Educación Artística Y La Perspectiva Pedagógica
Introducción.
Silvia Ciffone, coordinadora del libro Conocimiento artístico en la escuela, sostiene que el Programa de Educación Inicial y Primaria incorporó el área del conocimiento artístico, debido a que consideran que el arte contribuye a la educación integral del educando. Para lograr dicha integralidad, se necesita de una educación que promueva “capacidades creativas, desarrolle la sensibilidad, forme individuos reflexivos.
Por otro lado, mencionan que el Área del Conocimiento Artístico en el programa actual, a diferencia de programas anteriores, tiene profundas transformaciones” es decir, hay una jerarquización de esta en el sentido en que ya no se encuentra relegada, sino que se le otorga un tratamiento igualitario con respecto a las demás áreas, lo que supone una gran diferencia con el programa anterior.
Desarrollo.
Cabe destacar que el área del conocimiento Artístico está integrado por diferentes disciplinas que son: Artes Visuales, Expresión Corporal, Teatro, Literatura y Música. Estas disciplinas se fundamentan posicionando al arte como una producción cultural, donde solo puede ser comprendida en el contexto que emergió, por esta razón el docente actúa como “mediador entre la cultura y el niño”, esto permite ampliar el campo de intereses y referencias culturales.
Los objetivos generales que plantea el programa para esta Área son:
- Conocer y comprender el conocimiento artístico a través de la apropiación de los lenguajes específicos en que las artes se expresan en las diversas culturas.
- Desarrollar formas de sensibilización, apreciación, valoración y disfrute ante los diferentes objetos y hechos artísticos culturales pertenecientes al patrimonio propio y de otros pueblos.
Para llevar a cabo tales objetivos se necesita de docentes críticos y reflexivos de sus prácticas, solo de esta manera se formarán sujetos con estas características. Como expresa el Programa de Educación Inicial y Primaria 2018 respecto al tema que nos ocupa:
Las diferentes manifestaciones artísticas tienen una presencia constante en el entorno y en la vida de las personas. Vivimos en una sociedad filtrada por referencias estéticas de todo tipo que están presentes en nuestros procesos de socialización, de construcción de identidad y de elaboración de ideas que vamos contrayendo sobre el mundo y sobre nosotros mismos… (Programa de Educación Inicial y Primaria 2008: 70)
Tal como menciona el programa, el arte ha invadido completamente nuestra vida cotidiana, por ello la importancia de enmarcar también a la institución educativa en la sociedad actual, posmoderna, en los aspectos artísticos dentro de un ámbito donde la libertad de expresión forme parte de la vida cotidiana.
Desde tiempos remotos el arte ha estado presente a lo largo de la vida de los individuos. Si nos remontamos al movimiento de Escuela Nueva que tiene como máximo exponente a Dewey, donde propone una pedagogía de la acción dentro de la corriente llamada pragmatismo. Encontramos que hay “una estrecha conexión de las bellas artes con la vida cotidiana. La idea de arte no se le hubiese ocurrido a nadie si el arte fuera una cosa alejada de los intereses de la vida” (Dewey, 2008: 8). De todos modos, menciona que el arte no es una copia idéntica a la vida cotidiana pero refleja ciertas emociones e ideales de la sociedad.
En otro orden de ideas, Reina Reyes, sostiene que hay ciertos aspectos dentro de la educación a los que no se le ha dado la atención que requieren, como por ejemplo los lenguajes artísticos. Reyes expresa la importancia del arte para favorecer la comunicación con el otro, puesto que el arte une a las personas, por consiguiente cumple con una función social. Favorece la unión no solo desde el punto de vista intelectual, sino también desde lo afectivo.
Afirmamos que liberarse integrándose, se logra en el aula y fuera del aula porque apreciamos los valores de un medio educativo al cual no se le ha dado la importancia que realmente tiene: el arte en todas sus manifestaciones. Como se menciona en el libro de Ciffone (2013) citado anteriormente, la educación actual no puede existir sin el arte, y en tal sentido, la escuela debe considerar ciertos códigos de los lenguajes artísticos para que los educandos comprendan de manera crítica el mundo que los rodea, para poder inventar otros mundos posibles.
Para reflexionar sobre la educación artística resulta interesante el concepto de Charlot, acerca de la motivación. Para el autor, el hecho de que los alumnos tengan éxito o fracaso en las instituciones educativas, depende de si tuvieron o no una actividad intelectual que les permita construir determinadas competencias cognitivas. El autor argumenta que es preferible hablar de movilización en lugar de motivación, ya que la motivación implica una acción exterior, se busca alguna cosa que motive al alumno. En cambio, sostiene que la idea de movilización se relaciona con motor y deseo: el alumno es quien se moviliza.
Charlot afirma que para que el alumno pueda apropiarse del saber hay dos condiciones: la primera es que la situación tenga sentido para el alumno y la segunda es la actividad intelectual eficaz, para adquirir el saber, es preciso, por lo tanto, participar de una actividad intelectual, lo que supone el deseo, y aplicarse de las normas que esa actividad implica.
Por otro lado, Eisner, considera que el aprendizaje artístico se produce a través de las dimensiones críticas, productivas y culturales dado que actúan como organizadores y marcos de referencia de las propuestas a desarrollar. Entre el alumno y el profesor se debe desarrollar una relación “de confianza y franqueza. El autor sostiene que en el dominio productivo el docente funciona como modelo cuando hay un compromiso con la creación del arte en el aula.
En el dominio crítico los profesores proponen modelos, vistos desde el punto de vista educativo, cuando muestran a la clase lo que es un crítico, esto es cuando hacen el papel de críticos. El dominio cultural es más complejo, aun así los estudiantes pueden hacerse una idea de lo que un individuo hace con el arte cuando ven y oyen a los profesores relacionar el carácter de una obra concreta con su posición en la cultura.
Además el autor se refiere a que el niño en etapa escolar básica, aprende los procesos de socialización educativa, es decir, procesos que tienen un valor importante para la escuela y son recompensados. Normas generales establecidas en la escuela, como por ejemplo levantar la mano sin hablar, ir al baño y pedir permiso, permanecer en sus asientos, es decir, lo que el autor llama las reglas de las reglas del juego. Cuando un docente considera y le dice al niño que al terminar un trabajo “puedes hacer arte”, de esta forma el niño aprende que “el arte es una tarea menos importante que el trabajo”, es decir, leen el contexto porque no les queda más remedio que hacerlo. Se trata de un mecanismo de supervivencia.
Muchas veces el profesor no presenta la preparación técnica que necesita para abordar el arte de forma educativa. Los objetivos y programas artísticos “son tan amplias y abstractas que nadie sabe lo que significa realmente”. Los docentes que no están especializados se encuentran con frecuencia ante el dilema de qué enseñar sobre arte y cómo obtener resultados educativos de las actividades que introducen en el aula.
Conclusiones.
Como expresa Ciffone y otros autores, es importante mencionar que la modalidad de trabajo escolar más utilizada en el Área del Conocimiento Artístico, es el taller. Este dispositivo de trabajo propone ventajas como la flexibilidad para el uso de diferentes tiempos y espacios. En esta modalidad se produce colectivamente, es decir que no se trata de hacer por el hacer, sino al querer hacer, a construir un proyecto de trabajo, a ponerlo en práctica. Todo ello constituye de por sí un proceso de aprendizaje.
De acuerdo a los autores, otra ventaja de este dispositivo es que posibilita en el educando un manejo de la libertad; de forma que cada niño elige sus propias estrategias y resoluciones de trabajo. El taller debe entenderse como una actividad placentera; el educando disfruta de participar en él. Por último, mencionan que el taller debe pensarse como una forma de desarrollo individual y colectivo, porque se promueve el protagonismo de los educandos al tiempo que se fortalece el trabajo grupal.