El Concepto De Autoestima Personal y su Desarrollo en los Niños
Concepto de autoestima
“El amor propio desempeña una función primordial en el desarrollo del niño”. Esta frases nos hace referencia a la necesidad imperante de brindar una mayor atención al tema de la autoestima, pues involucra emociones, valores y conductas que se desarrollan en los infantes desde el seno familiar, puesto que la familia se presenta como la primera escuela que tiene el ser humano. Por lo tanto hay una estrecha relación entre la autoestima y los apegos que se dan en el entorno familiar y que van repercutiendo en el ámbito escolar y social.
Según Nathaniel Branden, pionero en los estudios sobre la autoestima, citado por Juan Fernando Gómez Ramírez, en el libro “El niño sano”, compara a la autoestima con el sistema inmunológico de la conciencia humana, dotándola de resistencia, fortaleza y capacidad de regeneración, pues si algún aspecto negativo afecta al individuo, la autoestima es baja por tanto decae su entereza frente a las dificultades presentadas.
Partiendo de esta premisa, el desarrollo de la autoestima en los infantes tiene mayor relevancia pues cuanta más alta sea, mayor es la capacidad de enfrentar los problemas ya que no se los percibe como una amenaza. Resulta entonces imperioso propiciar y fortalecer el amor propio de un niño, proceso en el cual la intervención de los adultos que conforman su medio inmediato es vital, ellos tienen el deber de reconocer, respetar y aceptar que cada niño es un ser único e irrepetible.
“Los niños no nacen con autoestima pero esta surgirá y crecerá constantemente durante toda su vida” (Feldman, 2005), y dependerá de aquello que ha experimentado, si tiene experiencias exitosas recordara aquellos momentos con plena satisfacción y su autoestima ira en aumento, si por el contrario, sufre fracasos y acciones negativas en las que sus padres o cuidadores intervienen, seguramente disminuye.
Detrás de un niño con una positiva autoestima, están unos padres, seguros de sí mismos, exitosos, exigentes con sus hijos, respetuosos, y sobre todo otorgan oportunidades para que los infantes expresen sus inquietudes; lo que les conlleva a cada día ser amoroso, firmes y democráticos. Sucede lo contrario cuando los padres establecen con sus hijos reglas fijas pero con una metodología autocrática y hostil, no otorgan oportunidades para la expresión incluso hasta les ridiculizan frente a propios y extraños, propiciando así temor, inseguridad, dependencia, elementos predominantes en un ser con baja autoestima.
Es entonces en la infancia y la adolescencia donde la autoestima cobra relevada importancia ya que son etapas de vital importancia y se puede crear una marca positiva o negativa en la vida del ser humano. En estas etapas se forma el temperamento.
Del contexto familiar en el que se desenvuelve un niño depende su éxito o su fracaso, una educación muy permisiva y una actitud descalificadora por parte de los padres son las mayores causales de la baja autoestima. La autoestima que un menor de 5 años tenga dependerá en gran escala de lo que oye, de cómo es tratado y enfáticamente de aquellas frases repetitivas que recibe, y que en lo posterior se dirá a sí mismo. “La repetición de mensajes acaba por hacer propia una valoración”.
Para Matti Hemmi, especialista en liderazgo, la baja autoestima está relacionada con la conjugación del verbo ser ligada a un adjetivo despectivo, es decir cuando un niño o adulto observa una acción que no le gusta, suele etiquetarse a esta persona como inútil, lo que tendrá gran incidencia en su posterior desenvolvimiento, por lo que recomienda que todas las acciones deben encaminarse a promover el positivismo en los infantes.
A partir de lo expuesto, se infiere que la autoestima es afectada por las experiencias que vivimos en nuestro entorno y por las exigencias que recibimos del exterior. La sociedad exige que sigamos paradigmas de comportamiento estándar y si no cumplimos con tales exigencias, nuestra autoestima, aunque positiva, puede verse afectada. Entonces, la construcción de una autoestima positiva tiene que ser compacta en la vida de un niño, así, él no se sentirá incomodo por situaciones que no pudieran agradar a los demás.
Cuando el niño inicia su etapa escolar sin haber desarrollado una autoestima positiva en el seno familiar, su aprendizaje se torna complicado, pues no tiene la seguridad para actuar frente a los demás integrantes del grupo, sienten temor a ser objeto de risa, burla o critica, inclusive piensan que podrían recibir algún tipo de castigo si no hacen lo solicitado de manera correcta. Es entonces cuando la maestra debe estar atenta a ciertas conductas que denotan una baja autoestima como por ejemplo: no pueden expresar verbalmente sus emociones, habla mal de sí mismo, son impulsivos, agresivos, no se integran a las actividades grupales con facilidad y por el contrario se aíslan, propiciando el rechazo de los demás; tal como lo indica la psicóloga y autora del libro “Hijos Felices”, Alicia Banderas, en su video denominado La autoestima infantil (Banderas, 2018)
He aquí cuando la docente se enfrenta a un gran reto, ayudar a los niños a sentirse bien consigo mismos, hacer amistades, a integrarse de manera espontánea y voluntaria a las actividades diarias de las cuales debe disfrutar. En lugar de señalar lo que hace mal o deja de hacer, recalcar las cosas que se le dan bien y animar a mejorar, reconocer sus logros con aplausos, abrazos y palabras positivas.
Existe una variedad de actividades encaminadas a lograr el desarrollo de la autoestima en los infantes del nivel inicial, las mismas que deben ser de conocimiento del o la docente y sobre todo ponerlas en ejecución dentro del salón de clases, a la vez que ofrece orientación a los padres de familia puestos que su participación en esta etapa de desarrollo es inexcusable. Una de las propuestas para conseguir nuestro objetivo es la utilización del Teatro infantil como estrategia para desarrollar la autoestima en los niños del nivel inicial.