Daniel Goleman, Gran Exponente De La Inteligencia Emocional

Introducción

En este breve escrito se planteará sobre la importancia de la inteligencia emocional en la educación, así como poder aprender las ventajas de sus exponentes y de la historia para aplicarla en la práctica docente y en lo personal.

Siendo la inteligencia emocional parte muy importante en la vida familiar, educativa y social de cualquier persona, y está siempre presente en cualquier situación y circunstancias de la vida de cualquiera.

Hay que considerar los diferentes exponentes de este tema y para esta frase, y siendo que es uno conocimiento relativamente nuevo, al cual no por esto debemos subestimar, en este escrito se mostrará una introducción y una explicación más amplia para así poder aprovechar la inteligencia emocional.

Pero ¿qué es la inteligencia emocional?

Al hablar de la inteligencia y las emociones no pensamos que están ligadas, debemos de cuestionarnos, ¿qué son las emociones?, ¿están ligados la inteligencia y las emociones?, ¿qué es la inteligencia emocional?; pero las emociones y la inteligencia se encuentran más estrechamente ligadas de lo que a veces pensamos, comenzaré definiendo ¿qué es la inteligencia emocional?, Goleman (2007) nos dice que la inteligencia emocional “se refiere a la habilidad para percibir, entender, razonar y manejar las emociones de uno mismo y de los demás”, así también debe involucrar la capacidad de ser consciente de las emociones y de como éstas afectan e interactúan con las denominadas inteligencias tradicionales.

¿Quién es Daniel Goleman?

Ahora hablaremos de uno de los grandes exponentes de esta área, como es Daniel Goleman, quien fue uno de los precursores más importantes de la psicología, él fue un psicólogo estadounidense, el cual publicó dos libros sobre “inteligencia emocional”, según Goleman, lo que no se conoce tradicionalmente como inteligencia no garantiza el éxito ni la felicidad en la vida; tampoco determina la inteligencia emocional.

Este tipo de inteligencia se relaciona con ciertas habilidades y actitudes que determinan como reaccionara la persona ante sus propios sentimientos y ante los sentimientos de los demás; esto se reflejara en la forma en que se maneje las relaciones con otros, esto no es algo que sólo nos involucre y que no sufra influencia por otras personas, si no que también el ambiente en el cual se desenvuelve cada uno, será como podremos manejar ciertas situaciones emocionales y como enfrentar y resolver ciertos problemas, los cuales se nos sean planteados, a lo largo de nuestra vida o profesión así como en nuestro día a día; y esto tampoco se trata de una formula la cual si se sigue se conseguirá el éxito, si no que dependerá de cada persona o profesional, así como de diversos factores los cuales influirán en este aspecto.

Lo que dicen otros exponentes

Según la intervención realizada a nivel mundial por The Consertium for Research on Emotional intelifenice in Organizarions, arrojó un resultado sorprendente y vinculado a nuestro cociente de éxito: el mismo se debe un 23% a nuestras capacidades intelectuales, y un 77% a nuestras actitudes emocionales.

Lo que nos indica que como hace poco tiempo no se conocía este tipo de inteligencia, ya que es relativamente nuevo este tipo de conocimientos, ya que la primera vez que fue empleado este término de “inteligencia emocional” fue en 1985 por Wayne Leon Payne, un estudiante graduado de la Universidad de artes alternativas liberales en los Estados Unidos, el cual incluye este término al nombrar su tesis realizada para su diplomado.

Más tarde fuera nombrada por los profesores John Mayer y Peter Salovey, quienes publican dos artículos sobre este tipo de inteligencia, ellos trataron de encontrar una prueba para poder medir científicamente las diferencias entre las habilidades en el área emocional de las personas, identificar los sentimientos, así como resolver problemas los cuales involucran temas emocionales, esto dos profesores uno Harvard y el otro Yale, desarrollan dos test los cuales tratan de medir la inteligencia emocional.

Dado este caso el gran impacto en la educación de todos los niveles, el estado emocional con el que se para el docente como impacta en el aprendizaje de los alumnos, así como cuando el maestro reconoce en los alumnos sus emociones y se pone empático ante ellos.

Algunos de los exponentes, los cuales han contribuido con la definición de la inteligencia emocional, citaré a continuación algunos de ellos, Howard Gardner (1983), nos dice “Desarrolló el modelo de inteligencias múltiples, como abanico de capacidades intelectuales, reconociendo que existen otros tipos de inteligencia aparte de la cognitiva”.

Salovey y Mayer (1990), consideran a la inteligencia emocional como a un subconjunto de la inteligencia social, que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y las emociones propias, así como la de los demás, de discriminar entre ellos y utilizar esta información, para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones.

Y en realidad son de gran importancia para los docentes estos test de inteligencias múltiples, porque nos ayudan conocer mejor a nuestros alumnos, ubicar sus diversas formas de aprender y de hacer de sus aprendizajes algo funcional y más significativos en sus procesos de aprendizaje y de ponerlos en practica en su día a día, y así hacer de nuestras planeaciones más ricas en diversas actividades de gran funcionalidad para todos.

Según Martín Neaud y Engelhart (1996), definen la inteligencia emocional, como la capacidad para leer nuestros sentimientos, controlar nuestros impulsos, razonar, permanecer tranquilo y optimistas cuando nos vemos confrontados a ciertas pruebas, y mantenernos a la escucha del otro con gran empatía y respeto sobre todo.

Para Goleman (1996), la inteligencia emocional es la capacidad de controlar nuestras emociones, de saber utilizar un sentimiento adecuado a cada problema que nos plantea la experiencia. Esto incluye el autodominio, la persistencia y la capacidad de motivarse a uno mismo. Ser efectivamente inteligente no supone, poner un horario a nuestras pasiones. Pero si podemos aprender a reaccionar adecuadamente, cuando una emoción nos asalta. Es decir hacer más inteligente nuestra vida emocional.

Según Shapiro (1997), inteligencia emocional, son las cualidades emocionales que parecen tener importancia para el éxito, estas pueden incluir: empatía, la expresión y la comprensión de sentimientos; el control de nuestro genio; la independencia; la capacidad de adaptación; la simpatía; la capacidad para resolver problemas en forma interpersonal; la persistencia; la cordialidad; la amabilidad y el respeto.

Myrian Villalobos (2001), define la inteligencia emocional, como una forma de interactuar con el mundo, que tiene en cuenta sentimientos y habilidades como, la autoconciencia, la motivación, el control de los impulsos, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental, etc.

Son elementos indispensables para una buena adaptación social.

Lo cual veo que lo vamos aprendiendo con los buenos ejemplos que damos los padres de familia, así como los maestros en la convivencia diaria ante nuestros hijos y alumnos.

¿Cómo utilizarlos en los estudios?

Dicho término fue definido por Mayer y Salovey 1990, como “una parte de la inteligencia social que incluye la capacidad de controlar nuestras emociones y las de los demás, discriminar entre ellas y usar dicha información para guiar nuestro pensamiento y nuestro comportamiento” (Salovey y Mayer, 1990).

Dentro de este modelo la definición más general, breve y aceptada define la inteligenica emocional como “la capacidad para reconocer, comprender y regular nuestras emociones y las de los demás”. Esta implica tres procesos: percibir, reconocer de forma consciene nuetras emociones e identificar qué sentimos dentro de nuestro pensamiento y saber considerar la complejidad de los cambios emocionales; y así regular, dirigir y manejar las emociones tanto positivas como negativas de forma eficaz (Berrocal & Ramos, 2002).

En nuestras escuelas estamos luchando por hacer que nuestros alumnos tengan un gran autocontrol de sus emociones las reconozcan, la entiendan y sepan como actuar acetiviamente dependiendo de la emoción que vayan sintiendo así como ser empáticos y respetuosos con las diversas emociones de sus compañeros.Si profundizamos en los aspectos a los que se refieren éstas y las posteriores investigaciones sobre este tipo de inteligencias del procesamiento de las emociones, apreciaremos las múltiples conexiones que la enlazan con las competencias propuestas en los estudios preliminares del nuevo espacio europeos en la educación. Entre las competencias básicas, se contemplan cognitivas, motivaciones y valores.

Las competencias de intervención están formadas por las cognitivas y las sociales, entre la que se encuentran las habilidades interpersonales, incluidas también en sujetos con inteligencia emocional.

Howard Gardner (1984) hace referencia, dentro de su “Teoría de las inteligencias múltiples”, a la inteligencia interpersonal, así también como a la inteligencia interpersonal.

El liderazgo es otro de los aspectos que se incluyen dentro de las competencias sociales. Este aspecto implica habilidades socioemocionales, que, en parte, tratan de reducir hostilidades entre miembros de un equipo, saber dirigir a ciertas personas por un determinado camino, para ello cabe dedicar atención y respuestas a los sentimientos de los miembros de un grupo, y saber incidir de forma correcta en ellos. Aunque se piensa que los buenos líderes “nacen, no se hacen”, muchas de las capacidades relacionadas con el liderazgo pueden aprenderse, ejercitándolas. Algunos medios concretos que facilitas este aprendizaje serían: el trabajo en equipo, el fomento de la participación en la vida escolar mediante los diversos tipos de representación en el trabajo autónomo, o la inteligencia emocional, (Pío, 2004).

Este tipo de inteligencia nos sirve conocerla para así poder aprovecharla y ponerla en práctica, y con esto potencializar nuestros aprendizajes y lograr una educación optima para nuestra vida diaria, y no sólo emplearla en el área de estudio únicamente si no saber aprovecharla al máximo en cualquier aspecto de la vida.

Así también deberemos tomar en cuenta los siguientes puntos los cuales nos ayudarán a maximizar nuestros conocimientos en el área de la inteligencia emocional y así podremos saber como ponerlos en práctica en nuestra vida como profesional y estudiantil, así como emplearlos en cualquier área de nuestras vidas y en cualquier etapa ya que nos sirve tanto en lo estudiantil como en lo laboral y en la puesta en práctica en un mundo constantemente cambiante, en el cual debemos saber resolver problemas tan simples como complejos. Los puntos los cuales se presentarán a continuación nos ofrecen bases para así poder concebir un mejor aprovechamiento de nuestra inteligencia emocional, así mismo las habilidades que podremos desarrollar y fortalecer, poniéndolas en práctica estos son los siguientes:

  1. Autoconciencia: es la capacidad de un individuo de conocer el manejo y control que tiene de sus propias emociones, habilidades y fortalezas. Pero también se refiere al conocimiento de qué habilidades y capacidades reconocen los otros en él. Un alumno o cualquier persona que conoce qué manejo tiene de sus emociones, obtendrá controlar sus de sus desbordes emocionales, impedirlos o utilizarlos en provecho propio.
  2. Autor-regulación: llamamos autorregulación a la capacidad de una persona de aprender, en base a la meditación de las experiencias vividas, el mejor manejo de los impulsos emocionales. Autorregular es repasar lo que pasó, analizar sobre mis acciones y los resultados que obtuve, y elaborar una réplica distinta para la futura vez. Las estudiantes y cualquier persona que no autorregulan es probable que cometan dos veces el mismo error emocional.
  3. Automotivación: es la capacidad de encontrar una motivación interna independientemente de la circunstancia o de los factores externos. Sin esa “fe” en uno mismo, resulta difícil poder convencer a otros de que uno obtendrá lograrlo. La auto motivación es una actitud ante la vida y no pueden enseñarse en la madurez si no es a través de una enormemente efectiva terapia.
  4. Empatía: ser empático implica entender al otro, poder tener o al menos imaginarse lo que siente el otro. En términos de inteligencia emocional, es la capacidad de reconocer y prever el impacto de mis acciones sobre la inteligencia emocional del otro y fundamentalmente, es la valorización de ese impacto. Habilidades sociales: todos poseemos habilidades sociales, pero una persona contará una ventaja competitiva si es capaz de relacionarse efectivamente con los otros para lograr inducirlos a la acción o pensamiento requerido.

Las reacciones de los otros ante nuestras propias acciones se aprenden desde la familia y se “practican” o colocan a prueba durante toda nuestra infancia. Mejorar las habilidades sociales requiere observación y práctica, pero por, sobre todo, lo que más sirve es aprender de quienes las manejan a la perfección.

Conclusión

Como pudimos ver a lo largo de todo este breve escrito la inteligencia emocional es un punto muy importante, y al cual no hay que perder la importancia que se debe ya que es una de las inteligencias con más peso en nuestro crecimiento para educarnos y en especial llevarla a cabo con gran éxito a la práctica en nuestro quehacer docente.

29 May 2021
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