El Amor Cortés Del Siglo XVIII
Introducción
En Del Amor y Otros Demonios, el autor cuenta la historia de Sierva María, hija del Marqués de Casalduero y de una mestiza, durante el Virreinato en el siglo XVIII. A los doce años, la niña está mordida por un perro rabioso. Aunque no tiene síntomas de la rabia, cuando, meses después, tiene un aumento repentino de fiebre, su padre está seguro de que es por la mordedura y va a probar diferentes tratamientos.
Sufriendo de todos esos intentos, parece demente y el obispo la declara poseída por un demonio. Está enviada al Convento de Santa Clara para estar exorcizada gracias al padre Cayetano Delaura. Sin embargo, Delaura no está asegurado de que Sierva María sea poseída y, tratando de demostrarlo, va a tener que enfrentarse a los sentimientos naciendo que tiene por ella.
Desarrollo
Cuando nace Sierva María, su madre tiene ningún interés por su progenitura. Por consiguiente, Dominga de Adviento, una esclava que gobernó la casa del Marqués, va a encargarse de su crianza. De hecho, Sierva crece junto a los esclavos, aprendiendo sus lenguas y costumbres. Vive en un mundo intermedio, entre la hija del Marqués y la reina de los esclavos.
Este intermedio estará visto como una prueba más de su demonización. Esta referencia a un “intermedio” y a un “demonio” pueden ser remisiones a El Banquete de Platón. En este texto, se reúnen seis hombres a un banquete y deciden que cada uno de ellos van a dar una reflexión sobre Eros y el amor. Por Fedro, el amor puede permitir a una persona de superarse porque no quiere parecer deshonorado frente a su amante.
En la opinión de Pausanias, existe dos Eros: uno celeste entre hombres y el otro vulgar centrado en el cuerpo. Erixímaco también piense que hay dos Eros, pero de un punto de vista más científico. Aristófanes tiene una versión completamente diferente, para él, los humanos fueron divididos en dos y entonces siguen buscando unirse a su otra mitad.
Agatón hace un elogio a Eros mismo, insistiendo en sus virtudes. En la parte de Sócrates, dice que ha hablado con una mujer de Mantinea, Diotima, y expone su punto de vista. Según ella, Eros es “un gran demon” que está en un intermedio, “entre la divinidad y lo mortal”. Esta descripción de Eros se refleja en el personaje de Sierva María.
La semejanza entre la historia de Eros como expuesta por Sócrates y este libro no se detiene al personaje de la protagonista. De hecho, Diotima explica que los padres de Eros son Poros, figura de abundancia, y Penia, de pobreza. Se dice que Penia estaba mendigando cuando vio a Poros, embriagado, durmiendo en el jardín de Zeus. Se enteró de que esto era una posibilidad de salir de su pobreza y se acostó a su lado para concebir a Eros.
De la misma manera, en Del Amor y Otros Demonios, el padre de Sierva, el Marqués, no tenía ninguna intención de tener un hijo con Bernarda, pero para ella era su oportunidad de subir socialmente. Efectivamente, ella le sedujo cuando el Marqués estaba descansando en una hamaca y, un día, tomó la iniciativa de acostarse con él, sabiendo que podría lograr su objetivo si se quedaba embarazada. Nació Sierva María, pero la madre nunca cuidó a su hija y ella tuvo ningún título.
En la reflexión de Erixímaco en El Banquete, un médico quien funda su punto de vista sobre la ciencia, expone que existe dos Eros: un Eros hermoso, ordenado con armonía, y otro vulgar, caótico. Esta oposición y noción de armonía están presentes en la novela. En efecto, tanto Dominga que Sierva María viven en dos culturas opuestas. La primera es una esclava, pero es la persona quien dirige la casa, la segunda es la hija del Marqués, pero fue criada por esclavos.
La diferencia entre los dos es que Dominga ha integrado estas dos culturas en su vida con armonía mientras Sierva no sabe como hacer convivir estas dos partes de su vida, transformándola en un caos. Cuando está con los esclavos, está tratada como una reina o una figura divina, pero por los cristianos parece a un demonio, hablando un idioma desconocido para ellos y actuando como una bestia rabiosa. Esto refuerza el argumento de Erixímaco quien dice que la armonía lleva a un cuerpo sano y, al contrario, el caos a un cuerpo enfermo.
Con respecto al discurso amoroso, la pareja principal en la obra de Gabriel García Márquez es la de Sierva y Delaura. Esta relación puede compararse al amor cortés por ciertas razones. La primera es que, cuando el sacerdote se enteró de sus sentimientos por la niña, hace todo lo posible para estar con ella. Por ejemplo, cuando Delaura está castigado y no puede encargarse de ella, cada noche se va escondido al convento para verla, sin preocuparse de las consecuencias.
La segunda razón, su determinación frente a la distancia de Sierva. Al principio, la detenida no quiere ver al padre, pero cuando Delaura confesa sus sentimientos, ella acepta su amor. La última es un amor prohibido, pero no de la misma forma. En el amor cortés clásico, es un amor de un caballero que se dedica completamente a una dama de alta clase social, generalmente casada, entonces es un adúltero. En Del Amor y Otros Demonios, la relación está entre un sacerdote de treinta y seis años y una niña de doce. Esto no solo significa que es pedofilia, aunque no hay relaciones sexuales, pero también que un religioso está enamorado de una persona “poseída”.
Conclusión
En conclusión, una relación entre la obra de Gabriel García Márquez y la de Platón existe a través del personaje de Sierva María y de la presentación de Eros por Sócrates, a través de la semejanza entre los padres de la niña y los del dios y, últimamente, a través de la oposición entre la protagonista y Dominga. Respecto al discurso amoroso, la relación entre Sierva y Delaura está basada sobre el amor cortés, un amor prohibido. Al final de la novela, el lector todavía no sabe si la niña fuera realmente poseída y no se da la oportunidad de demostrar el contrario, el libro acabándose con el sufrimiento de Sierva durante el exorcismo.