Cultura de La Empresa y Desarrollo del Proceso de Cambio Cultural

Para llevar a cabo el proceso de cambio cultural en la empresa, primero, se debe tener en cuenta el nivel cultural. Se pueden observar varios tipos de niveles:

  • Nivel donde prevalecen los factores externos. Este nivel se refiere a las variables que no se encuentran dentro de la propia empresa pero que repercute directamente en ella. Se debe observar, por lo tanto, la cultura estatal y regional, así como la del sector en el que actúa la empresa. También se considera como factor externo a la cultura profesional de los trabajadores y competencia existente entre las empresas. Los altos dirigentes no pueden actuar completamente sobres estos factores, ya que, el resultado no depende de ellos.
  • Nivel donde prevalecen los factores internos. Estos factores sí pueden ser alterados por la dirección de la empresa ya que abarca desde las actuaciones de la alta dirección, decisiones estratégicas, organización estructural hasta la dirección de recursos humanos. Dichos aspectos ayudan a conformar la cultura de la empresa, y si se decide realizar un cambio cultural, estos factores son los primeros que se tienen que analizar.

Según la etapa de crecimiento en la que se encuentre la empresa, los procesos de cambio pueden ser de una manera u otra ya que las funciones de la cultura son distintas para cada etapa.

Las empresas que se encuentran en la etapa de nacimiento o crecimiento en las que el fundador aún forma parte de ella se suelen constituir como empresas con una cultura marcada e identificativas con el fundador, dicha cultura se establece como factor de unión en la empresa. Sin embargo, cuando el fundador no se encuentra en la empresa y la dirección se desarrolla de forma sucesiva, la cultura puede ser dirigida de forma conservadora o liberal según la actitud del sucesor. Puede generar una situación de confrontamientos en la empresa ya que algunos miembros pueden preferir guiar la empresa hacia una cultura más cambiante, mientras que otros prefieren conservarla. Por lo tanto, los procesos de cambio de empresas que se encuentran en esta etapa pueden ser la de evolución natural, evolución autodirigida, evolución controlada o establecer una pequeña revolución controlada, que sería la forma más radical de conformar el cambio cultural.

Las empresas que están en la fase de adolescencia son aquellas que comienzan a expandirse, adquieren o se fusionan con otras empresas. La cultura de este tipo de empresas se suele caracterizar por la aparición de subculturas, por la dificultad de mantener la identidad cultural. Los procesos de cambio para estas empresas se basan en establecer un cambio programado y estudiado, aumentar la capacidad tecnológica de la empresa o incrementar el valor empresarial mediante la innovación a la hora de coordinar las distintas estrategias de la empresa.

Por último, las empresas que se encuentran en la etapa de madurez son aquellas que comienzan a encontrarse en una situación de declive y la motivación para el cambio brilla por su ausencia. La cultura de este tipo de empresas necesita ser renovada para proseguir con la actividad empresarial. Estas empresas continúan con la cultura que le llevo al éxito, pero obviamente, con el tiempo necesitan cambiar esta tendencia. Aunque si es cierto que es necesario mantener la esencia de la cultura preestablecida. El cambio que se realice puede ser programado o evolutivo.

Se debe tener en cuenta que dentro de esta etapa también existen empresas que están al borde de la desaparición, en bancarrota o a punto de ser absorbidas o fusionadas, para dichas empresas la cultura deberá cambiar drásticamente desde la base. Este cambio se debe realizar reemplazando a las personas principales y contratar a otras que lleven consigo nuevas tendencias culturales que puedan ser establecidas dentro de la empresa. Por lo tanto, los procesos de cambio de este tipo de empresas se basan en una renovación, reorganización o renacimiento de la cultura empresarial.

Un aspecto fundamental en la cultura de la empresa es la función de sus líderes ya que puede favorecer a desarrollar una buena cultura si actúa debidamente en ella. Además, el papel de líder puede ayudar a establecer una identidad corporativa, esto significa que los trabajadores vean a la empresa de la misma forma que el líder y se unan para conseguir los objetivos comunes. El papel del líder también puede servir para crear un vínculo interno en la empresa entre los empleados, con lo cual, esto hace que los trabajadores se sientan parte de la organización y ayude a establecer un ambiente positivo. En el ambiente de la empresa, también es importante el líder ya que según el trato que reciban los empleados, la empresa puede tener mejor o peor ambiente.

Sin embargo, si el líder no afronta debidamente su posición en la empresa puede repercutir negativamente en la cultura de la empresa. Existen casos en el que el líder se cree superior y trata indebidamente a los empleados ya que no reconoce los méritos y únicamente señala los aspectos negativos, esto desencadena en un ambiente perjudicial para la empresa.

El líder debe cerciorarse de que las relaciones que se lleven a cabo en la empresa sean buenas debido a que es uno de los aspectos más determinantes a la hora de reconocer a un buen líder. Además, otras de las funciones de las que se tiene encargar el líder es la de determinar estrategias, procedimientos y estructura que se van a realizar en la organización. El líder se debe encargar también de que los nuevos empleados que lleguen a la empresa reciban formación y se sientan integrados y en sintonía con el grupo de trabajo, aunque también estos nuevos trabajadores pueden aportar nuevas formas de trabajar adquiridas en sus experiencias en otras empresas y puede ser un aspecto positivo dentro de la empresa, es decir, el líder no debe pensar que su forma de trabajar es la única y debe abrirse a nuevos funcionamientos para poder avanzar como organización.

Es importante que el líder sepa dirigir la cultura en las diferentes etapas de la vida de la empresa. En la primera etapa de nacimiento, el líder debe reconocer las características de la empresa para poder desarrollar una idea fija en torno a ella, a los trabajadores se les tiene que plasmar dicha idea y convencer para que todos la sigan mediante una comunicación y una transmisión de mensajes clara e incisiva.

Cuando la empresa se encuentra en una etapa de adolescencia, el líder se debe percatar en que corriente se encuentra dicha empresa, ya que, la cultura se podrá haber formado íntegramente para cada departamento y grupo, o, haberse formado mediante una disparidad en cada sección de la empresa. Sin embargo, el líder tiene que tomar la decisión de cambiar la cultura teniendo en cuenta en qué lugar se sitúa la empresa y en función a la corriente que desee para el futuro de la organización.

Por último, si la empresa se encuentra en la etapa de madurez, el liderazgo se suele distinguir en dos comportamientos:

  • Heroico: Este tipo de líder mantiene una visión intacta de la organización y se basa en solucionar los problemas surgidos en esta etapa de forma individualizada, lo que supone que superar estas dificultades, en la mayor parte de los casos, le sea imposible. Además, el trato a sus empleados tiende a ser desagradable y no escucha posibles soluciones ajenas.
  • Rechazable: En este caso el líder si establece comunicación con los demás miembros para encontrar una solución al problema surgido dentro de la empresa, sin embargo, el líder rechaza dichas propuestas y no consigue solventar el inconveniente. El rechazo se suele producir porque el líder no tiene en demasiada consideración a sus empleados para llevar a cabo la función de solucionar las dificultades que se manifiestan en esta etapa.

Por lo tanto, en estas situaciones, el líder deberá actuar teniendo en cuenta la capacidad de adaptación a la realidad ambiental que posean los individuos. Si la empresa tiene una razonable adaptación, el líder se debe encargar de promover aquellos componentes positivos que resultan prácticos en la organización. Por el contrario, si la empresa no posee la capacidad para adaptarse, el líder debe establecer el cambio cultural de una forma tajante para que la empresa pueda seguir con su actividad y no desaparezca. Este cambio cultural se puede realizar a través de imponer una nueva visión de empresa a los miembros que ya se encontraban dentro de la empresa o también el líder puede optar por renovar parte de la plantilla de la empresa y establecer los cambios culturales de la empresa en los nuevos miembros ya que estos no conocen la anterior cultura y pueden trabajar sin prejuicios y así ayudar a los demás a cambiar el rumbo de la empresa y su forma de verla.

Las empresas que han conseguido un alto rendimiento y buenos resultados económicos les es muy complicado afrontar y realizar un cambio cultural en sus respectivas organizaciones y esto principalmente es debido a que los ideales y el modelo seguido desde el principio de la vida empresarial es muy difícil de reemplazar ya que con este sistema ha conseguido obtener resultados beneficiosos. Esto para muchas empresas resulta ser un impedimento a la hora de realizar el proceso de cambio de cultura en la empresa y puede suponer una elección errónea para la organización ya que puede suponer la no adaptación a la cultura donde prevalecen los factores externos. Aunque si que existen empresas que este cambio si son capaces de realizarlos a la perfección ya que asumen desde un principio que tendrán que esforzarse a ejecutar un proceso de cambio cultural interno cuando los factores externos así lo demanden. Y pese haber obtenido grandes beneficios, estas empresas se arriesgan a efectuar dicho cambio y gracias a haber estudiado y analizado la cultura externa en la que se encuentra, saben rehacerse y mantener su alto rendimiento y su rentabilidad.

Así pues, la clave para las empresas es conseguir una sintonía entre las relaciones internas y externas, esto conlleva conocer a la perfección la cultura que existe dentro de la organización, pero también observar cada aspecto que se desarrolle en el exterior y que tenga que ver con la actividad diaria y principal que efectúe la empresa. Conociendo estos dos aspectos la empresa está preparada para comenzar a preparar el posible cambio cultural.

Como conclusión, para desarrollar un proceso de cambio cultural se debe tomar en consideración la fase del ciclo de vida en la que se encuentra la empresa, dentro de esto se debe estimar en qué situación está ya que dentro de una fase pueden existir diversas posiciones. Después se debe establecer cuáles son los procesos de cambio que se van a seguir puesto que para cada situación se establece un proceso considerado como el más correcto.

También es importante el papel del líder en la empresa ya que dependiendo del papel del líder se optará por actuar de una forma u otra. Además, conocemos que para cada etapa hay una conducta que deberá ser procesada por el líder. Finalmente, el líder debe conocer cuál es el grado de adaptación de los miembros que coexisten dentro de la organización para conformar el cambio cultural de la empresa.

07 July 2022
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