El Farmacéutico de Auschwitz: Historia del Asesino del Tercer Reich
Introducción
Este libro nos cuenta sobre el farmacéutico de Auschwitz en la Segunda Guerra Mundial. Victor Capesius era un médico que trabaja para la Alemania nazi en uno de los campos de concentración más terribles: Auschwitz. Capesius trabaja en el campo durante unos años (1943-1945), pero las cosas que hacen marcan el destino de muchos judíos, prisioneros políticos y otros ‘criminales’ que fueron deportados en masa simplemente porque no les gustan los nazis. Las razones son muchas, a pesar de esto, fue un período crítico que marcó la historia de muchos países y personas.
Desarrollo
Víctor Capesius llegó a Auschwitz en 1943 como un médico al campo. Dio medicinas a los enfermos y heridos al campamento y, al otro lado del campamento, atendió a soldados y otras personas a las SS o sus familias. Cuando comenzó la deportación masiva, el farmacéutico se presentó para ver la selección de millones de personas para morir o trabajar duro porque seleccionó personas específicas para tocar para sus experimentos. Seleccionado desde enfermedades especiales hasta mujeres embarazadas, tuvo una fijación especial por los gemelos. Pero Capesius quería hacer la selección y persuadió a Melenge, después de un mes, Capesius fue ascendido a jefe de selección con la libertad de hacer todos los experimentos que quisiera.
Capesius fue el responsable de gestionar la solución final con Bayer. Esta solución mató a 5 mil personas por día, para esto el farmacéutico tuvo que contratar a mucha persona y hacer que los mismos prisioneros hicieran el trabajo sucio. Capesius también estaba robando oro dental con el dentista, robando cosas valiosas de las maletas y el mercado con los prisioneros. Por esta razón, el farmacéutico era el SS peor de Auschwitz. Al final, Capesius nunca fue castigado por nada y vivió su vida tranquilamente como farmacéuticos.
Conclusión
confirme la crueldad del ser humano en los siglos pasados, no hay forma de describir tanta crueldad a las personas que fueron juzgadas por su religión, cultura e idioma que no tienen forma de defenderse con la inmensidad del ejército nazi. Estamos hablando de millones de personas privadas de libertad que, cuando llegaron a los campos de concentración, fueron objeto de confiscación de sus propiedades, trabajo forzado, esclavitud sexual de mujeres, experimentación médica, muerte por exceso de trabajo, etc. desnutrición y enfermedades derivadas de la falta de higiene.
En mi opinión, uno de los experimentos más impredecibles del farmacéutico jefe de Audchwist Megele (El ángel de la muerte) fue la investigación de heterocromía, una condición en la que los iris de una persona tienen un color diferente y para su investigación tenía una pared completamente cubierta de células oculares. Podremos juzgar de miles de maneras, pero no somos diferentes de ellos, solo que hoy tenemos ‘morales’ más marcadas. Hay muchas cosas que todavía tenemos que cambiar y un buen comienzo es comenzar con uno mismo, gracias a este tipo de libros podemos reflexionar sobre cómo queremos vivir.
