, haciéndolo sangrar de nuevo, pero al parecer en este momento de tanto erotismo que siente Eduardo no mide el grado de tal acto y continua, lo que le da el poder a Jimena de seguir con sus mordiscos hasta llegar a morderle el pene a Eduardo, arrancándole un pedazo de carne, donde a él solo le queda levantarse y cubrirse el sexo mientras ve a Jimena saboreando su sangre con un pedazo de carne entre sus dientes. Esto me dejo con una duda de si Jimena que ya consiguió su objetivo.
Conclusión
Le llegó a arrancar el miembro completo a Eduardo o solo una parte de este. Para finalizar el relato Eduardo le hace repetidamente las mismas preguntas a Nicolás, sobre si con él no había pasado algo parecido en el tiempo de noviazgo con Jimena, pero al no poder saber qué es lo que contestaba Nicolás deja solo a la imaginación de si es un relato de terror en que Nicolás mismo era el vampiro que hizo cambiar a Jimena o le inculcó los pensamientos de canibalismo. Al último de la historia con el comentario de Eduardo: “Entren mamitas entren para dónde quieren que las llevemos esta noche vente patrás Marujita que esta vez vas a pelear conmigo ja ja coge por los lados de Jamund’.