Educación, Igualdad, Mercados y Democracia
Análisis del texto de Manuel de Puelles, licenciado en Derecho y Ciencias Políticas y Económicas por la Universidad Complutense de Madrid, quien ha desempeñado diversos cargos en el Ministerio de Educación y Ciencia, además de haberse centrado en investigaciones sobre la historia política de la educación. Por tanto, puedo afirmar que se trata de un referente en el ámbito y que goza de gran credibilidad. El texto se enmarca en su libro de 2017 Política educativa en perspectiva histórica: Textos escogidos, de la Editorial Biblioteca Nueva. Esta editorial, en activo desde 1916, centra su actividad en el ámbito de las ciencias sociales, destacando, entre otros, la sección de educación. Por ende, podemos afirmar que también le proporciona credibilidad.
El propósito del autor con el texto es el de ofrecer una perspectiva histórica de los principios de igualdad y libertad en la educación, es decir, el porqué del sistema educativo actual y cómo se ha llegado a él, para lo que utiliza un lenguaje principalmente objetivo, con numerosas citas de otros autores y presentando hechos históricos. Sin embargo, hay momentos en los que el autor incluye su opinión, utilizando un lenguaje más subjetivo. Así, el tema central del texto sería la evolución de la educación hasta convertirse en derecho social y fundamental, y su relación con los principios de libertad e igualdad.
La tesis central que el autor quiere demostrar es que el derecho a la educación, a lo largo de la historia, se ha basado más en el principio de libertad que en el de igualdad, y cómo esto todavía afecta a la educación en la actualidad. Las hipótesis secundarias giran en torno a los principios de libertad e igualdad, como por ejemplo, la imposibilidad de separar del todo ambos principios y la necesidad de encontrar el equilibrio entre ambos. El texto presenta una construcción argumental sólida, aunque haciendo un repaso a los diferentes movimientos políticos y sociales que llevaron a la consideración actual de la educación, con sus diferentes teorías.
Considero que la hipótesis central se demuestra gracias al estudio histórico sobre el derecho a la educación, así como a los principios de libertad e igualdad y su relación con este derecho. Desde mi punto de vista, el autor se muestra parcial en algunas partes del texto, como ya he mencionado antes, pues expresa su preferencia por la izquierda ante la derecha, por la igualdad ante la libertad, especialmente en la última parte, pero no considero que esto interfiera en cuanto a demostración de la tesis central.
En mi opinión, y tras haber leído el texto puedo reafirmarlo, no se pueden estudiar los derechos sin tener en cuenta su historia, en cómo se ha llegado a él. El autor afirma que los derechos van apareciendo a lo largo de la historia en base a las necesidades de la sociedad, y que surgen de primeras del principio de libertad, y en menor medida del de igualdad, lo que todavía afecta a la concepción actual de la educación.
Me ha resultado muy interesante la dicotomía que aparece en el siglo XIX entre libertad, representada por la “libertad negativa”, por los derechos civiles; y la igualdad, con el principio democrático y los derechos políticos, la “libertad positiva”. La denominación de los derechos como “libertad negativa” y “libertad positiva” me parece que explica claramente lo que suponen cada uno de ellos: el primero implica la no intervención del Estado, el segundo, todo lo contrario. Además, considero esta dicotomía la base de todo lo que vino después en materia de derechos y en cuanto a la educación como asunto público.
Sobre esto último, en cuanto a la educación, hubo dos fases: la primera solo contemplaba la gratuidad de la educación más básica, y la más tardía se basaba en la igualdad y suponía el derecho de acceso a todos los niveles según la capacidad de cada uno. La izquierda europea siempre ha llevado por bandera el principio de igualdad, y esto se pudo ver en su lucha por aumentar los años de escolarización gratuita y obligatoria para todos, pero esto no llegó a España hasta principios del siglo XX. Es precisamente en este siglo cuando aparece el Estado de bienestar, y con él, la educación como derecho fundamental y social que exige la intervención del Estado, lo que supuso abrir la educación secundaria a las clases populares. Desde mi punto de vista, que este acontecimiento llegase tan tarde, y en concreto a España hace menos de 50 años, fue una de las principales causas de las desigualdades sociales a las que todavía deben hacer frente hoy en día los poderes públicos.
Por otro lado, la tardía aparición de la igualdad de oportunidades, dividida entre igualdad de partida que se aplica en la educación básica, basada en la igualdad de condiciones iniciales, y la igualdad de acceso a los niveles superiores, basada en la capacidad y los méritos, creo que supuso también un fuerte atraso de determinadas clases sociales que no tenían los mismos recursos para acceder a la educación, por lo que las desigualdades eran cada vez mayores. La educación tiene un papel clave en la lucha contra la desigualdad, y esto debe aplicarse en todos los niveles, igualando las condiciones de partida, reduciendo las desigualdades y dando oportunidades de acceso a la educación postsecundaria a todo el mundo, independientemente del entorno socioeconómico del que provenga.
Como afirma el autor, la doble tradición basada en la libertad y la igualdad es el centro de las sociedades europeas en la actualidad. Pero estos dos principios no pueden ser 100% plenos a la vez, es necesario encontrar un equilibrio entre ambos. Así, desde 1978, todas las políticas educativas en España deben respetar estos dos principios, aunque a partir de diferentes interpretaciones, haciendo más énfasis en uno o en otro, y es este disenso el que permite la alternancia política. Se trata de un equilibrio muy frágil y que requiere la participación de todas las fuerzas políticas, sin ceder a la tentación de olvidar uno de los dos principios fundamentales. Desde mi punto de vista, la nueva derecha, predominante en el mundo occidental, suele olvidar completamente la igualdad, desplazándola del panorama educativo y omitiendo la educación como derecho social, y un buen ejemplo de esto es el intento por eliminar la educación pública, aunque hayan tenido que conformarse con el sistema dual actual. Por otro lado, la izquierda, debe sacrificar ciertas libertades para poder ejercer la igualdad, reinterpretar los principios de libertad e igualdad, unidos por el de solidaridad, y añadir a la escena el principio de la justicia, para así intentar recuperar los derechos sociales que costaron a nuestros antepasados casi dos siglos de lucha.
Gracias al texto he podido reflexionar en profundidad sobre la igualdad, la libertad, y la necesidad de que ambas estén presentes en la educación. Se ve muy claro si lo comparamos con el sufragio universal, que no llegó a España realmente hasta finales del siglo XX. Creo que bajo ningún concepto se puede excluir a una parte de la población, como se hizo durante mucho tiempo con las mujeres, y si para lograr una igualdad efectiva en la educación es necesario eliminar algunas libertades negativas, debe ser la prioridad del poder público encontrar un equilibrio que lo permita. Una vez se haya alcanzado la igualdad y todo el mundo tenga acceso a la educación y a sus diferentes niveles, podremos hablar de ampliar las libertades, sin olvidar la continua búsqueda por este ansiado y frágil equilibrio.
Fuentes
- http://portal.uned.es/portal/page?_pageid=93,688933&_dad=portal&_schema=PORTAL
- https://es.wikipedia.org/wiki/Biblioteca_Nueva