Discrepancias de Querer y Amar Dentro de la Obra ‘’El Amor en los Tiempos del Cólera’’
Introducción
El amor es el sentimiento más elocuente que se refleja y se palpa entre dos seres humanos. En la obra El amor en los tiempos del cólera nos representa el punto de este ensayo, dentro de los contextos de ellos, podemos notar estos contrastes, y nos muestra por qué querer y amar no son términos afines. Mediante la obra fue transcurriendo, nos expresó claramente la veracidad acerca de estas discrepancias. Debemos saber que querer y amar, son dos expresiones diferentes confundidas ante la sociedad, y es que estas diferencias conllevan una relación a los sentimientos de: gustar y estar enamorado. El amor es uno de los sentimientos más eventuales e indescifrables, sin embargo, es aquel que te mantiene vivo y te hace sentir las verdaderas esencias de estar en gracia con otro ser. Pero, en el lado desolado, como ya está nombrado antes las personas han llegado a confundir este verdadero sentimiento con un sentimiento de gratitud y de cariño: querer. A partir de esto podemos acondicionarnos para seguir con estas personificaciones mediante argumentos estructurados a continuación. Sabremos exactamente ¿qué es querer?, ¿qué es amar?, ¿por qué se da está confusión?
Desarrollo
Para iniciar constatamos qué la obra nos refleja un claro paradigma acerca de la confusión ya nombrada anteriormente, donde observamos que Fermina Daza desde ya antes de recibir contacto alguno con Florentino Ariza, siente por su cuenta peculiaridades y pequeñas atracciones hacía el joven, mientras que él ya sentía el gusto referido a ella. Es notable concentrarnos en estos contrastes, el amor se da, pero antes, empieza en un leve y simplificado sentimiento de atracción, nadie puede sentir amor de la nada. Y a raíz de esto, se impregno de un amor puro de toda una vida.
‘’ (…) Aquellas travesuras desprevenidas, casi pueriles, le causaban a Fermina Daza una curiosidad novedosa, pero no se le ocurrió durante varios meses que llegara más lejos. Nunca supo en qué momento la diversión se le convirtió en ansiedad, y la sangre se le volvía de espuma por la urgencia de verlo, (…). Entonces deseó con el alma que se cumplieran los pronósticos de la tía, y rogaba a dios en sus oraciones que él tuviera valor para entregarle la carta, sólo por saber qué decía’’. (pág. 75)
En esta cita articulamos lo ya mencionado, cómo de un extraviado sentimiento de gratitud, pasa a convertirse en la mayor historia de mayor en todos los tiempos.
Por otro parte, identificamos también en cierta parte de la historia el sentimiento frustrado del doctor Juvenal Urbino hacía Fermina Daza, su amor incomprensible y dictador qué, a pesar de que Fermina Daza aún está enamorada de Florentino Ariza, ella llega a sentir un cierto estremecimiento cariñoso hacía el doctor Juvenal, que puede ser mundanamente relacionado con amor, pero es, claramente un gran sentimiento de cariño y afecto. Sin embargo, esta es una de las evidencias de entre el afecto y el amor, recalcable ante todo que no es el tiempo de duración, ni el convivir juntos todo un tiempo indeterminado, el amor no es un sentimiento, es amor es una decisión, es una opción, y es por eso que no siempre cuando se quiere se puede en nombre del amor, porque el amor no es querer, el amor es tener.
Mientras Florentino tenía una vida de promiscuidad y amoríos, que sin duda se diferencian del amor. ‘’(…) Nada más enemigo del amor que los amoríos, (…).’’ Cuauhtémoc Sánchez, Los ojos de mi princesa, (pág. 117). Este es un ejemplar que manifiesta el disentimiento derivado de este tema; después de una vida de amoríos, Florentino no logra olvidar al amor de su vida, y se puede articular qué las demás mujeres que estuvieron en su trayectoria vigorosa, eran aventuras de pasar el tiempo sin un claro compromiso, en el sentido vulgar.
En este punto nos destacaremos en la considerable de persistencia de amor entre Florentino y Fermina qué a pesar de tantos años de separación, se muestran como un amor verdadero que fluye por medio del tiempo y los vuelve a atrapar al fin, para así convertirse en el amor acontecido y en vez de apaciguarse, se vuelve más fuerte y enseñándonos qué aunque se encuentre en un lapso de adversidades, aún vive y vivirá dentro de cada uno. Porque eso es el amor, es la constancia de permanecer enamorados como la primera vez y hasta el final. La obra nos refleja la verdadera esencia del verdadero amor, y también nos enseña un ideal acerca de las divergencias establecidas; un amor, un cariño. Aunque puede llegar a ser involucrado, no es lo mismo la relación de unión entre el doctor y Fermina, a la unión sincera y nunca deshecha de florentino y ella. Porque ella nunca amo a su marido, pero si lo quiso incondicionalmente, que no es lo mismo.
‘’El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta’’. La biblia católica para jóvenes, 1 corintios 13, 4 – 7. (pág. 1481)
Explicando de manera más retórica acerca de los alcances del verdadero y locuaz amor, aclareciéndonos y argumentando lo que sé mencionará más adelante.
‘’Fermina –le dijo–: he esperado esta ocasión durante más de medio siglo, para repetirle una vez más el juramento de mi fidelidad eterna y mi amor para siempre’’ (pág. 67) ‘’Florentino Ariza… no había dejado de pensar en ella un solo instante después de que Fermina Daza lo rechazó sin apelación después de unos amores largos y contrariados, y habían transcurrido desde entonces cincuenta y un años, nueve meses y cuatro días’’ (pág. 69). En esta cita argumentamos esta hipótesis, y observamos qué, el amor crece y crece más en las adversidades, y nos formula que su amor hacia Fermina sigue tal cual y como era hace unos años atrás.
Conclusión
En conclusión podemos aclarar que querer y amar son dos cosas extremadamente diferentes, el amor es una palabra que embarca cuatro letras, cuatro simples letras tan insignificantes pero con un significado incierto, se ha malgastado el significado de esta palabra de una forma tan incoherente que personas que ni siquiera se conocen dicen amarse, el amor no es un sentimiento, el amor el conocer, es amar cada parte de esa persona, amar el sonido de su risa o como puedes diferenciar sus miradas y amar cada una de ellas, es la decisión de toda de una vida unida a un ser formando un único corazón, un único amor. Amar suele ser mucho más complejo de lo que parece es la tendencia de deseo del bien hacia la otra persona que por apogeo renace de cada quien, el amor lo llevamos siempre en nuestro interior, pero es providencia propia de cada uno aprender a escoger a quien brindárselo, sin embargo, eso es querer. Querer es un sentimiento, este es un derivado de agrado, la desigualdad que conlleva es que este sentimiento depende que las secuelas emocionales del ser humano, una persona aprende a querer cuando sentimientos y atracciones frustrantes dentro de sí apuntan a un sentimiento de plena amistad, pero no va más allá de un rebosante cariño, es el anhelo de un ser humano, el ser querido, el ser amado. Cuando hablamos de querer, nos inclinamos hacia un sinónimo que nos facilitara entenderlo, el deseo, querer es desear, querer es apreciar, querer incluso sobrelleva una relación con la envidia y la codicia, dos irregulares sentimientos que nos enfatizan qué el querer conduce a una intención de manera satisfactoria para el bien de un ser humano, incluso despreviniendo el bien de otra, es por eso y por las distintas razones ya nombradas este término es y será siempre la controversia del mundo, pero ¡No deben equivocarse! ¡No se dejen engañar! Querer y amar no es mismo.