Efecto De La Terapia Y Comunicación Animal
Introducción
La inclusión de los equinos dentro de la terapia puede producir un aumento del compromiso y una mejora del vínculo con el terapeuta. Al adaptar la terapia de procesamiento cognitivo para veteranos con TEPT mediante el uso de terapia asistida por equinos, obtuvieron una baja deserción siendo esta del 7% y una buena fidelidad del modelo original además de observar una ligera mejora en la eficacia del tratamiento. Aunque hay que tener en cuenta que es un estudio con una muestra pequeña y las conclusiones no se pueden generalizar.
Desarrollo
Antes de tener evidencia de que el contacto con los animales mejorará determinados aspectos físicos y la salud mental, estos ya se estaban utilizando en entornos terapéuticos. Si bien hay que reconocer que la mayoría de la literatura sobre las primeras terapias asistidas con animales mencionan interacciones fortuitas que estaban presentes en el entorno terapéutico.
A pesar de que las expectativas sugieren que los animales proporcionan un gran beneficio, las técnicas de asistencia animal tienen que luchar por su aceptación en los tratamientos tradicionales teniendo que dirigir muchos esfuerzos a encontrar resultados aceptables que validen su papel específico. El primer uso bien documentado de terapias con animales lo encontramos en Estados Unidos en un programa para la rehabilitación de aviadores en el Centro de Convalecencia de la Fuerza Aérea del Ejército en Pawling, Nueva York, de 1944 a 1945, patrocinado por la Cruz Roja Americana.
El programa usó perros, caballos y animales de granja como un apoyo ante intensos programas terapéuticos que los aviadores experimentaron. El surgimiento de técnicas de tratamiento con equinos se produce en el año 1996, cuando la organización NARHA, crea un área dedicada a la terapia asistida con caballos conocida como EFMHA.
La organización pretendía establecer criterios como la formación de los instructores además de buscar una acreditación de la monta terapéutica. En el inicio la terapia se centró en clientes que tuvieran alguna dificultad física, pero con el tiempo se amplió a aspectos psicológicos tras las mejoras que experimentaron los sujetos por el vínculo con el equino.
Para comprender qué es la terapia asistida con equinos hay que conocer las diversas técnicas terapéuticas que existen con estos: en primer lugar “Therapeutic Riding” es una técnica en la que la herramienta terapéutica es el caballo en sí mismo, debido a que su movimiento de tres ritmos es muy similar al movimiento de los humanos mientras andan, lo que facilita el desarrollo y el fortalecimiento muscular, a su vez, el calor que desprenden ayuda en la plasticidad de los músculos del jinete, siendo una técnica muy utilizada en casos de parálisis cerebral.
Y en segundo lugar, la técnica de “Psicoterapia equina facilitada” es la que utiliza al caballo como co-terapeuta, involucrando a este en la misma, pero sin que se le monte. Esta es la técnica que se utilizaría en el estudio, puesto que se consiguen mejoras en el autocontrol, la confianza y un aumento en la autoestima, siendo estos síntomas los queremos mejorar en nuestros sujetos.
Además hay que tener en cuenta que el caballo es un animal de presa, por lo que son particularmente sensibles a las claves no verbales de las personas como la agitación o el miedo lo que provoca que la persona que quiera establecer un vínculo con él debe atemperar sus emociones. Los caballos no juzgan y proyectan amor y aceptación a quien los trata por lo que son grandes facilitadores terapéuticos, especialmente en los casos en los que existe alguna duda u objeción ante el tratamiento psicológico.
Un beneficio que pueden aportar los equinos es que actúan como un espejo de las experiencias internas de los pacientes lo que puede provocar que tomen una mayor conciencia de su comportamiento no verbal y se puedan abordar problemas de frustración e impaciencia, al tener la capacidad de adaptar su comportamiento a las personas o situaciones y respondedor ante ellas, debido a su gran sensibilidad con los demás.
Conclusión
Al ser un animal de grandes dimensiones es necesario que el sujeto se muestre asertivo, directo y con iniciativa para que la comunicación de sus directrices sea efectiva permitir que vaya adquiriendo habilidades importantes para expresar sus necesidades de manera eficaz en otras relaciones. A su vez aumenta su autoestima al aprender a comunicarse en sintonía con el animal reemplaza los sentimientos de impotencia y desmotivación por sentimientos de eficacia y renueva sus ganas de asumir nuevos desafíos.