Educación Humanista Y La Creación De Los Seres Humanos

Hablar de una educación Humanista, involucra hacer mención al tipo de educación que intenta crear completamente a los seres humanos, así como tales, y transformar a los alumnos en un sujeto provechoso para sí mismo y para los demás componentes de la sociedad. Es por eso que se pone hincapié en la enseñanza de reglas, valores y creencias que promuevan el respeto y la tolerancia entre las personas. Sin estos conceptos, no se podría hablar de educación y mucho menos de educación humanista.

“El hombre es más que la suma de sus componentes […] 2. La existencia del ser humano se consuma en el seno de las relaciones humanas […] 3. El hombre vive de forma consciente […] 4. El ser humano está en situación de elegir y decidir […] 5. El ser humano vive orientado hacia una meta” (Quitmann, 1989, pp. 19-20).

La educación humanista es un proceso pedagógico extenso, dinámico, que comprende todas las composturas de las personas, principalmente normativos. “La educación humanista, centrada en la persona, tiene como meta principal la promoción y la facilitación del proceso de desarrollo integral de los dinamismos humanos fundamentales” (González G. 2008, p 51).

El camino humanístico en lo pedagógico, se pone de manifiesto en la nueva idea curricular al reconocer que el proceso de enseñanza implica una relación humana por excelencia y que el entorno de enseñanza se establece de manera importante y fundamental en las dinámicas que constituyen los procesos educativos y que integran acciones, estilos y vivencias de cada uno de los alumnos; cualidades y condiciones socio afectivas.

Debe ser una educación de calidad, es decir, una buena educación, garantiza el avance de la humanidad al ser más sinceros, más jueces de uno mismo y de todo el medio que nos rodea.

Debe ofrecer una enseñanza significativa, es decir, admitir al alumno a aprender, de acuerdo a su situación, con técnicas y metodologías que le consientan completar la comprensión a su naturaleza de una manera original y reflexiva.

El fin que conlleva la educación de humanidades no es la delicadeza en los trabajos del plantel, sino la organización para la vida, no la ventaja de costumbres de sumisión ciega y de atención establecida, sino una elaboración para el trabajo autónomo.

Además, debe dar una enseñanza integral, es decir, dar a cada uno lo que le incumbe, de acuerdo a sus particularidades y medios, cuidando de ayudar principalmente a quien más le cuesta y menos tiene, pero sin desatender a los demás.

Por otra parte, debe de haber un ambiente adecuado, esto quiere decir, un ambiente ordenado, despejado, donde el alumno se conciba infalible y respetado.

Otra clave importante en la educación de humanidades, es el docente, este debe ser humilde, debe ser una guía, un acompañante del progreso del alumno. Un consejero del transcurso educativo. Además, siempre se tiene que tomar en cuenta cada contenido propuesto debe ajustar a las exigencias de maduración que presente el niño.

La perspectiva humanista en la formación de los educandos se concreta de manera específica en el objetivo general del currículo de educación básica, de favorecer el proceso de las habilidades que permitan a los niños y jóvenes: aprender a aprender; aprender a convivir; y convertirse en los arquitectos de su propio destino.

Se debe de conformar una práctica docente congruente con dicho modelo humanista, que posibilite una transformación de la cultura pedagógica que responda al establecimiento y aplicación de la idea curricular en las aulas y las escuelas de educación básica; y se constituya en el medio para el logro de los aprendizajes clave y el logro del perfil de egreso de los alumnos.

En resumen, la educación debe asegurar a cada componente de la humanidad una preparación apropiada para continuar aprendiendo en forma independiente e indestructible; pero además ofrecerle principalmente los principios éticos imprescindibles que le consientan crear de la sociedad en que vive un ambiente de tolerancia, respeto y solidaridad.