Diferencias Entre El Autoconcepto Y La Autoestima En Niños
Los niños, a lo largo de los años, deben aprender a formar una imagen positiva de sí mismos y a valorarse como personas. Es decir, tienen que desarrollar un buen autoconcepto y una buena autoestima. Estos dos términos están estrechamente relacionados, pero no significan lo mismo. A continuación, te explicamos las diferencias entre el autoconcepto y la autoestima en niños.
El hecho de cultivar desde pequeños el amor propio, es muy importante para crecer sano y feliz. Por ello, las familias deben encargarse de ofrecer a sus hijos una educación basada en el afecto y la confianza mutua. Lo cual es fundamental para alcanzar bienestar emocional.
‘Una persona no puede estar cómoda sin su propia aprobación.’ – Mark Twain
Desarrollo
Diferencias entre el autoconcepto y la autoestima en niños
El conocimiento de uno mismo hace referencia a la reflexión que se hace sobre las propias capacidades y características personales. Es la forma de saber cuáles son las fortalezas y los límites que tenemos. En este sentido, existen tres dimensiones que definen el autoconocimiento:
- Cognitiva.
- Descriptiva.
- Valorativa.
En función de la utilización de dichas dimensiones, se especifica el autoconcepto y la autoestima de una persona.
Teniendo esto en cuenta, se puede decir que el autoconcepto se basa en la dimensión cognitiva y descriptiva. Puesto que, es el conjunto de rasgos, atributos, pensamientos, habilidades y valores que se emplean para definirse como un individuo independiente y diferente a los demás.
Por otro lado, la autoestima tiene un carácter multidimensional y global. Ya que, es la percepción subjetiva y la valoración que se hace de uno mismo, tanto en el ámbito personal como en el social. Por tanto, tiene un componente más emocional.
Estos dos constructos evolucionan de diferente modo en función de la edad evolutiva y de las experiencias que se tienen en la vida cotidiana. Por tanto, se puede hablar de una serie de diferencias entre el autoconcepto y la autoestima en niños
El desarrollo del autoconcepto en niños
El desarrollo del autoconcepto en niños va variando, del siguiente modo, a lo largo de los años:
De los 1 a 3 años: en esta época el objetivo de los pequeños es conseguir el propio reconocimiento. Lo cual consiste en aprender a distinguir la identidad de uno mismo y la de los demás. Así, a partir del primer año de vida, los niños saben reconocerse visualmente y poco a poco, van adquiriendo la habilidad de identificar sus capacidades y cualidades. De esto va a depender que se conviertan en niños más o menos seguros de sí mismos.
De 3 a 6 años: los niños a estas edades, tienden a definirse en función de las relaciones sociales que establecen y de lo que dicen sobre ellos las figuras de autoridad. Por tanto, se describen en base a atributos personales externos y de una forma global.
De 6 a 12 años: en la edad escolar, los niños se definen como personas con sentimientos, pensamientos y deseos distintos a los de los demás. Además, ya diferencian las características psicológicas, físicas y sociales. Y, utilizan la comparación para evaluarlas.
A partir de los 12 años: en la adolescencia los jóvenes establecen un autoconcepto más diferenciado, complejo y realista. Buscan encontrarse a sí mismos, intentando ser independientes. Por lo que, se centran en descubrir sus gustos, intereses, motivaciones, etc.
El desarrollo de la autoestima
La autoestima sufre variaciones a lo largo del desarrollo madurativo. Pero, al contrario que en el autoconcepto, la autoestima no aparece en los primeros años de vida, si no que comienza a partir de los 3 años.
Preescolar: durante estos años, los pequeños desarrollan una autoestima idealizada y poco realista. Ya que confunden la persona que quieren ser y la que realmente son. De hecho, a estas edades únicamente se centran en valorar sus competencias físicas y las académica.
Escolar: en esta época la autoestima se vuelve más compleja y abstracta. Pero sigue sin ser realista. Así, hasta los 7 y 8 años la autoestima es alta y positiva. Después, desciende hasta estabilizarse. Lo cual va a depender de:
- La educación familiar y el estilo de crianza.
- Las experiencias en las relaciones sociales.
- La evaluación de los éxitos y los fracasos.
Adolescencia: en la pubertad la autoestima tiende a disminuir. Esto se debe a la presión social por agradar a los demás, especialmente a los amigos. Y, además, el aspecto físico cobra más importancia. Pero, a medida que van creciendo, y convirtiéndose en adultos, la autoestima suele aumentar de forma realista, valorando tanto las capacidades como las limitaciones personales.
Conclusión
En definitiva, aunque el desarrollo del autoconcepto y de la autoestima están muy vinculados el uno con el otro, existen múltiples diferencias entre estos términos. Pero, también tienen aspectos en común. Pues ambos constructos sirven para ayudar a las personas a entender sus pensamiento, actuaciones y comportamientos. Así, el nivel de la autoestima y la percepción del autoconcepto, van a marcar un tipo de personalidad u otra en los niños.