Cuentos De Terror Inspirados En El Hachador
Introducción
Si por la noche se escucha cabalgar algún lamento, en San Casimiró se pinta la sombra de tus recuerdos, si es que te encuentras penando en las montañas del tiempo, con gusto hachador perdido yo Te rezaré de tu credo. Un fin de semana me dispuse a viajar para visitar a mi abuelo en su finca, un viaje que había estado planeando para salir un poco del estrés de la ciudad y poder respirar aire fresco, desde pequeño me gustaba mucho el lugar, paseos a caballo por las montañas y las historias que me contaba para asustarme, luego de varias horas por fin llegué a la finca, con alegría me recibió, comimos y compartimos bellos recuerdos.
Al transcurrir la noche le dije a mi abuelo que quería recorrer nuevamente las montañas y con voz regia me dijo que no. Hijo los trabajadores me han comentado que han visto al ‘hachador’ ¿recuerda la historia que te contaba? Con una sonrisa en el rostro lo miré y le dije con un tono sarcástico, -viejo, yo ya no soy un niño, son cuentos infantiles. Pero al ver su reacción no le comente nada más. Al día siguiente les dije a los trabajadores que tomaría un caballo y daría un paseo por los alrededores; mientras paseaba recordaba cuan feliz era estando aquí, llegue hasta una laguna que da camino hacia las montañas y sin pensarlo me dirijo a ella, poco a poco me adentraba en la espesura del bosque.
El caballo estaba inquieto, nervioso ¿como si algo lo asustaba? De pronto comenzó un ruido lejano, como golpes en la madera. Trate de escuchar detenidamente y cada vez se escuchaban más fuerte, me baje del caballo por temor de ser tumbado, de inmediato emprendió la galopada y los golpes más fuertes se hacían, pensaba que era algún trabajador que me jugaba una broma. Dentro de la espesura una figura alta se mostraba, pero no podía distinguirla por la distancia y le grité. Hey ya te vi ¿te envió mi abuelo para asustarme? La figura no se movía, giré mi rostro a para ver si había alguien más y al voltear ya no estaba, asustado camine de vuelta a la finca, pero los golpes eran tan cercanos que me aterraba poder imaginar las historias de este lúgubre personaje.
Conclusión
Descrito como un hombre alto, con forma cadavérica y ojos como las llamas del infierno. Constantemente miraba atrás y de pronto estaba frente a mí, inerte me quede por la presencia de espantosa criatura, con hacha en mano me miró y la levanto, sabía que no eran cuentos infantiles y antes de acertar su hacha recordé lo que mi abuelo decía ‘si te encuentras con el hachador rézale su credo’ de inmediato le dije su credo, la figura infernal desapareció, el terror me invadía de tal forma que no podía moverme a los pocos minutos llegaron los trabajadores y mi abuelo. Encontrándome con la mirada perdida y desde ese momento no he podido dejar de escuchar ese ruido en la oscuridad.