Desnutrición En Niños, Efectos En El Aprendizaje
Introducción
La desnutrición en infantes es la consecuencia del consumo insuficiente de alimentos (en cantidad y calidad), la falta de una atención adecuada y la aparición de enfermedades infecciosas. En la actualidad a pesar de los grandes avances y desarrollos que ha tenido el planeta, la desnutrición infantil es una problemática que no se ha logrado resolver.
El Derecho a la Alimentación debe ser parte de los derechos mínimos que toda sociedad debe garantizar para poder avanzar hacia una distribución más equitativa de oportunidades y un orden de ciudadanía plena para todos. Es el derecho a la vida el primero que debe garantizarse, y es el daño más crónico niños el que requiere una intervención más temprana. Focalizando las intervenciones en menores de 3 años, mujeres embarazadas y lactantes, así como en sus familias.
Al menos 1 de cada 5 niños menores de cinco años tiene baja de talla para la edad es decir desnutrición crónica. El 12% de los niños tiene desnutrición global, es decir bajo peso para la edad. El 16% nacen con bajo peso. Seis de cada 10 embarazadas y 7 de cada 10 menores de 1 año sufren de anemia por deficiencia de hierro. Estas cifras casi se duplican en poblaciones rurales e indígenas, por ejemplo en Chimborazo, con alta población indígena, la desnutrición alcanza un 44% mientras el promedio nacional es de 19%.
Estos son algunos indicadores que muestran la gravedad del problema y la urgencia de incrementar esfuerzos para combatirlo. (UNICEF Ecuador)En este ensayo se demostrará los problemas en el aprendizaje que sufre un niño con desnutrición, esto lo comprobaré con estudios realizados. Un niño que sufre desnutrición ve afectada su supervivencia, el buen funcionamiento y desarrollo de su cuerpo y de sus capacidades cognitivas e intelectuales.
Desarrollo
La desnutrición (DNT) en los primeros años de vida puede llevar a déficit permanente en el crecimiento, el desarrollo psicomotor y la capacidad de aprendizaje del niño. Los efectos de la DNT parecen tener consecuencias más importantes de lo que se creía hace unos años y esto afecta terriblemente el potencial de desarrollo humano de millones de niños en los países del tercer mundo.
La buena nutrición tiene un efecto esencial en los primeros mil días de vida del niño o niña, y para cuando llega a la edad escolar, alrededor del 80% de su cerebro ya se ha desarrollado. El aprendizaje está relacionado con la desnutrición y esto podemos afirmar con diversos estudios que nos dicen que: La malnutrición en los primeros meses de vida tiene graves consecuencias sobre el potencial intelectual y la conducta de los modelos animales objeto de estudio.
En el caso del hombre las implicaciones de la alimentación inadecuada están menos claras, pero existen datos suficientes como para confirmar que la nutrición pobre retrasa el crecimiento y el desarrollo. Los efectos de la malnutrición en las primeras etapas de la vida son más graves si aquella coincide con los periodos críticos de crecimiento. La malnutrición se evidencia en varios niveles y en los casos más graves, provoca trastornos nerviosos.
En casos menos serios, un estado de nutrición deficiente provoca la menor respuesta al estímulo ambiental, lo cual interfiere en el aprendizaje. Lamentablemente, aún más de 7 millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición crónica en América Latina, de acuerdo al Banco Mundial. En la región y en el mundo, la desnutrición infantil tiene una serie de consecuencias negativas como una tasa mayor de mortalidad, bajo desempeño durante la etapa de aprendizaje de las habilidades cognitivas, sociales y emocionales, bajo desempeño escolar y limitada productividad laboral en la edad adulta.
Este proceso colabora con la transmisión intergeneracional de la pobreza y la desigualdad en las familias de escasos recursos. (El futuro de los niños que están mal alimentados, 2015). Según María Victorina Aguilar Vilas, directora del departamento de Nutrición, Bromatología y Toxicología de la Universidad de Alcalá de Henares de Madrid: Un cerebro cansado o con falta de nutrientes, les puede llevar a no realizar un examen con toda la concentración que le es necesaria.
El cerebro es un órgano muy sensible que controla las emociones, el pensamiento, la percepción, los estados de ánimo, y la conducta. Depende completamente de los nutrientes y energía que le suministra la sangre. El cerebro tiene una barrera protectora que transporta selectivamente nutrientes y sustancias que son adecuadas para su funcionamiento. Si los nutrientes son inadecuados, ocasiona desequilibrios neuroquímicos, que provocan alteraciones en el pensamiento, percepción, emociones, o conductas.
Un exceso de carne o proteínas, puede conllevar un carácter más agresivo en nuestros hijos (y en nosotros) Sandra Navó (Coach de salud) Otros estudios apuntan que, aquellos niños que no desayunan o cuyo desayuno es muy ligero tienen un 68% más de riesgo de padecer síndrome metabólico en edad adulta. Algunos pediatras afirman que la hiperactividad o falta de atención puede ser causa de exceso de dulce o del abuso de comidas “rápidas”. Otros profesionales de la nutrición, incluso, empiezan a afirmar que el Azúcar es una droga legal.
Esta desnutrición en niños la podemos combatir de las siguientes maneras: Acceso a atención sanitaria Cuando la atención sanitaria es escasa y los niños no reciben la atención que necesitan para su edad, es muy difícil detectar posibles casos de desnutrición. Las revisiones rutinarias de peso y estatura son una de las herramientas principales para diagnosticar si un niño está desnutrido. Por lo tanto, si se amplía la atención sanitaria, se puede reducir la incidencia de esta lacra.
Formación de madres y padres En los países con altos niveles de desnutrición, los alimentos son escasos. Sin embargo, está comprobado que enseñar a los padres qué alimentos de los que tienen a su alcance son más beneficiosos para sus hijos ayuda a combatir la desnutrición. Alimento terapéutico Se trata de una pasta de concentrado de cacahuete que contiene los nutrientes necesarios para la recuperación de los niños que sufren desnutrición aguda grave. Su uso se ha extendido en los últimos años, impulsado por la posibilidad de utilizarlo en casa. Se calcula que 3 de cada 4 niños con desnutrición aguda grave pueden recuperarse en sus hogares con este preparado.
Lactancia materna La leche que producen las madres es una de las formas más efectivas de acabar con la desnutrición. Cuando un bebé no recibe los beneficios de la lactancia materna, la probabilidad de que muera se multiplica por 14. Acceso a agua y saneamiento Consumir agua en buen estado y tener acceso a un saneamiento adecuado ayuda a prevenir las enfermedades infecciosas, una de las principales causas de desnutrición infantil. Por este motivo, un grifo y un retrete juegan un papel fundamental en la lucha contra la desnutrición.
Conclusión
En conclusión podemos observar con los estudios presentados que la desnutrición afecta a los niños en su desarrollo locomotor principalmente en sus primeros 5 años de vida porque es ahí donde se da el 85% del desarrollo de su cerebro y darnos cuenta de lo importante que es una buena alimentación porque esta interviene en el desarrollo no solo en el crecimiento de la altura sino también en el aprendizaje.
En el mundo se producen alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de todos los hombres, mujeres y niños que lo habitan. Por lo tanto, el hambre y la desnutrición no son consecuencias solo de la falta de alimentos, sino también de la pobreza, la desigualdad y los errores en el orden de las prioridades. Dr. Abel Albino. Presidente y Fundador de CONIN.
Bibliografía
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